Convocamos a todos nuestros hermanos originarios del actual territorio de la Argentina a este encuentro, los días 13 y 14 de agosto. Lo hacemos para seguir debatiendo nuestras realidades, espacios de participación y reflexión, con respeto por las diferencias y buscando consenso para enfrentar la dolorosa situación en que vivimos.
Convocamos a todos nuestros hermanos originarios del actual territorio de la Argentina a este encuentro, los días 13 y 14 de agosto. Lo hacemos para seguir debatiendo nuestras realidades, espacios de participación y reflexión, con respeto por las diferencias y buscando consenso para enfrentar la dolorosa situación en que vivimos.
Son distintos nuestros rostros, nuestras historias, idiomas, creencias y costumbres. Venimos de las montañas del norte y del sur, de los montes y de las pampas y venimos también de las villas de las grandes ciudades donde llegamos como ríos que desangran nuestros campos.
Venimos de trabajar en grandes campos ajenos de tierras que eran de nuestros abuelos y hoy con el hambre, no podemos entrar a cazar, pescar o sacar leña porque están alambradas y somos perseguidos a los tiros, reprimidos y encarcelados.
Los pueblos y naciones originarias llevamos más de 520 años enfrentamos a las campañas de genocidio y masacre. La llamada “Conquista del Desierto”, el 24 de julio de 1870, fue una de las luchas principales de nuestra historia en el territorio, nuestros abuelos alzados en armas cansados ya de tanto sometimiento y usurpación de nuestro territorio, primero por parte de la conquista, luego de la colonia, tuvieron el coraje y la fuerza suficiente para nuevamente retomar el camino de nuestros antepasados, el de recuperar, reconstruir, defender con la vida y comunitariamente nuestro ancestral territorio.
Somos los más explotados y oprimidos de la Argentina. Somos humillados y discriminados. Han querido usarnos, engañarnos, dividirnos entre nosotros y dividirnos con la mayoría del pueblo argentino que también sufre la explotación y la opresión. Esa es la forma que tienen para dominar a todo el pueblo. La mayoría de las veces lo han logrado, pero estamos empezando a caminar otro camino. Ante las penurias y el sufrimiento del hambre y la injusticia, en cada lugar de Argentina tratamos de unirnos por nuestras necesidades, de ponernos de pie luchando.
Un genocidio silencioso
En los últimos años el gobierno que se fue impulsó una política sojera, de forestación, de negocios inmobiliarios y turísticos, petrolera y minera que avanza beneficiando a poderosos y minoritarios intereses imperialistas, sus socios nativos y los terratenientes, destruyendo nuestra tierra y los recursos naturales. Un gobierno que en el relato hacía aparecer que nos tenía en cuenta pero en la práctica buscaba comprar hermanos con migajas e impulsaba y dejaba hacer ese genocidio a través de la sojización, el desmonte, los negocios turísticos, la minería a cielo abierto, los negocios petroleros, y sobre todo los negocios y apropiación de tierras y territorios con corrupción de los Estados nacional, provinciales y municipales, con represión brutal y en la mayoría de los casos con la corrupción judicial. Nos han dejado más de veinte hermanos asesinados y muchos muertos por gatillo fácil, principalmente jóvenes. Avanzan los desmontes, las fumigaciones, los desalojos, las detenciones, la represión, judicialización y muerte. En síntesis un genocidio silencioso.
Hoy estamos con un nuevo gobierno que por las medidas que ha tomado profundiza lo hecho por el gobierno anterior, por lo tanto esta nueva situación hace más que necesaria la unidad de todos nosotros para defender nuestras tierras y territorios.
El nuevo gobierno de Macri ha cambiado formalmente el INAI del Ministerio de Acción Social al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. No tenía presupuesto el INAI con el kirchnerismo, para llevar adelante el relevamiento de tierras ancestrales dispuesto por la Ley 26160, menos va a tenerlo hoy en Justicia y DDHH. Claro que en este lugar se puede pelear con sus argumentos la declaración de “genocidio de Lesa Humanidad” llevado adelante en la mal llamada Conquista del Desierto, que condene la usurpación delictiva de tierras y territorios, a través del terrorismo de Estado.
La devaluación, la quita de retenciones, los aumentos de precios indiscriminados y la inflación, la continuidad del congelamiento de jubilaciones y planes sociales, el pago de la deuda externa ilegítima y de fondos buitre de este gobierno, y el protocolo represivo, siguen descargando la herencia K sobre las naciones y pueblos originarios y todo el pueblo argentino y no nos está abriendo ninguna esperanza de que las cosas cambien, salvo para peor.
La realidad en La Pampa
De acuerdo a nuestra realidad que vivimos los originarios, hoy situados en la provincia de La Pampa, nos vemos en la necesidad de organizarnos como pueblo mismo a través de los encuentros que venimos organizando con diferentes hermanos, desde el 2007, Encuentro Nacional de Naciones y Pueblos Originarios, organizado por nosotros mismos para conocer los diferentes problemas que tenemos en los lugares donde vivimos. Con ninguna presencia de autoridades gubernamentales de ningún tipo. Ya estamos cansados de ser usados por el Estado de nuestros enemigos y los gobiernos nacionales y provinciales, que solo se acuerdan de que existimos cuando llegan las elecciones. Ya no queremos escuchar a los profesionales a sus servicios, ya que nosotros también sabemos hablar, defender luchar por nuestros derechos. En el Consejo de Loncos estamos las 24 comunidades de La Pampa y 6 comunidades entre ellas la de Bahía Blanca, Mar del Plata, en El Campillo (Córdoba), San Luis y Mendoza. El Consejo de Loncos tiene la figura de entidad de bien público. Las únicas que pueden tramitar personerías jurídicas como pueblo preexistente son las comunidades.
Nosotros como nación estamos armando toda la documentación para exigirle al Estado argentino que nos reconozca como pueblo preexistente de acuerdo al artículo 75 de la Constitución. Vamos a hacer una presentación ante la Corte Suprema, porque el Estado no nos ha otorgado este derecho, que nos pertenece.
La situación de las familias de las comunidades es la misma que tienen familias del pueblo argentino. Nosotros tenemos una política diferente porque las reivindicaciones de los pueblos originarios son diferentes, y también estamos en permanente lucha para que se nos atienda. Nosotros siempre decimos que el gobierno no nos atiende como indígenas, nos atiende como pobres. Esa es la situación real de las comunidades. Depende de la organización que tengamos como pueblo que podamos avanzar en las reivindicaciones que tenemos como originarios.
Haciendo un balance de lo que se está haciendo en el pueblo ranquel creemos que en estos últimos tres años hemos avanzado bastante en cuanto a lo que tiene que ver con la recuperación de tierras y lo que tiene que ver con el reconocimiento del Estado en algunas cosas, como por ejemplo que hace cuatro o cinco años que el Consejo de Loncos está trabajando con el Consejo provincial del Aborigen, que es una entidad creada por una ley provincial, y debería ser quien asegure la política indígena en La Pampa. Tenemos nuestros representantes aquí, y tratamos de que se implementen las políticas indígenas.