Noticias

17 de febrero de 2016

Queremos abordar en esta sección poemas, cartas y/o escritos de comunistas y revolucionarios de todos los tiempos que son ejemplo para nuevas y viejas generaciones. Hoy, textos del escritor comunista checoslovaco Julius Fucik publicados en “Reportaje al pie del patíbulo”, escritos en la cárcel y entregados clandestinamente a su esposa.
 

Que la tristeza no sea unida nunca a nuestro nombre

Vale la pena luchar por la revolución

Cantamos cuando nos sentimos tristes; cantamos cuando el día es alegre; acompañamos con nuestro canto al camarada que se va y con quien quizás nunca nos volvamos a encontrar; cantando recibimos las buenas noticias del frente oriental, y también cantamos por placer, como cantan los hombres desde siempre y como seguirán cantando mientras existan. No hay vida sin canto, como no hay vida sin sol.
 

Cantamos cuando nos sentimos tristes; cantamos cuando el día es alegre; acompañamos con nuestro canto al camarada que se va y con quien quizás nunca nos volvamos a encontrar; cantando recibimos las buenas noticias del frente oriental, y también cantamos por placer, como cantan los hombres desde siempre y como seguirán cantando mientras existan. No hay vida sin canto, como no hay vida sin sol.
 
La muerte es más sencilla de lo que tú creías, y el heroísmo no tiene vanagloria. Pero el combate es aún más cruel de lo que podrías suponer, y para perseverar y llegar a vencer, para eso hace falta una fuerza inconmensurable. Lo notas todos los días en la acción, pero casi nunca llegas a percibirla por completo. Todo parece tan evidente, tan natural.
 
Un buen día, el hoy será el pasado y se hablará de una gran época y de los héroes anónimos que han hecho historia. Quisiera que todos supiesen que no hay héroes anónimos. Eran seres con nombres, con rostros, con deseos y esperanzas, y el dolor del último entre los últimos no fue menor al del primero, cuyo nombre se venerará.
 
Hemos vivido por la alegría, por la alegría hemos ido al combate y por la alegría morimos. Que la tristeza no sea unida nunca a nuestro nombre.