La huelga de las docentes mendocinas que arrancó en abril de 1919 estalló por el maltrato por parte de las autoridades educativas hacia los maestros e inspectores, y por el atraso en el pago de los sueldos y en el presupuesto para las escuelas. Se extendió a las escuelas primarias y medias de la provincia, y en el curso de la misma se agremiaron los docentes en el sindicato Maestros Unidos, que se afilió a la Federación Obrera Provincial y a la FORA sindicalista. El enfrentamiento con el director general de escuelas de la provincia era muy grande, al que se lo acusaba de autoritario. Tras un breve intermedio por una intervención federal, en agosto al volver las autoridades retornaron los reclamos.
Durante el conflicto, se vivió un fuerte enfrentamiento con un gremio armado por el oficialismo, la Unión Mendocina de Maestros, que los acusaba, entre otras cosas de querer implantar “un verdadero soviet maximalista, contrario a nuestras instituciones y a nuestras leyes y repugna al apostolado”. Es de destacar cuán temprano aparece entre los docentes este debate de si reconocerse como trabajadores de la educación, o como “apóstoles” de la educación.
Como hemos dicho, tuvieron un papel dirigente en la huelga Florencia Fossatti, conocida educadora socialista y secretaria del nuevo gremio, y Angélica Mendoza, que se incorporaría al Partido Comunista. Ambas, al tomar dimensión nacional el conflicto, formaron parte de una delegación que viajó a entrevistarse con el presidente Hipólito Yrigoyen, en una negociación que no destrabó la huelga. Con esta dirección, la huelga no tomaba sólo reivindicaciones económicas, sino que planteaba cambios profundos en la educación pública, tanto en los contenidos como en su democratización. Esto, para el Fiscal de Estado mendocino era “un programa de disolución social”.
Al tiempo que arreciaba el ataque “ideológico”, la policía reprimió duramente las huelgas, que en septiembre crecieron, y con el apoyo de otros gremios se transformó en huelga general en la provincia. Durante la misma hubo grandes manifestaciones en las que participaron obreros de varios gremios y estudiantes universitarios, y en los choques con la policía hubo al menos un muerto. La huelga se fue desgastando con el tiempo, y fue derrotada. Mendoza y Fossatti sufrieron un paso por la cárcel, y los maestros mendocinos, formaron un nuevo gremio: la “Asociación de Maestros de Mendoza” que agrupaba tanto a los maestros provinciales como nacionales, que conseguirían algunos reclamos al año siguiente, tras la muerte del gobernador Lencinas.
