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20 de enero de 2016

Sin pretender hacer un estudio científico de las crecientes de los ríos Paraná y San Javier, pero recurriendo a algunos datos, a los memoriosos y a la tradición oral trataremos de hacer una pequeña reseña histórica de la mismas.

Colonia Mascias, la costa santafesina y las inundaciones

No se han tomado previsiones

 
 La así llamada Costa Santafesina recorre una amplia región que comienza en Romang al norte y finaliza en el Arroyo Leyes al sur y desde el río Paraná con sus islas hasta los arroyos saladillos al oeste, con una superficie de más de un millón de hectáreas contenida en los departamentos San Javier y Garay. Antiguo valle de aluvión del inmenso y caudaloso Río Paraná.

 
 La así llamada Costa Santafesina recorre una amplia región que comienza en Romang al norte y finaliza en el Arroyo Leyes al sur y desde el río Paraná con sus islas hasta los arroyos saladillos al oeste, con una superficie de más de un millón de hectáreas contenida en los departamentos San Javier y Garay. Antiguo valle de aluvión del inmenso y caudaloso Río Paraná.
El primer registro fotográfico que existió es en 1905, en los almacenes de Saladero Cabal en épocas de la Compañía Kemerich, que cubrió una altura de agua de unos 20 centímetros en el pueblo. Una gran riada, no existían ni la ruta ni contención alguna llegando el agua por el viejo valle de inundación hasta los arroyos Saladillos al oeste.
Tengamos en cuenta de que el Amazonas y toda la cuenca del Paraná estaban intactas, con grandes bosques y sin soja, industrias ni ciudades grandes. Dicen los ancianos chacareros que las tierras después del agua, resurgían en fertilidad y producción.
Sin conocimiento de otras posteriores hasta 1959, donde Colonia Mascias quedó aislada totalmente por el agua durante ocho o más meses, abastecida por lanchas, y con la fortuna de contar con el Hospital Rural, con el Dr. Eladio Antonucci y enfermeras, verdaderos apóstoles de la medicina y el servicio a la comunidad y con la Estación Experimetal (del INTA que recién se fundaba) y que antes fuera Junta Nacional del Algodón y ahora Escuela Agrotécnica Nº 377.
Los primeros registros Hidrométricos en San Javier datan de 1966, donde el río San Javier llegó a 8,86 m (muy parecida a la actual).
En el gobierno de Frondizi a fines de los años 1950, es levantado el ferrocarril que llegaba a San Javier desde Santa Fe por el viejo camino real al suroeste, y que funcionaba desde 1911. A principios de los 60 en el gobierno provincial desarrollista de Carlos Silvestre Begnis, se comienza a pavimentar la ruta Nº 1 desde Santa Rosa de Calchines hasta San Javier, y también la defensa de tierra sobre las márgenes del río San Javier.
En la creciente de 1966, el agua destruye la ruta a la altura de Los Algarrobos (arrocera Currius) y El Laurel, produciendo grandes cortes y quedando totalmente aislada la zona al norte sin caminos alternativos ni ferrocarril.
Luego se volvieron a repetir cíclicamente cada cinco a diez años las crecidas, con períodos intermedios de sequías prolongadas o lluvias.
Una muy importante fue la de 1982/83 que cubrió prácticamente un año, en Saladero Cabal el pueblo estuvo inundado con más de 2 metros de agua durante ocho meses. En esa oportunidad la Ruta Pcial Nº 1 tuvo una gran rotura a la altura de Los Cerrillos entre Santa Rosa de Calcines y Cayastá, desbordando como grandes cataratas e inundando el lado oeste, afectando las localidades mencionadas. Su altura máxima en San Javier fue de 9,06 m. Una vez más sin caminos alternativos, aislados con un solo avión del aeroclub que hacía de correo y que se accidentó al poco tiempo, por suerte sin desgracias personales.
Ni hablar de las pérdidas de los productores, sobre todo pequeños y medianos, ganaderos isleños, horticultores, arroceros, pescadores artesanales y la población toda.
Después de ésta, entre otras debemos recordar la creciente extraordinaria del año 1992, que fue la de máxima altura histórica hasta el presente con un registro de 9,36 m en San Javier, y que movilizó a toda la sociedad costera a colocar bolsas con tierra, colaborar solidariamente unos con otros y poder salir del apriete. En esta oportunidad estaba el gobierno de Reutemann en la provincia y Menem en la Nación.
Hasta poco tiempo antes no se habían tocado ni arreglado las viejas defensas sobre la costa, y a instancias del senador por el Dpto. Garay Duillo Pignata, ante las perspectivas de una crecida, el gobierno provincial con la Dirección de Vialidad comienza a construir una defensa en la margen este de la ruta Nº 1 y tratar de defender el único puente que nos conecta con Santa Fe el del Arroyo Leyes.
Esto fue efectivo, sobre todo por la movilización de la población, jóvenes estudiantes, profesores, productores, peones de campo, mujeres, etc. y nos salvamos a duras penas de quedar aislados y mojados.
Esta creciente fue de corta duración, un mes o algo más, lo que no permitió que se rompieran las defensas, zafando de las tormentas y los vientos.
Hoy día no se han tomado ninguna de esas prevenciones, no hay defensas bien constituidas, se han sacado algunas para usar la tierra en otras tareas, no hay plan de evacuación, Vialidad Provincial no tiene nada, salvo buenas intenciones de empleados y funcionarios, pero no existen camiones ni máquinas, no hay préstamos para extraer tierra.
En fin, creemos que a pesar de tanta habladuría sobre “la Corriente del Niño” no se han tomado previsiones y peor aún no se ha creído en que la Ríada era una realidad, y ahora tarde, es difícil de remediar.
Tendremos que recurrir a las inconmensurables reservas solidarias de nuestro pueblo costero para afrontar esta realidad.