Este nuevo hecho criminal, como dijo el PCR sobre el atentado en París “se une a tantos otros cometidos contra pueblos árabes y de otras regiones. Después del levantamiento popular contra la dictadura de Assad en Siria, levantamiento que fue parte de la llamada “primavera árabe”, se desarrolló una guerra civil en la que intervienen potencias regionales, como Turquía, y potencias imperialistas, primero indirectamente, y ahora en forma directa. Esa guerra ya ha provocado más de 250.000 muertes y millones de desplazados y migrantes”.
El presidente francés Hollande, invocando una supuesta “unidad nacional contra el terrorismo”, está usando la sangre derramada, por un lado para profundizar la agresión a Siria y Medio Oriente, como se vio en los ataques con misiles desde aviones franceses a bases de ISIS en Irak, y en el interior de Francia reforzando un inmenso despliegue de fuerzas policiales y militares en los populosos barrios parisinos donde viven decenas de miles de habitantes de origen árabe.
Con la excusa de “blindarse contra el terrorismo”, muchos gobiernos europeos están tomando medidas cada vez más restrictivas ante la oleada de refugiados que no se detiene, y por la que miles de sirios, afganos, magrebíes, libios, etc., pugnan por entrar a los países de la Unión Europea. Y obviamente crece la xenofobia en algunos sectores de la población de Europa.
Del mismo modo, el gobierno ruso de Putin, con el argumento de que entre las víctimas del atentado en Mali había ciudadanos rusos, descargó nuevos ataque con misiles en Siria. Ha habido reuniones de los capomafias imperialistas como Obama y Putin, en las que si bien acuerdan en enfrentar a ISIS (o Daesh como lo están nombrando los líderes de las potencias occidentales para no darle carácter de “Estado”), aparecen con crudeza la disputa por esta zona estratégica de Oriente Medio, y sus cuantiosas reservas petroleras. El gobierno de China, ante la muerte de un ciudadano de ese país que estaba secuestrado por ISIS, anunció recientemente que “le declara la guerra” a este grupo, y mandó el portaaviones “Liaoning” a Siria.
“Tercera guerra mundial por partes”
Estos hechos no hacen más que agravar los factores de guerra en el mundo, este verdadera “tercera guerra mundial por partes” a la que nos está llevando la disputa interimperialista. Las milicias kurdas, que pelean tanto en Siria (contra el ISIS y el gobierno sirio), como en Turquía contra Erdogan, son un ejemplo de una fuerza popular que se esfuerza por liberar territorios y constituir gobiernos autónomos, y muestran un camino para combatir a este grupo terrorista sin caer en las garras de las potencias imperialistas. Cemil Bayik, copresidente del Consejo Ejecutivo del Grupo de Comunidades del Kurdistán, denunció que si no fuera por el apoyo de Turquía, Raqqa, el centro de ISIS, hubiera caído en manos de las milicias kurdas.
Por eso reafirmamos lo planteado por el PCR: “Ante el aumento de los peligros de guerra en el mundo, los trabajadores, los pueblos y las naciones oprimidas, debemos unirnos contra las agresiones imperialistas y contra los crímenes y las guerras que, so pretexto de la defensa de una religión, masacran a pueblos y se apoderan de sus riquezas y sus territorios, como sucede actualmente con la ocupación de gran parte de Irak y de Siria por ISIS”.
