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20 de abril de 2016

El pueblo de Fray Luis Beltrán dijo basta

Mendoza: asesinatos, violaciones e inseguridad

 
 “Trini” Rodríguez de 8 años cursaba el 2º grado. Como miles de niños y niñas de las zonas rurales de nuestra Mendoza, recorría todos los días una importante distancia desde donde vivía su familia hasta el barrio donde, con un micro, podía llegar a la escuela. 

 
 “Trini” Rodríguez de 8 años cursaba el 2º grado. Como miles de niños y niñas de las zonas rurales de nuestra Mendoza, recorría todos los días una importante distancia desde donde vivía su familia hasta el barrio donde, con un micro, podía llegar a la escuela. 
Sus papás son obreros rurales (cosecha de uva, trabajo en el ajo o en las aceitunas, etc.) que como la mayoría están precarizados, con trabajos temporales y changas esporádicas. Vivienda absolutamente precarizada, condiciones que distan mucho de tener las mínimas a que cualquier obrero debiera acceder. 
El lunes 11 de marzo Trini salió para hacer el camino a su escuela y nunca volvió. La familia y el barrio entero se movilizaron y su hermano y su papá hicieron en la madrugada el hallazgo macabro: Trini había sido incinerada como modo de esconder la violación.
Fray Luis Beltrán entero reaccionó y sobre todo sus vecinos del Barrio San Cayetano: la indignación fue creciendo a medida que pasaban las horas. Rápidamente se señaló a tres hermanos que recientemente habían venido a vivir cerca de la finca, corridos de otro barrio por los vecinos ante un intento de violación a un niño de 10 años que afortunadamente fracasó. 
 
El dolor se transforma en reclamo
El dolor, el espanto se iba transformando en reclamo de justicia, de seguridad, de mejores condiciones de vida. La marcha de vecinos, que espontáneamente partió del Barrio San Cayetano y se fue engrosando hasta ser más de un millar, mostró la indignación de un pueblo que viene pidiendo que el Estado se ocupe de “algo” de lo que reclaman: seguridad, salud, vivienda, trabajo digno, poder producir… entre otras
La gente, pequeños productores, obreros rurales, pequeños comerciantes, mujeres y niños, querían que les entregaran a los acusados, que no los encubrieran, había ganas de hacer justicia por mano propia. Hubo momentos de mucha tensión en la seccional de Beltrán. Y luego en la comisaría 49 de Rodeo del Medio, a la que se marchó más de 4 km al canto de ¡justicia, justicia! ¡Trinidad presente. Ahora y siempre! ¡No se metan con nuestros niños!
Cuando la marcha arribó a Rodeo del Medio, frente a la seccional los cascos de la infantería estaban custodiando la comisaría: se quemaron gomas al mismo tiempo que se exigía la presencia del comisario y del ministro de Gobierno, quienes nunca aparecieron. Ante la presión se logró que una comisión de vecinos entrara a la comisaría a inspeccionar si tenían escondidos a los imputados “Ustedes los cuidan a ellos y a nosotros sólo nos hacen multas a las motitos con que nos movemos”, “Ustedes son cómplices”. Se unificó la marcha en la consigna: “Bermejo, Cornejo, que vengan para acá”, siendo Bermejo el intendente de Maipú, justicialista y Cornejo el gobernador radical en Cambiemos.
 
Docentes solidarias
Como una participante más exigiendo justicia, estaba en Rodeo del Medio una mamá que gritaba a toda voz “Esta muerte se podría haber evitado. Yo los denuncié en agosto por intento de violación a mi hijo”. Todo esto mientras blandía los papeles de la denuncia en su mano: “Nunca nos ayudan ni el gobierno, ni la policía ni nadie. Sólo les pintaron los dedos a los tres y ante nuestro ataque en el barrio, vino un camión del gobierno y los llevó adonde ahora mataron. Se podría haber salvado a Trini ¿Hasta cuándo vamos a pedir por justicia? Sólo nos piden coimas  para no hacernos una multa”. En ese marco, rescató que recibió solidaridad sólo de la escuela donde iba su hijo, la escuela Varela del Pedregal. 
Fuimos a visitar esa escuela y la Lafinur donde iba Trini, para ir charlando y coordinando con Apepro (Asociación de Pequeños Productores) y la CCC del barrio San Cayetano cómo seguir. Nos plantearon la posibilidad de contener y llevar asistencia psicológica no sólo a la familia sino a la comunidad en su conjunto por la conmoción recibida. 
A su vez nosotras les hicimos llegar nuestra solidaridad a esas docentes que, mientras soportan una embestida del gobierno provincial, desmereciendo su trabajo, ellas silenciosamente son referentes y apoyo para esas comunidades tan castigadas y sólo enmarcadas como “excluidas”. El gobierno de Cornejo les ha negado paritarias al dar por decreto el aumento, y peor aún, también ha hecho perder derechos laborales largamente luchados, poniendo ahora un ítem aula que va contra la ley vigente sobre inasistencias laborales. Para hacerlo se ha lanzado una campaña de desprestigio al trabajo docente (“sólo trabajan 4 horas”, “se piden licencia por nada”, “son casi ñoquis”). Como siempre, la verdad está en los hechos, y los hechos demuestran que los docentes siguen siendo pilares de las comunidades.
 
Tomar la seguridad en nuestras manos
Las compañeras de Apepro, del Ropero Comunitario y otras organizaciones se pusieron en comunicación con una parte importante de referentes de la comunidad para ayudar a organizar el barrio en primer lugar y el distrito todo en su propia seguridad, tomarla en sus manos como única garantía reclamando al Estado desde esa organización. 
La lucha por justicia seguirá atravesando toda otra lucha diaria por la producción de los pequeños productores que van emigrando a las villas de la ciudad ante la crisis regional de la agricultura, o se quedan sin changas en medio de una inflación sin freno que los castiga todos los días, por viviendas dignas, por salud, por tierra para trabajarla. “Nuestras vidas están atravesadas por el trabajo duro y sin pausa: tenemos derecho a luchar por una vida mejor”, dijo una de las mujeres en la marcha.
Este ha sido sólo un capítulo en lo que seguramente será una larga lucha por justicia y condiciones dignas de vida para todos los beltranences y maipucinos como parte del pueblo entero de Mendoza.