1. Un mundo muy complicado
Se complicó muchísimo la situación mundial.
1. Un mundo muy complicado
Se complicó muchísimo la situación mundial.
El atentado terrorista de Isis ensangrentó París. Francia le declaró la guerra al Isis y articula una coalición con Europa y Estados Unidos, y negocia con Rusia, que sostiene a Al Assad. China declaró la guerra a Isis y envió un portaviones a la región. Los bombardeos de los países imperialistas en Siria y en Irak provocan sangrientas matanzas de la población árabe, y son presentados como “civilizadores”. Yanquis, franceses, ingleses y rusos (también Arabia Saudita), en distintos momentos, armaron, entrenaron y financiaron a grupos de Al Qaeda y/o de Isis para usarlos en la disputa con sus rivales imperialistas. Son brutales los ataques genocidas contra el combativo pueblo kurdo. Turquía, por donde sale el petróleo con que financia Isis, derribó un avión ruso. Todo Medio Oriente hoy está en una situación muy grave.
Se multiplican las guerras en Africa, en las que China multiplica su presencia militar y el saqueo de sus recursos, en disputa con otros imperialismos, y todos usan diferencias tribales, étnicas y religiosas, y ocultan los genocidios que provocan.
Se complica la situación en América Latina. Se agrava la crisis económica en Brasil, y el deterioro político de su gobierno. En medio de provocaciones yanquis es difícil la situación de Venezuela. México está en gran medida bajo control de la droga, en la que tiene un gran peso la DEA yanqui. Con los cambios de gobierno en Paraguay, Uruguay, y ahora la Argentina, se debilita el eje antiyanqui (y de forcejeo con los yanquis), y Estados Unidos recupera posiciones, aprovechando el frenazo de la economía china (y la crisis en Rusia), que provocó el bajón de los precios de las materias primas que produce la región.
Se ha agudizado, mundialmente, la disputa interimperialista, y crecen los factores de guerra, en una situación que el Papa Francisco y en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas llaman una tercera guerra mundial por etapas.
2. Un escenario complejo
En el balotaje, la derrota de la fórmula Scioli-Zannini, del Frente para la Victoria, expresó el hartazgo con las políticas del gobierno K. Esa derrota y el triunfo de Macri-Michetti, de Cambiemos, abrieron un proceso complejo en el escenario político, que se acelerará con la asunción de Macri el 10/12.
Macri llega con el importante triunfo de Vidal en la provincia de Buenos Aires el 25/10; y su victoria, el 22/11, en la franja central del país, desde Entre Ríos a Mendoza, y también en Jujuy, La Pampa, San Luis y La Rioja.
El Frente para la Victoria, el 22/11 ganó en Buenos Aires, conservó casi todas las provincias del norte del país, las patagónicas, San Juan y Tierra del Fuego. La derrota presidencial de las fórmulas designada “a dedo” por Cristina Kirchner a la presidencia y al gobierno de Buenos Aires, abrieron una lucha feroz por la dirección del peronismo, que va a ser decisiva en el futuro. No es ajena a esa disputa la decisión de la Corte Suprema de Justicia, de fallar ahora, a favor de Córdoba, Santa Fe y San Luis, en el juicio de esas provincias contra el gobierno nacional por la quita del 15% de la coparticipación federal.
La disputa de grupos del bloque dominante por la hegemonía del poder en la Argentina es feroz.
3. La herencia K
Cristina pagó el hartazgo de grandes masas con sus políticas. Su decisión de impulsar la candidatura de Aníbal Fernández, mostró a muchos el vínculo de su gobierno con el narcotráfico. Ese vínculo viene del inicio de los Kirchner de la mano de Diego Ibáñez y Bombón Mercado, siguió con la narcolínea aérea SW, el financiamiento de campañas electorales por la efedrina, las denuncias de lavado de dinero, el creciente dominio territorial de las mafias, y la complicidad de sectores del aparato policial, judicial y político. El narcotráfico es hoy una prioridad en los sufrimientos de las familias de los barrios populares, donde decenas de miles de jóvenes mueren, son esclavizados o destruidos: un verdadero genocidio encubierto.
La mentira K del “desendeudamiento” caló en sectores populares. Néstor y Cristina le pagaron al FMI usando las reservas del Banco Central, al que le dejaron un bono de deuda por 9.530 millones de dólares, que vence el próximo 3 de enero. Fue parte del vaciamiento del Banco Central. También, refinanciaron bonos emitidos para pagar la deuda de monopolios privados (IBM, Esso, Renault, Pérez Companc, Bridas, grupo Macri) que Cavallo había estatizado: una estafa al Estado que los Kirchner nunca quisieron investigar. Difícil que lo haga Macri, que puso al frente del Banco Nación a Melconián, uno de los cómplices de esa estafa.
4. Un gobierno de burguesía intermediaria
El gobierno de Macri expresa a grupos del bloque dominante de burguesía intermediaria del imperialismo y a sectores de la oligarquía terrateniente. Tanto el grupo familiar (Macri-Calcaterra), como el numeroso grupo de empresarios que integran el nuevo gabinete, y otros asociados o aliados, son grupos de burguesía intermediaria del imperialismo, o grandes terratenientes.
Son grupos de burguesía intermediaria porque “su propio desarrollo depende del imperialismo y los monopolios a los que se asocia y se subordina, por lo que también resulta un instrumento de la opresión imperialista y la dependencia” (Programa del 12 Congreso del PCR, pág. 116). Esto vale para el grupo Franco Macri-Calcaterra (antes con Rusia, ahora con China), y para los negocios de Mauricio Macri con Caputo (construcciones y energía), Quintana (fondo Pegasus, Farmacity, etc.), Lopetegui (ex LAN), Prat-Gay (ex JP Morgan), Lacoste (ex Deutsche Bank), Malcorra (ex IBM y Telecom), Aranguren (36 años en la Shell, 12 de los cuales como capo de la filial argentina y segundo para Latinoamérica) etc. También hay terratenientes como Buryaile.
Macri llega a la presidencia con un partido que necesita expandirse hacia las 24 provincias. Y ganó con muchos votos prestados: sacó 5.500.000 votos en las PASO, y sumó 7.500.000 votos de argentinos hartos del gobierno de Cristina K.
5. Hay una salida a favor del pueblo
Polarizando la transición, tanto Cristina como Macri tratan de consolidar los votos prestados que tuvieron en el balotaje.
La presidenta quiere comandar la oposición, para eso, sigue sin hacerse cargo de la herencia que deja: un enorme sector en la pobreza, crisis de las economías regionales, pérdida del autoabastecimiento energético, una economía estancada que no crea puestos de trabajo, finanzas vaciadas, y un enorme crecimiento del narcotráfico, la trata, el delito organizado y la corrupción. Macri se apoya en esa herencia pretendiendo justificar con ella la devaluación y otras medidas que prepara.
Los dos ocultan que hay una salida popular y nacional sin ajuste ni devaluación. Esta salida es posible, arrancando con un paquete de medidas de emergencia que corte con el ajuste, la inflación y la corrupción: 1)bono de fin de año de $5.000 para trabajadores ocupados, jubilados y desocupados; 2) prohibición de despidos y suspensiones; 3) eliminación del robo a los salarios con el impuesto a las ganancias; 4) precios sostén en origen, e inmediato alivio fiscal y bancario a los pequeños y medianos productores agrarios y las economías regionales; 5) ley y presupuesto de emergencia para acabar con la violencia sexual y doméstica, y la trata de mujeres, niños y órganos; 6) ministerio de la juventud con presupuesto para el desarrollo de la educación, el deporte y el trabajo de los jóvenes, y la plena libertad de autoorganización en los barrios para liberarlos del narcotráfico.
Para financiar este plan de emergencia no hace falta ajustar ni devaluar o endeudarse. La plata está y tiene que salir de los que se llenaron los bolsillos durante los 12 años K. Para eso hay que constituir un fondo de emergencia social con: 1) la decomisación inmediata de los bienes mal habidos del narcotráfico, la trata, la corrupción; 2) decomisación inmediata de las 4.000 estancias con aeropuertos clandestinos del delito organizado, para el inicio del plan de 1.000.000 de nuevas chacras; 3) impuestos de emergencia a los que nunca pagaron o pagaron miserias: el juego, las transacciones financieras y bursátiles, la megaminería, las cerealeras, petroleras y demás monopolios; y 4) impuesto de emergencia a los grandes terratenientes y los grandes pooles.
6. Jugar activamente en el gran debate de masas
Las elecciones han generado divisiones en el seno del pueblo, como se vio en el voto popular. Es necesario tenerlas en cuenta para ayudar a esas masas populares a reconstruir la unidad que se expresó en los 5 paros nacionales, la extraordinaria oleada de lucha agraria, las grandes expresiones de lucha del movimiento de mujeres, y la creciente rebeldía de la juventud. Es una gran tarea que no será fácil ni inmediata, y exige ir acompasando, un paso adelante, las luchas obreras, campesinas y populares.
En esa dirección, son pasos importantes las grandes movilizaciones unitarias del 25/11 contra la violencia sexual y doméstica a las mujeres, la revitalización de la multisectorial que integran CTA, CCC, Barrios de Pie, MST TV, ORT, FAA, FNC, FUA y otras organizaciones, que marcha a movilizarse el 2/12 en repudio a los juicios a trabajadores fueguinos. También, el 3/12 la movilización de seccionales combativas de SUTEBA y el paro nacional de empleados estatales de ATE. Y el Encuentro de Movimientos Sociales por Tierra, Techo y Trabajo, el 5/12. Y se abren las conversaciones para marchar a concentraciones unitarias por el 19 y 20 de diciembre del 2001.
La suspensión de miles de trabajadores agrupados en petroleros y la construcción, en Chubut, agrava la situación de ese sector del proletariado, en el que crece la resistencia a pagar el ajuste de sus patronales, que ganaron fortunas y hoy son subsidiadas por el precio del petróleo impuesto por el gobierno K.
Junto a dar pasos en la lucha económica y social, es necesario continuar y profundizar el trabajo con la otra pierna, la de la lucha política. La dura polarización, y la imposibilidad de fiscalizar los votos en blanco y nulo, redujeron su número. En esas condiciones ha sido muy importante el trabajo realizado plantando bandera con la campaña del voto en blanco y nulo, para la situación que se abre.
Las elecciones han provocado un gigantesco debate en el seno de las masas populares. Eso es muy bueno. Es muy bueno que las grandes masas se adueñen de la lucha política que las clases dominantes pretenden tener en exclusividad. Llevar sus posiciones a las masas es una gran tarea de las corrientes clasistas y antiimperialistas, del PTP para conquistar su personería en todas las provincias, del PCR para multiplicar su trabajo en los centros obreros y campesinos, y para hacer del Frente Popular una fuerza que llegue a todos los rincones del país. Los tucumanos que marchan a una gran asamblea del FP preparatoria del Congreso Nacional. El 2/12 asumen en Santa Fe los diputados del Frente Social y Popular, Carlos del Frade y Memé Meier, tribunos del pueblo en esa legislatura.
La feroz disputa entre los de arriba, y la voluntad de grandes masas de no retroceder y no pagar ajustes por una herencia de la que no son responsables, marcan la situación política con una gran inestabilidad, en medio del proceso abierto de reagrupamiento de fuerzas. Las fuerzas populares, antiimperialistas, antiterratenientes y revolucionarias, trabajando con las dos piernas, la de la lucha social y la de la lucha política, deben prepararse y preparar a las masas para posibles tormentas y cambios bruscos de situación.