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22 de marzo de 2016

El Banco Central volvió a subir abruptamente las tasas para frenar el desboque del dólar.

Macri refuerza la bicicleta financiera

Con aumentos de tasas por el Banco Central

Para frenar el desboque del dólar a fines de febrero (ver “Dólar vs. Tasas”, en hoy n° 1608), el Banco Central volvió a subir abruptamente las tasas de interés que paga por sus títulos (letras Lebac y Nobac) hasta el 37% y volvió a subirlas un punto más en la tercera semana de marzo. A 35 días, la entidad que preside Federico Sturzenegger, ya paga 38% anual, mientras que por sus letras a 63 días ofrece el 35% (en febrero era 29%). La cotización para la venta del dólar terminó cayendo por debajo de los 15 pesos, en un mercado con bajo nivel de operaciones. Lo que confirmó que esa baja no obedecía a la incidencia de una mayor oferta de divisas, sino que a un repliegue notable en la demanda, precisamente generado por el abrupto salto que tuvo el costo del dinero. Esto también se reflejó en el nivel de reservas del Banco Central, que no pudo recuperarse de los dólares perdidos para planchar nuevamente al dólar. Recién recuperó algo la semana pasada con el ingreso de los 1.250 millones de dólares obtenidos por la provincia de Buenos Aires, en sus nuevos títulos vendidos al 9,37% en plazas del mundo en las que las tasas de referencia para las casas matrices de los bancos imperialistas están cayendo a cero (ver “La guerra de monedas”, en pág. 14). También espera que en poco tiempo ingresen otros 1.000 millones de otra colocación de títulos de YPF, que se sigue endeudando a tasas en dólares que superan el 7,5%, en beneficio de JP Morgan a través de su nuevo presidente, el ex Telecom Miguel Angel Gutiérrez, con Galuccio todavía de gerente general.
En tanto, las elevadas tasas en pesos de los títulos del Banco Central siguen reforzando la bicicleta financiera con un mayor atractivo no sólo para los inversores sino también para los que atesoran dólares, ya que las Lebac prometen retornos de hasta 20% anual en esa moneda. Aunque la operación es algo más sofisticada: además de comprar el título del Banco Central, los inversores deben comprar un contrato de futuros de dólar. De esta forma, fijan el tipo de cambio al que pueden comprar los dólares una vez que venza la Lebac y recobren sus pesos. El costo de los contratos está hoy en torno al 20%, con lo cual el inversor se aseguraría una tasa en dólares del 18% o más (el 38% que pagan las Lebac menos el 20% que cuesta el futuro).
Las elevadas tasas de interés, al tiempo que ahondan la recesión de la economía, agrandan aún más el quebranto del Banco Central heredado del kirchnerismo. Al reconocimiento de los seguros de cambio fraudulentos anteriores –acrecentados por la mayor devaluación del peso– se siguen sumando los compromisos que significan más letras y mayores intereses, aumentándose de esta manera el déficit cuasi-fiscal del Banco Central. Así se sigue así engordando la bomba de tiempo montada con la bicicleta financiera kirchnerista, que alimenta la inflación por el lado monetario y, a la corta o a la larga, termina favoreciendo las presiones devaluatorias de los monopolios exportadores.