A la desaceleración o caída de la economía en casi todos los países del mundo, como ya era previsible se viene sumando una fuerte contracción en la propia economía estadounidense (ver “Los riesgos en Estados Unidos”, hoy, 1586).
A la desaceleración o caída de la economía en casi todos los países del mundo, como ya era previsible se viene sumando una fuerte contracción en la propia economía estadounidense (ver “Los riesgos en Estados Unidos”, hoy, 1586).
El informe del Departamento de Comercio del jueves pasado, con la demora habitual de los datos estadísticos, así lo confirmó. Tras la recuperación del 3,9% informado en su momento para el segundo trimestre, los nuevos datos muestran una caída al 1,5% en el tercer trimestre de 2015.
Esta fuerte desaceleración reduce la tasa de crecimiento interanual a un modesto 2%, el ritmo más lento desde el primer trimestre de 2014. La desaceleración estuvo marcada por la reducción del gasto de los consumidores, empresas y el gobierno, con lo que eso puede afectar la inversión y el empleo, ya golpeados por la crisis petrolera y de las demás materias primas minerales y vegetales.