Dos horas antes
tu madre acercaba tu pelo
de trigo
El día de niño trae
el rostro de Ana Sosa
cuando en vano los pequeños
esperan con sus ojos
de melaza un chocolate
que nunca tomarán
Lejos
un ford se escucha
la conducen
a un laberinto de sombras
Las cañas se retuercen con su memoria
recordándole tu canto amarillo
mami cae en un silencio de valentía
Desgarra y quema la picana
su carne de mujer rebelde
Mami solloza por su niña que
esta noche dormirá sola
mami es valiente
no duele
no duele
se dice a sí misma
frunce los dientes calla
ella calla
y no traiciona
Pero no llores ángel bello
porque la más combatiente de todas las rosas
vuela desde una celda hacia tu caricia
y la sonrisa de Ana te abraza
en el día del niño:
dos horas antes.
Juan M. (Tucumán)