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16 de diciembre de 2015

El 8 de enero de 1973 fue asesinada Soledad Barrett Viedma en la masacre de San Bento, durante la dictadura del Brasil. Tenía 28 años.

Brasil pide perdón por el crimen de Soledad Barrett

A 42 años de su asesinato

 
El Estado brasileño decidió pedir formalmente disculpas a Ñasaindy Barrett de Araujo por la persecución y asesinato que sufrió su madre. Fue declarada oficialmente muerta y desaparecida por la responsabilidad del Estado brasileño y amnistiada política post-mortem por todas las persecuciones que sufrió en vida. 

 
El Estado brasileño decidió pedir formalmente disculpas a Ñasaindy Barrett de Araujo por la persecución y asesinato que sufrió su madre. Fue declarada oficialmente muerta y desaparecida por la responsabilidad del Estado brasileño y amnistiada política post-mortem por todas las persecuciones que sufrió en vida. 
La historia de Soledad Barrett está marcada por la lucha contra dictaduras en Paraguay, Uruguay y el Brasil. Había nacido en Paraguay en 1945 y era nieta del escritor anarquista hispano-paraguayo Rafael Barrett. Durante la dictadura de Stroessner, su familia debió exiliarse en Montevideo, donde Soledad vivió buena parte de su juventud. 
En julio de 1962 un grupo neonazi la raptó en su condición de destacada dirigente estudiantil y con amenazas de muerte quisieron obligarla a gritar “Viva Hitler” y en contra de Fidel Castro. Como se resistió, le tajearon con navaja cruces esvásticas en los muslos. Luego vivió varios años en Cuba donde contrajo matrimonio con el brasileño José María Ferreira de Araujo con quien tuvo una hija. Su marido volvió al Brasil en 1970 para integrarse a grupos de la revolución socialista, pero fue apresado y asesinado.
Ya en Brasil, Soledad, militante de la Vanguardia Popular Revolucionaria (VPR), conoce en 1971 a un amigo y camarada de José María Ferreira, el cabo Anselmo dos Santos, uno de los líderes del llamado “movimiento de los marineros”, que en 1963 se atrevió a desafiar la rígida estructura militar reclamando condiciones dignas. 
Las vidas de Soledad y Anselmo se fueron acercando y luego fueron pareja. Lo terrible de la historia es que el cabo Anselmo en esa época era en realidad un infiltrado, un agente al servicio de la policía política del Brasil, colaborando con los más sanguinarios grupos de la represión. Completó su traición entregando a seis miembros del grupo del cual él mismo formaba parte. Entre ellos se encontraba su propia compañera, Soledad, quien además estaba embarazada de cuatro meses.
Ninguna tragedia griega ha llegado a plantear una situación semejante: descubrir de golpe que su pareja se ha transfigurado en verdugo, que empujará a la muerte a sus compañeros, a ella misma y a su propio hijo antes de nacer. Esto es lo que finalmente explica su insistencia en preguntar “¿por qué?”. Su cuerpo sigue desaparecido y hasta ahora no había sido declarada oficialmente muerta.
Los que la conocieron hablan de su belleza arrolladora, pero destacan aún más su belleza interior. La corta existencia de Soledad Barrett fue un canto de rebeldía y libertad; su final, una cruel historia de lucha, amor, traición y muerte en los tiempos oscuros de dictadura brasileña. Mario Benedetti escribió en su memoria el poema “Muerte de Soledad Barrett”. Daniel Viglietti compuso la canción “Soledad”.