El pacto entre la central obrera hegemonizada por la corriente sindicalista, la FORA del 9º Congreso, y la Federación Agraria Argentina, celebrado por delegados de ambas entidades en junio de 1920, fue sometido a los congresos de ambas entidades, posteriormente.
El pacto entre la central obrera hegemonizada por la corriente sindicalista, la FORA del 9º Congreso, y la Federación Agraria Argentina, celebrado por delegados de ambas entidades en junio de 1920, fue sometido a los congresos de ambas entidades, posteriormente.
Frente al pacto, los dirigentes del Partido Comunista (que había adoptado ese nombre en 1920), tuvieron posiciones distintas en la FAA y en la FORA. En la organización chacarera el tema se abordó a los pocos días, en el 8° Congreso realizado en Rosario a fines de junio de 1920. Allí se aprobó por amplia mayoría, y José Boglich, vinculado al PC planteó su importancia en momentos que “el conservadurismo torpe y reaccionario de la clase gobernante, abandonando al campesino a sus propias fuerzas, lo arroja necesariamente en brazos de los otros trabajadores explotados, para juntos conquistar su emancipación”.
El 11 Congreso de la FORA se realizó entre fines de enero y principios de febrero de 1921. Allí se trataron cuestiones sobre las que volveremos, como las huelgas en la Patagonia, y la adscripción de la FORA a la Federación Sindical Internacional ligada a la Segunda Internacional. En ese contexto se trató el pacto con la Federación Agraria. Sebastián Marotta, secretario de la FORA, en polémica con los delegados que no acordaban con el pacto, entre ellos los del PC, argumentó “En la Argentina, país esencialmente agrario, no puede en manera alguna prescindirse de los colonos y repudiarlos, si esto hiciéramos, contribuiríamos a crear un lastre conservador que pesaría gravemente sobre los intereses revolucionarios del proletariado; la misma Rusia nos ofrece un ejemplo que no podemos dejar de tomar muy en cuenta. Necesitamos de los colonos y estos necesitan de los trabajadores. No abramos pues, un abismo artificial entre unos y otros, máxime cuando tanto se proclama que es inminente la caída del capitalismo” (Pablo Volkind, El acuerdo de 1920 entre la F.A.A. y la F.O.R.A.).
En el periódico del PC La Internacional, del 12 de febrero de 1921, en un artículo sobre el Congreso de la FORA, se comenta esta intervención de Marotta, y que uno de los delegados del PC, Guillermo Rugilo, dijo que “si la FORA es una organización genuinamente de clase, no se puede concebir que ella firme pactos con sociedades que por su índole sean contrarias a los propios intereses de la clase trabajadora” planteando que el tema pase a una comisión. Como se ve, en esos años el PC no tenía unanimidad ni claridad en el carácter atrasado y dependiente de nuestro país y la necesidad de que los obreros acaudillen una revolución de liberación nacional y social.