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16 de marzo de 2016

Reproducimos extractos de charlas de los queridos camaradas Rafael Gigli y Jorge Rocha (ya fallecidos),  y Jacinto Roldán, recopilados en  La trama de una Argentina antagónica, de Editorial Ágora.

Así luchamos contra el golpe

A 40 años del 24 de marzo de 1976

¿Por qué pudo triunfar el golpe?

¿Por qué pudo triunfar el golpe?
Extractos de una charla del camarada Jacinto Roldán del 16 de junio de 1998, titulada “Así luchamos contra el golpe”.
Nosotros luchamos activa y sinceramente para impedir el golpe de Estado, y esa posición antigolpista permitió que una parte importante de las masas conociera el carácter fascista y reaccionario de la dictadura que venía. Tuvimos razón cuando señalamos que no había nada peor que el golpe de Estado que se preparaba. Esa posición y esa denuncia permitieron que una parte de las masas estuviera en condiciones de dar un paso atrás, cavando trincheras para organizar la resistencia contra la dictadura.
El golpe pudo pasar, en primer lugar, porque se unieron los sectores prorrusos y proyanquis para seguir disputando sin estorbo por el control de la Argentina.
Los golpistas, en particular el sector hegemónico, llegaron a controlar una gran parte de los mandos de las Fuerzas Armadas. Además, implementaron y utilizaron el terrorismo indiscriminado para su política. Sobre esta base los golpistas, por un lado, provocaban y estimulaban al gobierno, primero con Perón y luego con Isabel, para que reprimiera al pueblo; por otro lado, cuando el gobierno reprimía los golpistas aprovechaban el desprestigio que la represión le acarreaba al gobierno para golpearlo e ir aislándolo. En esta pinza reside uno de los grandes secretos de lo que pasó en la Argentina entre 1973 y 1976.
Tienen una gran responsabilidad los dirigentes de las fuerzas que en el campo popular sembraron la idea de asociarse a los rusos para liberarse de los yanquis. Porque así se dividió a la sociedad argentina en “izquierda y derecha”. “Izquierda”, según ellos, eran los que coincidían con el socialimperialismo y su quintacolumna, y “derecha” todo lo que se le oponía. Esos dirigentes son grandes responsables de lo que ocurrió, porque los sectores prosoviéticos controlaban desde el año ’71 las palancas claves del Estado.
En segundo lugar, el golpe pudo pasar porque el gobierno de burguesía nacional fracasó con su programa de “reconstrucción en paz”. Perón no avanzó sobre el latifundio. Forcejeó con el imperialismo pero no terminó con la dependencia. Él decía: “Reconstruir el país para después liberarlo”. Nosotros decíamos, y seguimos pensando igual; liberarnos primero, para reconstruir el país después. También decía Perón que entre el tiempo y la sangre elegía el tiempo. Pero el resultado fue que se derramó mucha sangre del pueblo y se perdió mucho tiempo por el camino que indicó el General Perón. El mismo camino que había fracasado en 1930, en 1955, en 1966, volvió a fracasar entonces.
Las masas obreras aspiraban a ir más lejos, después de los combates vividos por esos años, de lo que quería ir Perón. Pero había confusión, había ilusiones pacifistas y reformistas. El campesinado pobre, como el gran aliado del proletariado, estaba dirigido, igual que el campesinado medio, por el campesinado rico. Esto era así, incluso en la mayoría de las Ligas Agrarias.
El partido marxista/leninista/maoísta, nosotros, todavía estábamos lejos de ser un Partido enraizado en las masas. Habíamos hecho pie, en forma reciente, en el sector más avanzado del proletariado industrial, pero estábamos lejos de ser conocidos por las grandes masas obreras y populares. Fue en el curso de ese extraordinario proceso de masas que el Partido pudo madurar cuestiones políticas e ideológicas fundamentales. En el Tercer Congreso del PCR, en marzo de 1974, adherimos al maoísmo, al que llegamos… por el requerimiento de nuestra propia práctica revolucionaria. En ese congreso de 1974 alertamos que la situación Argentina iba a un desenlace inevitable. Desde allí avanzamos en el conocimiento de cuestiones fundamentales: quiénes son los amigos y quiénes los enemigos de la revolución; cuál es el blanco de la revolución: los imperialistas, los terratenientes y la burguesía intermediaria; señalamos que desde el año 1971 el socialismperialismo ruso era hegemónico en las clases dominantes; y analizamos, también, que la burguesía nacional era y es una clase a neutralizar, con un sector reaccionario, como el que representa Menem, que adhiere al enemigo y hay que combatir, un sector patriótico que debe ser parte del frente único, y un amplio sector que es posible neutralizar.
 
Las causas del golpe
 
Extracto de una charla de Rafael Gigli del 23 de junio de 1998 titulada “El PCR y la dictadura”.
 
Entre las principales causas del golpe estuvo la de parar ese inmenso auge de masas iniciado en el ’69, derrotar al gobierno peronista de Perón e Isabel Perón luego; un gobierno de burguesía nacional tercermundista, débil, heterogéneo, que incluso tenía en su seno sectores de derecha, reaccionarios, como José López Rega. Este instauró un terrorismo de derecha, con lo cual ayudó también a cavar la fosa y desprestigiar al gobierno de Isabel Perón.
Todo esto en el marco de una situación internacional caracterizada en ese momento por la lucha entre las dos superpotencias: EEUU y la URSS. Con la particularidad de que EEUU venía internacionalmente a la defensiva, producto de la derrota que había sufrido en Vietnam y otros pueblos del sudeste asiático, y los rusos, a la ofensiva.
En el Cono Sur, aunque debilitados, los yanquis contragolpearon activamente apoyado los golpes en Chile, con Pinochet, en Brasil, en Uruguay. También se dieron golpes de Estado en Bolivia y en Perú. Y estaba en disputa el Atlántico Sur, zona importante si las hay, hablando de estrategia militar en el mundo, ya que se trata del único paso natural entre los dos océanos: es imposible concebir una guerra mundial, el desplazamiento de portaaviones, submarinos, etc., sin tener el control sobre este paso. De eso saben mucho los ingleses…
Los rusos habían dado un paso adelante, se habían ubicado en el Atlántico Sur por primera vez con un zarpazo en Angola y en Guinea. Y por lo tanto, en la disputa feroz que había entre ambas superpotencias, la Argentina era el plato fuerte del momento.
En el marco de esa disputa por el control de la Argentina –así como por el control de América Latina y del mundo– ambas superpotencias, no obstante, y los otros imperialismos, particularmente los europeos, estuvieron de acuerdo en el golpe.
 
Antigolpistas, patriotas y comunistas
Extracto de una charla del camarada Jorge Rocha del 2 de junio de 1998, “La tercera presidencia de Perón”.
 
Nosotros no nos confundimos y fuimos antigolpistas, a diferencia de la mayoría de las fuerzas que en aquel entonces apuntalaron y apoyaron al golpismo. La vida desgraciadamente nos dio la razón. Por eso hoy muchas fuerzas sociales y políticas no recuerdan la posición que adoptaron en esos años…
Desde ya, compañeros, esto nos costó sangre. No por casualidad tenemos nuestros mártires. Eso lo saben muy bien ustedes aquí en La Plata. Gody Alvarez, Salamanca, Rusconi, Winer, Quebracho…, en ellos los recordamos a todos. También tuvimos presos que entraron en el ’75, en medio de esa lucha antigolpista, como Norma Nassif, Gigli, y muchísimos más, que pasaron larguísimos años en la cárcel.
Nos atacaron por lopezreguistas, por seguidistas, pero nosotros no fuimos lopezreguistas ni seguidistas. Fuimos marxistas/leninistas/ma-oístas. Nosotros fuimos antigolpistas, patriotas y comunistas. Hemos comprobado que nuestra línea fue justa. Lo que aconteció después nos dio lamentable y sobradamente la razón. Las clases dominantes lograron, entre otros, un objetivo fundamental: cerrar el auge de luchas que se abrió a fines de la década del 60. Nuestra línea nos permitió avanzar. Nos permitió luego enfrentar a la dictadura desde un primer momento, quedándonos en el país, fundiéndonos nuevamente con las masas peronistas y el pueblo, y nos permitió seguir el combate por la revolución.