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16 de diciembre de 2015

Carnaval contra Sofina

Crónicas proletarias

 Uno de los fundadores del Partido Comunista en la provincia de Santa Fe, Florindo Moretti, cuenta en el libro escrito por Arturo Marcos Lozza, Tiempo de huelgas, una anécdota que pinta el grado de auge revolucionario que recorría nuestra patria en 1919. Para los carnavales de ese año, Moretti, por entonces un joven trabajador ferroviario, integraba la murga “Los Rascatripas” junto a otros 50 compañeros de trabajo, en la ciudad de Casilda.

 Uno de los fundadores del Partido Comunista en la provincia de Santa Fe, Florindo Moretti, cuenta en el libro escrito por Arturo Marcos Lozza, Tiempo de huelgas, una anécdota que pinta el grado de auge revolucionario que recorría nuestra patria en 1919. Para los carnavales de ese año, Moretti, por entonces un joven trabajador ferroviario, integraba la murga “Los Rascatripas” junto a otros 50 compañeros de trabajo, en la ciudad de Casilda.
La corriente eléctrica de la ciudad era provista por pequeñas usinas locales, como el molino Fénix de Werner, que enfrentaban el avance de los grandes monopolios imperialistas que iban desplazando estos negocios lugareños. 
A Casilda había llegado el largo brazo de Sofina (Société Financière de Transports et D’Entreprises Industrielles), holding radicado en Bélgica, y que por esos años proveía de energía eléctrica a la ciudad de Buenos Aires, a través de su subsidiaria, la tristemente célebre Chade (Compañía Hispano-Americana de Electricidad). Moretti caracteriza a Sofina como “anglo-belga”, aunque fue fundada como sociedad anónima en 1898 por iniciativa del grupo alemán UEG (Unión Elektrizitäts Gesellschaft, precursor de la AEG), y los trusts norteamericanos Thomson-Houston Electric Company y General Electric.
Era intendente de Casilda un caudillo local, Laudelino Cruz, “hombre político muy típico de la Argentina, caudillo, campesino rico radicado en la ciudad, con intensa actividad comiteril y social”. Justo para los tiempos de carnaval Sofina quiso poner condiciones para la prestación del servicio, que Cruz no aceptó.
Cuenta Moretti: “Y a la noche fuimos al corso del Carnaval… Eso era un mundo de gente divirtiéndose… Todo Casilda estaba volcado a la calle. Y en eso, la ‘Sofina’ cortó el suministro de energía eléctrica porque Laudelino Cruz no le había aceptado los condicionamientos. Casilda quedó a oscuras. Entonces ese Carnaval se convirtió en una demostración pública de protesta. A partir de ahí el comercio cerró sus puertas y durante diez días la ciudad quedó sin luz”.
El enfrentamiento con el monopolio eléctrico creció, y junto al caudillo Cruz participaron los ferroviarios, los comerciantes y los peones, así como los carreros (pequeños propietarios dice Moretti) y cocheros, donde tenía influencia Cruz “querido por los criollos”. Finalmente cerraron un acuerdo el intendente y Sofina, con “mutuas concesiones”. Reflexiona Moretti sobre estos hechos: “…la política no era solamente una teoría, sino parte de la vida, del contacto con la masa y de saber cómo interpretarla”.