Este cuento nació hace pocos días, cuando intentaba explicar a un amigo el porqué el voto en blanco no ‘va para el que va primero’ (Verso que hacen los que ‘van segundos’ para que los voten a ellos). Estimo que el voto en blanco es la traducción más clara del ‘Que se vayan todos’ que se oyó en diciembre del 2001 y que sigue apareciendo de tanto en tanto. Por eso, todos los políticos del sistema le temen”, escribía el autor en 2007.
Era un pueblo lleno de necesidades, que sólo contaba con cien habitantes. Y llegó el día en que tenían que elegir a su intendente. Se presentaron los candidatos A y B. Todo el pueblo fue a votar, tal como ambos querían. Ganó A con 60 votos contra 40 que sacó B. Es decir que A ganó con el 60% de los votos. Cuando dió su discurso inaugural, estaba allí la mayoría del pueblo.
Pasaron cuatro años. A se enriqueció mucho más que B, pero el pueblo seguía lleno de ne- cesidades. Llegaron nuevamente las elecciones, y otra vez fue todo el pueblo a votar. A y B estaban muy contentos. Esta vez A sacó 40 votos y B 60, por lo que ganó con el 60% de los votos. Y también pudo dar su discurso inaugural frente a la mayoría del pueblo.
Pasaron otros cuatro años. B se enriqueció esta vez, mucho más que A, pero el pueblo seguía lleno de necesidades. Entonces llegó el día de las elecciones y, nuevamente, fueron todos a votar. ¡A y B se relamían de felicidad! Pero esta vez, la mitad de los vecinos, al no tener una alternativa que los representara, puso el sobre vacío en la urna. Al contar los votos A sacó 30 y B sacó 20. A se proclamó ganador con el 60% de los votos, dado que sólo se contaban los sobres llenos.
Cuando dió su discurso inaugural, había menos de 30 personas oyéndolo. A y B supieron entonces que les sería muy difícil engañar nuevamente a ese pueblo, y por primera vez… tuvieron miedo.