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06 de enero de 2016

Cuando salga esta edición a la calle, nuestro querido Partido Comunista Revolucionario estará cumpliendo 48 años desde su presentación pública, el 6 de enero de 1968.

¡Vivan los 48 años del PCR!

1968- 6 de enero- 2016

Eran los años de la dictadura de Onganía. Meses antes, en octubre de 1967, ante el asesinato del Che Guevara en Bolivia, y al quedar al descubierto la traición del Partido Comunista y de la Unión Soviética, rompimos con la dirección de ese PC, y pusimos en marcha la creación de un partido que rescatara la teoría revolucionaria de Marx y Lenin, que la dirección del PC había reemplazado por el revisionismo.

Eran los años de la dictadura de Onganía. Meses antes, en octubre de 1967, ante el asesinato del Che Guevara en Bolivia, y al quedar al descubierto la traición del Partido Comunista y de la Unión Soviética, rompimos con la dirección de ese PC, y pusimos en marcha la creación de un partido que rescatara la teoría revolucionaria de Marx y Lenin, que la dirección del PC había reemplazado por el revisionismo.
El surgimiento del PCR expresó la necesidad de la lucha revolucionaria obrera y popular de contar con un partido de vanguardia en nuestro país, ante el abandono de las banderas revolucionarias por parte de la dirección del PC. Nacimos luchando contra la dictadura de Onganía, y nos hemos mantenido en esa senda. 
“El PCR se forjó en el siglo de las grandes revoluciones que en su momento llegaron a ocupar la tercera parte de la tierra. Fuimos partícipes de grandes luchas que conmovieron en ese siglo: los Cordobazos, Tucumanazos, Rosariazos. La dirección por el clasismo de grandes experiencias de lucha como fue el caso del Smata Córdoba –encabezada por el querido René Salamanca- y otras. La dirección de comisiones internas y sindicatos, la dirección de la histórica FUA del Cordobazo que presidía Jorge Rocha. Grandes luchas agrarias, las Ligas Agrarias de las que participó un destacado dirigente, el compañero Paillole. La experiencia socialista del siglo 20, compañeros, fue derrotada. Pero el capitalismo no tiene futuro. Condena a la humanidad a sufrimientos atroces”, decía nuestro secretario general, Otto Vargas, en el 46 aniversario.
En estos 48 años, con la línea de hegemonía proletaria en la revolución, avanzamos en fundirnos con las masas oprimidas y explotadas. Esa unidad, en particular con las masas peronistas, se ha forjado también con lazos de sangre de comunistas revolucionarios asesinados, detenidos desaparecidos, secuestrados, torturados y encarcelados, principalmente en la lucha contra el golpe de Estado de 1976 y durante los años de la dictadura militar. Ellos forman parte de quienes, a lo largo de la historia argentina han ofrendado su vida en defensa de los intereses de la clase obrera, del pueblo y de la patria. 
En estos años de lucha revolucionaria, nuestro PCR pasó a tener como guía el marxismo-leninismo-maoísmo. Con él nos nutrimos de la historia de lucha de la clase obrera y el pueblo argentino que han bocetado una y otra vez el camino insurreccional. Los comunistas revolucionarios de la Argentina luchamos por una sociedad sin explotadores ni explotados, tratando de aprender de la experiencia del proletariado internacional, de las grandes revoluciones del siglo 20 y de las derrotas sufridas.
Nuestro PCR, nacido en las luchas callejeras contra una dictadura, se templó en la lucha contra el terror fascista durante la dictadura violo videlista, por la paz con Chile y en la gesta de Malvinas, y continuó peleando desde 1983 tanto en la lucha social y económica, como en la electoral, ayudando a conformar el Partido del Trabajo y del Pueblo. Fuimos parte de grandes experiencias de nuestra clase obrera, como la ocupación de Ford por sus trabajadores y la puesta en producción de la planta, sin jefes ni patrones. Participamos de las luchas contra la entrega menemista, cuyo emblema fue la defensa del Astillero Río Santiago. Bregamos por el camino de las puebladas que se expresó en el Argentinazo de diciembre de 2001. Encabezamos la rebelión agraria y federal de 2008, defendiendo los intereses de los trabajadores rurales y los pequeños y medianos campesinos. Protagonizamos la heroica lucha de los obreros de Terrabusi-Kraft en 2009, que marcó un camino para enfrentar la crisis, así como grandes luchas por tierra para vivir y trabajar, en todo el país. En todas estas luchas tuvimos mártires, a los que no olvidaremos.
Ante las elecciones del 2015, impulsamos el Frente Popular para reagrupar fuerzas en todo el territorio nacional.
 
Redoblar el paso
Llegamos a estos 48 años con un cambio en el escenario político en nuestro país, tras la asunción del gobierno de Mauricio Macri, representante de sectores de burguesía intermediaria del imperialismo, opuestos a los sectores representados por el kirchnerismo. Con la guía de nuestro 12 Congreso y la dirección de su Comité Central encabezado por Otto Vargas, encararemos con toda la fuerza este nuevo año, “caminando con las dos piernas”: a la cabeza de la lucha económica, social, democrática y patriótica, y trabajando por el fortalecimiento del Partido del Trabajo y del Pueblo en todo el país, y del Frente Popular. 
De la misma manera, sostendremos las tareas internacionalistas que nos depara la situación internacional, cuando crecen aceleradamente los factores de guerra en el mundo, y se desarrollan luchas de distintos pueblos y naciones por su liberación.
“En la Argentina existe el comunismo y existe el maoísmo porque existe el PCR, y ese es nuestro mayor orgullo. Existimos y vamos por más”, dijo el camarada Jacinto Roldán en nuestro 47 aniversario. Con ese orgullo reafirmamos nuestro compromiso de redoblar el paso para avanzar en el camino de la revolución necesaria para resolver los urgentes problemas que viven la clase obrera y el pueblo. Una revolución que libere a la Nación de la dependencia del imperialismo, termine con el latifundio a través de la reforma agraria y abra el camino al socialismo. Una revolución democrática-popular, agraria y antiimperialista, en marcha ininterrumpida al socialismo. 
En este nuevo aniversario, mantenemos en alto las banderas de la lucha por la liberación de la clase obrera y por la liberación para siempre de la explotación del hombre por el hombre.