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07 de diciembre de 2015

A 41 años de su asesinato por comunista revolucionario, patriota y antigolpista, el domingo 6/12 se realizó el homenaje en el Cementerio de La Plata con la presencia de familiares, amigos y camaradas.

Homenaje a Enrique Rusconi

La Plata (Nota + video)

El acto homenaje se inició entonando las estrofas del Himno Nacional argentino.

Luego, hablaron Héctor por la Juventud Comunista Revolucionaria de la zona, y Ramiro por el Partido de la Zona.

Como cierre, con gran emoción por los discursos, se cantó en Himno de los Trabajadores, la Internacional. 

El acto homenaje se inició entonando las estrofas del Himno Nacional argentino.

Luego, hablaron Héctor por la Juventud Comunista Revolucionaria de la zona, y Ramiro por el Partido de la Zona.

Como cierre, con gran emoción por los discursos, se cantó en Himno de los Trabajadores, la Internacional. 

 

Héctor

Mañana se cumplen 41 años del asesinato de Enrique Rusconi.

Para mí es un orgullo tener que decir estas palabras. En homenaje a un comunista revolucionario que dio la vida por la revolución, por la clase obrera y su partido.

Enrique fue asesinado el 7 de diciembre de 1974 en su casa de Tolosa en la provincia de Buenos Aires bajo la gobernación de Victorio Calabró.

Aquel 7 de diciembre de 1974 a las 5:30 de la mañana, seis asesinos con itakas y      pistolas 45 irrumpieron en su casa. Estaba con su compañera Yiya y sus entonces pequeñas hijas: Ana y Paula. Ellos no abrieron y empezaron a gritar llamando a sus vecinos. Entraron por el fondo de la casa, amenazando a Yiya y sus hijas, finalmente a Enrique lo esposan. Así lo sacaron, tratando de meterlo en un Ford Falcon.

Enrique forcejeó gritándoles: ¡Ustedes no son policías! ¡Ustedes son rusos, son rusos!       Si me van a matar, me van a matar acá carajo! Alcanzó a escaparse corrió unos metros y fue  cobardemente acribillado por la espalda, delante de todos los vecinos. Con sus últimas palabras Enrique expreso la línea del partido, definida en el CC, identificando quiénes estaban atrás del golpe de Estado. Hasta el último momento de su vida, claramente en riesgo, Enrique tuvo la lucidez de priorizar la política para señalar a sus asesinos.

Enrique tenía 14 años cuando se afilió a la Federación Juvenil Comunista rebelándose ante este sistema, para cambiar las cosas a favor del pueblo y levantando la bandera antiimperialista que defendió hasta el final. Hijo de obreros, sentía en carne propia las injusticias ajenas y dedicó hasta sus últimos momentos la lucha por la Revolución.

En 1965 se anotó en la Facultad de Humanidades, de cuyo centro de estudiantes fue presidente. Comenzó su militancia universitaria en el FAUDI, y encabezó junto a los estudiantes la lucha contra la dictadura de Onganía, Levingston y Lanusse. Peleando con el movimiento estudiantil la confluencia con las luchas obreras que sacudían al país por esos días. Sufrió persecuciones, cárcel en Devoto y Rawson.

Por aquel entonces, como sucede también hoy, se discutía si al socialismo se llegaba por la vía Parlamentaria o por el camino de la revolución y la insurrección del pueblo en armas.

El PC teorizaba que podía llegarse al socialismo pacíficamente por la vía parlamentaria. Ese PC atado de pies y manos a la URSS  que había dejado de ser roja en 1957 y se había transformado en un país imperialista de tipo fascista. Ese mismo PC que abandonó al Che en Bolivia.

Enrique fue parte de un grupo de militantes que entendían que el PC había degenerado y que había cambiado su línea renunciando al camino de la lucha armada y la Revolución. Por eso junto a otros compañeros encabezó la ruptura del PC revisionista fundando el 6 de enero de 1968, lo que es hoy nuestro querido PCR.

Nuestro Partido, que encabezando la lucha contra la dictadura de Onganía, protagonizó puebladas como el Correntinazo, el Rosariazo, el Mendozazo, el Rocazo y el histórico Cordobazo.

En 1974, muerto Perón, asumió la presidencia Isabel, un gobierno débil y heterogéneo, reformista que practicaba una política tercemundista; un gobierno de burguesía nacional que tenía sectores profundamente reaccionarios en su seno como el de López Rega. Bajo la amenaza del gigantesco auge de masas que se había abierto en el 69’ con el Cordobazo, los sectores prorrusos y proyankis comenzaron los preparativos para el golpe.  Venían para acabar con todas las conquistas que el pueblo y la clase obrera habían conseguido con la lucha.

Siendo parte del PCR, Enrique fue punta de lanza en la lucha contra el golpe, impulsando ante las masas la línea definida por su Comité Central: “No a otro 55’. Junto al pueblo peronista, contra el golpe prorruso o proyanqui, para avanzar en el camino de la revolución”. En la Argentina se cavaron dos trincheras, o se estaba a favor o se estaba en contra del Golpe. Por eso nosotros llamamos a defender el Gobierno de Isabel Perón.
El golpe instaló la dictadura más sangrienta que conoció la Argentina. Nuestro Partido se quedó, continuando la lucha desde adentro.  Tenemos muchos compañeros detenidos-desaparecidos. Detenidos en las prisiones más terribles; muchos torturados; muchos asesinados. Y el Partido se quedó acá, como no podía ser de otra forma, atando su destino al destino del pueblo.

Los jóvenes de hoy no vimos triunfar la revolución en ningún país del mundo. No tenemos el faro del Socialismo en tiempo real, como se vivía en los 70. No tenemos al Che en Cuba, el Mayo Francés ni la Revolución Cultural Proletaria en China. Pero aun así nuestra generación tiene el compromiso de re-construir ese faro, que ilumine el camino de la revolución en nuestro país y los países oprimidos del mundo.

Somos los hijos del Argentinazo y la Rebelión Agraria, que si bien no pudieron instalar un gobierno popular, nos mostraron un camino que tendremos que profundizar para acabar con el sometimiento imperialista que sufrimos.

La mayoría de los jóvenes que estamos hoy acá, vivimos un gobierno que construyó un relato, o como decimos nosotros un chamuyo Nacional y Popular. El resultado de las últimas elecciones es un ejemplo de esto, el pueblo se cansó de su política de ajuste y entrega, que se expresa en la herencia que deja: el 30% de los argentinos en la pobreza, 4 años de recesión en la industria; el vaciamiento del Banco Central, el saqueo de la Anses y un enorme déficit fiscal. También nos deja una deuda de aproximadamente 300.000 millones de dólares; la crisis en las economías regionales; la pérdida del autoabastecimiento energético; la expansión de la megaminería; más de 20 luchadores populares asesinados, el crecimiento de la droga, la trata y el delito organizado, con vínculos en el aparato estatal; junto a su prepotencia y una enorme corrupción.

Y como si fuera poco, luego del resultado del balotaje nos quieren hacer creer que la única opción que tenemos  los jóvenes es resistir. Desde esta juventud tenemos que proponer que no solo hay que resistir sino que tenemos que avanzar e ir al encuentro con las masas porque vienen periodos de grandes luchas populares. 

El jueves que viene asume Macri, que representa a un sector de las clases dominantes de nuestro país, armó su gabinete con representantes de varios de los monopolios que juegan en la Argentina. Asume con muchísimos votos prestados, fue la herramienta que la gente encontró para sacar al kirchnerismo. Como en todo nuevo gobierno, tenemos que ser prudentes y escuchar las opiniones de todos. Sabiendo que va a ser un gobierno que no va a resolver las necesidades del pueblo, la dependencia y el latifundio.

Mientras tanto, aumenta el pan, la leche, la carne! Y nadie se hace responsable, se tiran la pelota unos a otros.

Todo esta situación se da en un mundo en guerra, donde los distintos países imperialistas se disputan el control del mundo a costa del sufrimiento de los pueblos.

Las clases dominantes trabajan día a día para que olvidemos, nos quieren convencer que aquello por lo que peleaban nuestros mártires es una utopía, que no es posible cambiar la realidad, que no es posible la revolución, que no vale la pena luchar. Quieren que sigamos ejemplos de héroes que logran triunfar dentro de este sistema pisando las cabezas que sean necesarias, por eso, alimentan el individualismo y el sálvate como puedas.

A los jóvenes, se no hace cada vez más difícil seguir en la escuela o en la facultad, y en los barrios somos perseguidos por la cana, nos quieren meter que la única que nos queda es salir a afanar.

En todos lados juegan a quebrarnos con la droga y el reviente.

Cuando me invitaron hablar hoy, me pregunté por qué se hacía este homenaje. Me di cuenta que no era una sola la repuesta, sino todo lo contrario, eran muchas. Con este homenaje, no solo homenajeamos a una persona: rescatamos una práctica militante, una teoría revolucionaria, una línea, que es la que nos ha permitido a nosotros, los jóvenes, incorporarnos a un partido revolucionario que ha atravesado la noche más negra de la historia argentina, y que ha sido protagonista de los principales bocetos revolucionarios.

Entendí que a Enrique, ese pibe de apenas 29 años, a quien hoy lo recordamos como a muchos otros mártires del partido, luchó y defendió sus ideales hasta el último momento de su vida.  Él se convirtió en un ejemplo para todos nosotros. Murió como vivió, luchando. Pero no solo esto, ellos dejaron el legado que es posible luchar por la revolución, que es posible transformar la realidad, que es posible un mundo más justo, que es posible la liberación nacional para que los pueblos del mundo se liberen.

Y para todo esto compañeros, es necesaria la revolución. Tenemos mucho por aprender, tenemos que hacer fuerte y dar a conocer este Partido y esta Juventud para que de una vez por todo acabemos con la dependencia del imperialismo y el latifundio terrateniente, que tanto sufrimiento traen a nuestro pueblo.

Por eso, Enrique, aunque los jóvenes que aquí te rendimos homenaje no te conocimos en vida, tu partido, el PCR y su Juventud, no vamos a dejar de levantar tu ejemplo de coraje, valentía y profundo amor revolucionario. Nuestro mejor homenaje hoy es ofrecer la JCR a la juventud.

Hasta la victoria siempre. Camarada Enrique Rusconi, Presente, Ahora y Siempre!

 

Ramiro

Camaradas, amigos:

A 41 Años de su asesinato venimos a homenajear al camarada Enrique Rusconi. Venimos a homenajear a un revolucionario íntegro que hasta el último suspiro de su vida decidió mantenerse fiel al compromiso. “ No hay objetivo más elevado” para un ser humano que luchar por el comunismo, como plantea el camarada Jacinto Roldán.

No tuve la suerte de conocerlo directamente.

Conocer el recorrido de Enrique que culmina y lo engrandece por su actitud frente a sus asesinos, conmueve.

Conmueve su actitud de defender una línea, su compromiso con la clase obrera, con su Partido. Aún frente a la muerte. Que como ha dicho Otto Vargas es el instante que define la vida de un hombre.

El no lloró ni se arrodilló, sino que se enfrentó, resistió, denunció. Ya lo había hecho el día antes en la asamblea de ATULP, pero acá mantuvo la firmeza frente al caño de las itakas, frente a sus vecinos y delante de su compañera Yiya y de sus pequeñas hijas Ana y Paula, presentes en este homenaje.

Conmueve conocer su historia: desde sus jóvenes 14 años, ya participó de las luchas secundarias, afiliándose a la Federación Juvenil Comunista, eligiendo un camino que no abandonó hasta su muerte.

Fue partícipe del movimiento estudiantil universitario del que se transformó en un dirigente reconocido. Enfrentó a las dictaduras de Onganía, Levingston y Lanusse. Por eso fue preso.

Pero no solo su actitud de fundirse con las masas……El fue parte de hechos decisivos de la elaboración de la línea estratégica para la revolución en la Argentina.

Como fue el nacimiento del PCR en 1968 frente al abandono y traición al marxismo-leninismo, por el falso Partido Comunista, a la línea de hegemonía proletaria que establece la unidad de un frente de las clases oprimidas hegemonizadas por la clase obrera para llevar adelante la destrucción del Estado por la revolución democrática popular, agraria antiimperialista, en marcha al socialismo.

Línea que el PC, a partir del seguidismo al Partido Comunista de la URSS, cuando ésta cambió de color, transformaron en una línea de copamiento del Estado en función de los intereses de la entonces Unión Soviética. Trasformada en capitalista primero, en imperialista luego. Línea que ese partido sostiene hasta hoy.

Luego de la ruptura con el PC, Enrique no lo duda, se mete a trabajar en el frigorífico Swift de Berisso. APRENDIO. Como tiempo más tarde iba a reconocer autocríticamente pensaba que en tres meses, con toda su experiencia de militancia universitaria a cuestas, podía dirigir a esos trabajadores. 

De esa experiencia sacó a la luz que lo principal era que teníamos que aprender de esos obreros.

Ese fue un aprendizaje: Primero está la actitud; pero está la línea, la concepción. Con qué política te podes fundir con la clase obrera y el pueblo.

Línea para fundirse con el destacamento obrero políticamente más avanzado, porque en su práctica de clase habían sufrido la opresión terrateniente siendo campesinos pobres u originarios. Despojados, emigraron a la ciudad transformándose en obreros de la carne y pasaron a conocer y enfrentar la explotación del monopolio imperialista del Swift y del Armour.

¡Qué enseñanza para nuestros tiempos! ¿Debemos pelear por ser pez del mismo cardumen o pescado de otro río? Compartir con los trabajadores sus padecimientos, sus alegrías, sus luchas.

¿Tiene vigencia la respuesta que Mao Tsetung hace sobre la juventud? Pudiendo hacerla extensiva a todos los que peinan canas: ¿“Cómo juzgar si un joven es revolucionario”? Responde: “Es necesario ver si está dispuesto a fundirse y se funde en la práctica con las grandes masas obreras y campesinas”.

En el año 1973 el partido zonal había definido como centro de concentración proletaria al frigorífico Swift de Berisso. No sin una ardua discusión con aquellos que planteaban que ese destacamento de obreros de la carne eran atrasados políticamente en relación a otros destacamentos proletarios de la zona como Petroquímica Sudamericana o Propulsora.

Se negaba el rol de los obreros del Swift en procesos históricos de lucha de nuestro pueblo, como la larga huelga de 1915 ante la eliminación de las horas extras y por el achicamiento de la jornada laboral que llegaba hacer de 16 hs. por día; o en el nacimiento del peronismo el 17 de octubre de 1945 .

Nuestro Partido centró su actividad insertándose en el debate de masas en el frigorífico y en los barrios proletarios de Berisso.

Se militaba con devoción revolucionaria. Del enemigo el consejo, y aprendiendo de las clases dominantes que no se toman descanso ni vacaciones para seguir oprimiéndonos, los compañeros iban a las puertas de las casas de los obreros llevando nuestra posición antigolpista.

Por eso él fue parte de una definición de línea clave en la zona, como parte de la Dirección de Zona que presidía el camarada Jacinto Roldan en 1973.

En la Conferencia de febrero de 1973 se dieron dos debates fundamentales: 

Uno, quien era más de derecha: si Cámpora o Perón. Debate trascendental para la valoración del futuro gobierno Peronista, que iba hacer anticipo de la posterior definición de defender al gobierno peronista de burguesía nacional contra el golpe de estado proimperialista y proterrateniente.

Y la otra definición trascendental fue la de definir como empresa de concentración y centro político al frigorífico Swift justamente por ser sus obreros el destacamento más avanzado. Con el objetivo de organizar y dirigir al cuerpo de delegados como centro de la acumulación revolucionaria.

Enrique fue parte protagónica en la elaboración de esa línea.

Por eso agarró con firmeza la línea antigolpista, aunque fueran unos días porque su asesinato fue una de las viles respuestas de las clases dominantes, particularmente de las fuerzas del socialimperialismo ruso que respondió así a la definición antigolpista del Comité Central del PCR encabezado por el camarada Otto Vargas.

Eran momentos de lucha sin cuartel. Unos días antes habían asesinado a Daniel Winer en la UBA, quien había compartido cárcel con Enrique.

Estudiar, valorar, aprender de la lucha antigolpista, de los trabajadores y el pueblo de la zona, del PCR, no se puede hacer si no se parte de que esa lucha tuvo un centro, un corazón, que fue la clase obrera de la zona, centralmente del frigorífico. Así como nacionalmente tuvo un centro que fueron los trabajadores mecánicos del Smata encabezados por René Salamanca, con el Partido de Córdoba encabezado por Gody Alvarez, y Quebracho en la Juventud. Mártires de la lucha antigolpista y de la posterior represión dictatorial. 

Los golpistas pro rusos también pusieron el centro de la disputa en el Swift, con el “telón de fondo” de quien controlaba la industria frigorífica en el país.

Se venía formando una alianza entre los terratenientes ganaderos y testaferros rusos, encabezados por Constantini y terratenientes como Anchorena, que se querían quedar con el frigorífico.

En 1974 Isabel Perón se les adelanta y estatiza el Swift.

Por eso vinieron los asesinatos. Porque mientras Isabel resistía en el gobierno, el partido iba a las masas a denunciar las intenciones de los golpistas.

Por eso matan a Enrique y ocho días antes a Daniel Winer en la Capital Federal para desviarnos de la lucha contra el golpe de Estado y la denuncia de los sectores pro rusos como los golpistas más activos. Buscaban fracturar al PCR.

No contaban los asesinos con la entereza revolucionaria de Enrique: porque en ese momento el hombre se encuentra cara a cara con la muerte. El reafirma su ideología y defiende al partido y su línea, desnudando al enemigo: 

Ustedes no son policías; si me van a matar me van a matar acá carajo! Ustedes son rusos; son rusos.

Con la muerte de Enrique buscaban “meternos para adentro”, pero la respuesta del Comité del Partido de la Zona volvió a frenarles las intenciones. A las pocas horas del asesinato cientos de compañeros transformaron el dolor en odio y combate a los golpistas.

Las paredes hablaban: ENRIQUE RUSCONI ASESINADO POR PATRIOTA, ANTIGOLPISTA Y COMUNISTA REVOLUCIONARIO

Con la denuncia y la línea antigolpista como estandarte, el Partido volvió al frigorífico, a los conventillos de Berisso. Luego de la muerte de Enrique esos obreros, que nos atendían en la puerta, pasaron a abrirnos sus casas, sus vidas y sus corazones. 

¡Cuánta razón tenía Mao al afirmar que la revolución es un drama pasional donde a veces hay que apelar más al corazón que a la razón!

No íbamos con el petitorio para que le alumbren el barrio o planteando una marcha por aumento salarial (herramientas necesarias en muchas oportunidades). Íbamos a la casa de los obreros desde la política.

Esa línea de partir en nuestros lugares de militancia desde la situación política ¿se corresponde también para nuestros días?

Como planteó una compañera de un barrio de Melchor Romero luego de los resultados de las elecciones de Agosto con el Frente Popular: “el problema es que los compañeros luchan con nosotros pero piensan como otros”. A la lucha con nosotros, para la política con otros.

Fue así como teniendo sólo dos compañeros dentro del frigorífico: el Chaqueño Ortiz en la sección de Playa y la querida camarada Norma Monti en la Picada, y con el Partido focalizando su trabajo en ese centro de concentración, creció y pudimos armar la lista Marrón que en abril de 1975 apoyó a la lista Naranja conformadas por peronistas antigolpistas encabezada por el compañero Barrientos para las elecciones del gremio de la carne. Lista que gana dentro de la fábrica. 

Al mes se hace la elección de delegados en el frigorífico y la lista Naranja obtiene un triunfo arrollador en la dirección de ese cuerpo de delegados.

En mayo en 1975 asesinan a los cuatro mártires del partido secuestrados cuando pintaban por la libertad de Horacio Micucci: Herminia Ruiz, David Lesser, Carlos Polari, Ana María Cameira, y diez días después a Guillermo Guerini, el compañero que encabezó a las brigadas universitarias que iban a Berisso con la línea antigolpista.

Sus cuerpos son arrojados en Berisso en respuesta a nuestra posición antigolpista en el frigorífico.

Porque no sólo querían apagar el profundo auge revolucionario de masas de esos años, terminar con los cuerpos de delegados como instrumentos para la democracia grande, pero potencialmente verdaderos cuerpos revolucionarios como organismos de doble poder. Donde se condensa el frente único en la clase.

Venían también a liquidar el gobierno tercermundista de Isabel Perón. Venían a derribar las chimeneas y venían a quedarse con el frigorífico estatizado administrativamente por Isabel Perón, como lo concretarían luego del trágico golpe del 24 de marzo de 1976.

Fueron los que hegemonizaron el golpe los que se quedaron con el frigorífico. Una trenza de burguesía intermediaria del imperialismo ruso, sus testaferros, aliados a un sector de terratenientes subordinados a ese imperialismo. Para cubrirse se pusieron el pomposo nombre de “Carnes Argentinas”. 

La Dirección de Zona, con Enrique como parte, todo el Partido, se trazó una línea de acumulación: dirigir el frigorífico para dirigir Berisso, para dirigir la región.

Los obreros de la carne, acaudillados por la burguesía nacional, habían demostrado el 17 de octubre de 1945 que podían hacerlo. Siendo destacamento principal para sacar el general Perón de la cárcel y ponerlo en el gobierno.

No es casualidad: todos nuestros compañeros asesinados posteriormente fueron arrojados en Berisso. Y que la mayoría de los 53 detenidos también lo fueran en Berisso.

Ni que en ese proceso surgiera el Cuerpo de Delegados que iba a encabezar la heroica huelga de los 28 días en 1979 contra los despidos que iniciaba el proceso que iba a culminar a principio de 1984 con su liquidación y cierre.

Analizar esa historia para aprender: cómo un Partido muy pequeño con una línea política justa puede avanzar en fundirse con esos trabajadores, armar un frente único,  de contenido antiimperialista y agrario, democrático y popular, condensada en el cuerpo de delegados de sección. Crecer.

Por eso Enrique había decidido ingresar al Ferrocarril Roca, con la ayuda de su padre Raúl, viejo ferroviario de Tolosa. Con el apoyo de siempre de su madre, Marta.

Pero los golpistas lograron dividir al pueblo, y el golpe pasó. Y se abrió una de las páginas más negras de la historia de la Argentina.

Hoy ni el mundo ni América Latina son lo mismo. Tampoco podemos decir que las cosas están calmas. Crecen los factores de guerra y la disputa interimperialista se ha agudizado, en una situación que el papa Francisco llama “3ra. Guerra Mundial por etapas”. Desde hace décadas la discusión, en esencia, sigue siendo la misma.

Decían que para enfrentar a los yanquis tenían que tener los rusos en la retaguardia. Terminaron siendo los cuzcos del socialimperialismo. Muchos de aquellos que en los 70 trabajaron activamente para que el golpe corone, hoy siguen repitiendo la misma película.

La dirección del kirchnerismo es la expresión más acabada de ese pensamiento. Luego de 12 años de gobierno, forcejeando con los yanquis a quienes definen como enemigo principal, le han servido en bandeja nuestros recursos y la economía al imperialismos chino y ruso, con los acuerdos estratégicos integrales.

Se disfrazan de nacionales y populares pero, a contrapartida, han permitido la instalación de una base militar china en Neuquén y son los artífices de la sojización del campo argentino subordinado al imperialismo chino, principal comprador de soja.

Han profundizado la concentración de la tierra en manos de unos pocos, al punto que menos de 9.000 terratenientes son dueños del 60% de las tierras productivas. 

Han vuelto a fracasar. Remachando la dependencia, han dejado como herencia “tierra arrasada”, siendo nuevamente el pueblo quien tenga que pagar la consecuencias de su política.

Este debate tiene 200 años: ya Belgrano levantó la consigna “ni amo nuevo ni amo viejo, ningún amo”.

Con el resultado de las últimas elecciones la situación política ha cambiado. La disputa de grupos del bloque dominante por el control del poder en la Argentina es feroz.

Grandes masas, cansadas de la prepotencia kirchnerista han decidido castigarla con su voto. Esa necesidad de cambiar las condiciones de vida que a millones les toca padecer las ha capitalizado Macri, llegando a la presidencia.

No hay cambio en los intereses que defienden, porque representan distintos sectores de las clases dominantes, que tienen un punto en común: que la crisis y el ajuste los siga pagando el pueblo.

Nuestro Partido debe zambullirse en el gigantesco debate de masas abierto en las elecciones. Es muy bueno que las grandes masas se adueñen de la lucha política. Si tomamos esta tarea con las dos manos, podremos multiplicar nuestro trabajo en los centros obreros y campesinos. Y hacer del Frente Popular una fuerza que llegue a todos los rincones del país.

Junto a esto debemos ponernos a la cabeza de la lucha partiendo de las necesidades, sin sobrepasarnos, con ventaja y con razón. Buscando reconstruir la unidad de los sectores populares que las elecciones dividió. 

Los 5 paros nacionales, la oleada de lucha agraria, las grandes expresiones de lucha del movimiento de mujeres que vienen de realizar un exitoso 30 Encuentro Nacional con más de 65 mil compañeras, nos demuestran que es posible.

En el último año tenemos experiencias de dónde tirar que nos llenan de esperanza. Como la recuperación de la Comisión Interna de la ex Terrabusi a mano del clasismo y sectores combativos, la recuperación del ATE Quilmes y de La Pampa.

Y el histórico triunfo de la toma de tierra de Abasto que garantiza un lote para construir la vivienda para 1.000 familias. Donde se concretó el último viernes la preadjudicación y el miércoles se pasa a tomar posesión.

Vamos a vivir momentos duros y dolorosos que van exigir de los comunistas revolucionarios, de las fuerzas clasistas y antiimperialista, de la clase obrera y el pueblo una gran firmeza, una gran serenidad en plantarse para que la crisis no la paguen los trabajadores y el pueblo. 

Nos templamos en el ejemplo y en la lucha de Enrique para Seguir reclamando el esclarecimiento de su asesinato y que tenga respuesta la causa que hemos iniciado.

Nos nutrimos de su legado que es el motor para continuar y seguimos su lucha para hacer parir la revolución que nuestro pueblo tanto necesita.

Viva Enrique Rusconi! 

Vivan los 30.000 detenidos desaparecidos!

Viva el Comité Central! 

Viva el Partido Comunista Revolucionario!