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18 de noviembre de 2015

Huelga docente en Mendoza (1)

Crónicas proletarias

 En 1919 se desató en Mendoza una huelga docente que tuvo vasta repercusión a nivel nacional. Gobernaba la provincia Julio “El Gaucho” Lencinas, caudillo de origen radical. Su director general de Escuelas, Lucio Funes, practicaba una política tremendamente autoritaria hacia los docentes, con nombramientos a dedo, cambios de tareas y persecuciones. Para abril de 1919, la administración le debía a los docentes 8 meses de sueldo, lo que fue uno de los detonantes del conflicto.
El otro fue la separación del cargo de inspectora de una prestigiosa educadora, Florencia Fossatti, afiliada al Partido Socialista, y a todo el grupo editor de una revista llamada Ideas, dirigido por la maestra española Rosario Sansano, que era crítica de la gestión docente.
Los objetivos trazados en el número 1 de Ideas, que apareció el 13 de abril de 1919, dan un panorama de la real situación educativa y de los reclamos de fondo de los docentes, que iniciaron la huelga pocos días después, el 26 de ese mismo mes, creando la organización gremial “Maestros Unidos”. En el acta de la reunión leemos “Los maestros que suscriben, reunidos en Asamblea para protestar contra la bochornosa e incalificable Resolución de la Dirección General de Escuelas, que impone la suspensión de la agrupación Idea, resolvieron por unanimidad absoluta y en plena conciencia del acto que realizaban, protestar en forma terminante y sin reserva contra la actitud de la Dirección General y exigir la reposición inmediata de los miembros del magisterio afectados por dicha resolución”. En esta huelga tuvo un papel dirigente Angélica Mendoza, quien al poco tiempo se afilió al Partido Socialista Internacional (luego Partido Comunista), del que se separó a los pocos años encabezando el grupo conocido como “chispistas” y que diera origen al Partido Comunista Obrero.
La Revista Ideas mezclaba objetivos gremiales y cuestiones referidas a los contenidos y formas de la educación en la provincia basada en “el Proyecto de Ley orgánica de Instrucción Pública del poder Ejecutivo Nacional”. Fue constante su reclamo de una ley educativa, y se planteaba “Hacer efectiva la dignificación del maestro”, al que ubicaba como parte de la clase trabajadora. Maestros Unidos se incorporó a la FORA sindicalista. Se planteaba “Orientar… toda gestión escolar, ya sea en su faz técnica, ya en su forma administrativa” y advertía que iba a cuestionar “toda irregularidad que lesione los intereses de la clase y que un análisis irrefutable compruebe”. Reclamaban “ascenso por méritos propios y no por amiguismo”, y “solidaridad entre intelectuales y obreros”.