Las masivas movilizaciones de #NiUnAMenos, y las luchas y organizaciones especialmente de mujeres que se vienen dando desde hace tiempo con tanta efervescencia, y que atraviesan el país, lograron este medio triunfo, que ahora deberá replicarse en diputados. Esa es la batalla que sigue.
Las masivas movilizaciones de #NiUnAMenos, y las luchas y organizaciones especialmente de mujeres que se vienen dando desde hace tiempo con tanta efervescencia, y que atraviesan el país, lograron este medio triunfo, que ahora deberá replicarse en diputados. Esa es la batalla que sigue.
En el año 2007, un caso paradigmático de San Pedro de Jujuy, el de “N”, y una lucha que seguía con el caso de Romina Tejerina y la visibilización del ultraje sexual a las mujeres, nos llevó desde la Casa de la Mujer María Conti y desde la Multisectorial de Mujeres de Jujuy, a plantear la necesidad de poner en foco este drama: el de la violencia más ultrajante. Es así que comenzamos a juntar firmas para lograr la declaración de emergencia en violencia sexual contra la mujer. Siguieron las mujeres que llegaban todos los días a la Casa de la Mujer María Conti, ni bien se abrió en ese 2007, a buscar ayuda con otros casos de violación y también con violencia doméstica. Es así que ampliamos esa declaración de emergencia a la violencia doméstica. Luego se hicieron carne en este movimiento las muertes de mujeres por femicidio. Todo como un sinfín de tragedias, que luego se enredaban en situaciones de impunidad legal y judicial. Así siguió la lucha intensa por incorporar la figura del femicidio al Código Penal, o la lucha por arrancar medidas cautelares para frenar estas violencias, o la lucha por lograr la cárcel de violadores tantas veces liberados a los que volvimos al encierro con pedidos de jury a jueces.
Son casi diez años de una ardua y sostenida batalla, en la que a veces fuimos muchas y muchos, acompañadas las mujeres por otras organizaciones sindicales, sociales, etc. Y otras veces no éramos tantas, aunque siempre las suficientes para sostener una radio abierta, un escrache, unas banderas y hacer roncha. Porque lo que siempre tuvimos fue la razón. Una razón que carga con muertes, dolores infinitos, ultrajes, silencios, miedos, vergüenzas, llantos, violencias, y que por eso siempre conmueve a una gran parte del pueblo. Ese conmover nos hizo fuertes. Aunque desde ya todo ese paño motivó intensas reacciones, persecuciones, represiones. Pero llevamos todo esa mochila en nuestra historia, con el orgullo de que nos sepan insobornables, que no es poco en esta sociedad tan corrompida y donde tantos están en venta.
La lucha por la declaración de emergencia transformada en reclamo y consigna en 2007, atravesó el reclamo provincial, municipal y nacional. Y fue una de las banderas principales de las inmensas movilizaciones de #NiUnaMenos en 2015 y 2016. Hoy esa masividad que rechaza las muertes, el machismo, las violencias hacia las mujeres, y que nos une cada 3 de junio y en tantas otras batallas, como la de Belén en Tucumán, que rechaza los femicidios que continúan a pesar de los gobiernos que pasan en el país y en las provincias, o que hace que en barrios se organicen y luchen enfrentando a un violador… todo está al rojo. La emergencia, empujada en este proyecto que llegó al Senado por la lucha masiva contra los femicidios en Bariloche, da cuenta de la grave situación que vivimos las mujeres, y es un paso para avanzar en resolver medidas concretas, como subsidios –equivalente a un salario mínimo según el proyecto con dictamen de Senadores- a mujeres en situación de violencia que no terminarán con esa situación si no acceden al dinero que garantice alimento a ella y sus hijos.
Vamos por más!!
Casa de la Mujer María Conti