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15 de agosto de 2016

El 11 de agosto en el Círculo de Prensa de San Miguel de Tucumán, se realizó el acto homenaje por los 40 años del secuestro y desaparición de Ángel Manfredi y Ana Sosa. Los restos de Ana fueron identificados recientemente en el Pozo de Vargas, lo que hizo aún más emotivo el acto.

Homenaje a Angel Manfredi y Ana Sosa

Se realizó en Tucumán

Una nutrida cantidad de compañeros, familiares y amigos de Ángel y Ana y organizaciones políticas y sociales colmaron el salón de actos. Estuvieron presentes los hijos y nietos de Ana y la esposa, hijos y hermano de Ángel, Sindicato Municipal de Aguilares, CCC, Héctor Manfredo por el PC Tucumán, Hugo Heredia por el Frente Darío Santillán, Yanina Muñoz por Libres del Sur, Gastón Gómez y Facundo Ramos por Barrios de Pie, militantes de DDHH, Josefina Racedo, directora del Instituto de Psicología Social Dr. Pichon-Rivière.

Se hizo mención al iniciar el acto que desde hace 40 años, cuando Ángel y Ana caían en las garras de la dictadura, de distintas maneras, desde el Partido Comunista Revolucionario y su Juventud, rendimos nuestro homenaje, a quienes dieron sus vidas en la lucha por una sociedad sin explotadores ni explotados, por un mundo digno de ser vivido.

Ellos dieron la más feroz de las batallas, cuando les preguntaron a golpes contestaron con su silencio. Como muchos otros de nuestro partido, son nuestros referentes y nos nutrimos de su convicción, entereza y coraje, para seguir levantando las mismas banderas por las cuales ellos dieron sus vidas.

Hablaron en el acto Rubén Portas por el PCR, quien destacó la importancia de la militancia de Ángel como dirigente obrero ferroviario. Diego Rodríguez Aráoz por la JCR, que resaltó la figura de nuestros homenajeados como ejemplo y bandera de la JCR. Ana Daneri, nieta de Ana Sosa, quien leyó la carta a su abuela que ya fuera publicada en el Hoy, y Rosa Nassif por el Comité Central del PCR.

Se leyeron las adhesiones de: Otto Vargas, secretario general del PCR, quien señaló que “en los terribles años de la represión dictatorial, ellos continuaron su actividad manteniendo el contacto del Partido con las masas, con el ferviente deseo de servir al pueblo, sus valientes comportamientos antes sus torturadores y asesinos permitió resguardar y mantener activo al Partido en su lucha antidictatorial”; de la CCC, quienseñalóque “Ángel fue fundador de las Agrupaciones Clasistas 1° de Mayo en las décadas de los 60/70, que son los antecedentes de lo que hoy es la CCC”; de  Darío Perillo, por la Agrupación Docente Ana Sosa, afirmó que en la marcha del pasado 7 de agosto llevaron el nombre de Ana como bandera y pancartas en su recuerdo. Desde la Agrupación Docente Puños de Tiza de Santiago del Estero, remarcaron su adhesión al acto “con la fuerza del reclamo santiagueño que no cesa ante tanto apriete”. A su vez Federico Masso, diputado nacional por Libres del Sur, hizo llegar  un saludo señalando que “hoy, cuando el actual Presidente desconoce el número de desaparecidos, debemos levantar la voz más fuerte que nunca por quienes dieron la vida por una Argentina más justa y solidaria”. También se leyó una poesía dedicada a Lucía, la hija de Ana Sosa.

 

Palabras de Rosa Nassif en el homenaje

Nos encontramos una vez más en este otoño tucumano para rendir homenaje a dos queridísimos compañeros que dieron su vida por ideales revolucionarios que compartimos.

Es inevitable, por lo menos en mi caso, que el recuerdo de Ana y Ángel nos suscite las más encontradas emociones, una cálida ternura al recordar las ocurrencias de Ana, siempre irreverente frente a las formalidades, una sonrisa ante las broncas de Ángel y mucha tristeza porque no están entre nosotros, porque no pueden compartir los logros de sus hijos, de sus nietos y de sus camaradas. Y sobre todo un odio infinito a los genocidas que los torturaron y asesinaron.

Ana y Ángel han quedado unidos en nuestro recuerdo. Compartieron la lucha y se acompañaron y sostuvieron en las terribles horas del cautiverio, tortura y muerte.

Ambos enfrentaron con coraje y desprecio a sus torturadores, Ángel les gritó desafiante “pertenezco al Partido Comunista Revolucionario”. Ana se sacó la capucha y valientemente insultó a los que la torturaban. No pudieron doblegarlos ni someterlos. Eran valientes pero no eran superhéroes, por eso nos acongoja tratar de imaginar lo que sufrieron, pero los admiramos porque fueron capaces de sacar fuerzas sostenidas por sus convicciones revolucionarias y comunistas, por el amor a sus seres queridos y sus camaradas y por el odio a sus enemigos encarnados en esas hienas que los torturaban. Los derrotaron con su silencio.

Ana y Ángel pasaron la prueba para la que nos preparábamos todos esos años. Ellos lo lograron como Gody Álvarez, René Salamanca, Manuel Guerra y tantos otros compañeros nuestros y de otras fuerzas revolucionarias que no cambiaron su vida por la de sus camaradas. Por eso nuestra admiración, nuestro orgullo y nuestra gratitud.

Ana y Ángel están tan unidos en nuestro recuerdo, que no tenemos dudas que como hemos logrado recuperar los restos de Ana, con la lucha y con el trabajo incansable de jóvenes profesionales de ese siniestro Pozo de Vargas, vamos a lograr identificar los de Ángel entre los más de 100 que aún faltan reconocer. Será una nueva derrota de los genocidas que nunca imaginaron que íbamos a poder demostrar que no eran simplemente desaparecidos que no estaban ni vivos ni muertos, como dijo el cínico de Videla, que fueron secuestrados, torturados y asesinados, y que a todos los que aún faltan que paguen por sus crímenes, a donde vayan los iremos a buscar…

 

Hace poco tiempo conocí a Anita, la hija de Lucía. Lucía supo trasmitirle a su hija el amor y el respeto por su abuela. Qué orgullosa se sentiría Ana de ellas, de Esteban y de Diego, el hijo que dejó bebé y que en una de las tantas marchas convertido ya en un joven se nos acercó para pedirnos llevar él el retrato de su mamá.

Anita me pidió que le contara cómo era su abuela…creo que los jóvenes necesitan saber de aquellos años. Cuando nos conocimos con Ángel y Ana éramos más jóvenes que muchos de estos queridos jóvenes de hoy. Con Ángel compartimos un Congreso de estudiantes secundarios, él estaba en la Fede, yo era una estudiante independiente que dirigía el Club Colegial de la Escuela Normal. La dictadura de Onganía nos encontró a los dos en la Fac. de Filosofía y Letras, él estudiaba filosofía y era obrero en los Talleres de Tafí Viejo, yo trabajaba en el Gabinete Psicopedagógico de la Escuela Normal. Ahí conocí a Ana junto con Josefina Racedo.

Con Ana fue una amistad a primera vista. Ya se había recibido de pedagoga, nos llevaba unos años y era una mujer de avanzada, en esa época el movimiento de mujeres no tenía el desarrollo que hoy tiene en nuestro país y que es un ejemplo en todo el mundo. Ana fue una precursora, nos enseñó que las mujeres teníamos derecho a decidir sobre nuestra vida y sobre todo, cuando formamos el PCR, ella se puso Simona en homenaje a esa gran escritora y luchadora que fue Simone de Beauvoir. Ana fue una gran docente, una maestra. La Psicología Social, que nos trajo Pichon-Rivière con Ana Quiroga, y el maoísmo, Ana los incorporó con pasión y los brindó a sus alumnos de la Escuela Normal, de Simoca o de la Escuela de Psicología Social.

Ana era una madre amorosa y ese amor por sus hijos nos lo trasmitía, esa actitud maternal la mantuvo en el cautiverio como lo han relatado compañeras que estuvieron secuestradas con ella. Tenía además una inteligencia profunda, intuitiva, odiaba el dogmatismo, la hipocresía y las poses. Enfrentó el cáncer con fortaleza y también con temor por sus hijos que eran muy chiquitos. En nuestra última conversación, a fines de 1975, en momentos muy difíciles para nosotros, nuestro Partido había decidido defender al gobierno constitucional de Isabel Perón, éramos el único partido de la izquierda que lo hacía, nos acusaban de lopezreguistas y nos asesinaban compañeros. En Tucumán se estaba desplegando el Operativo Independencia, que fue un verdadero laboratorio del horror, que después del golpe se generalizaría en el país. Hoy se está juzgando a los genocidas,  lamentablemente el asesino golpista de Vilas ya ha muerto sin pagar por sus crímenes. Hablábamos de eso y del ejemplo heroico de Enrique Rusconi que fue acribillado en su casa denunciando a sus asesinos ante sus hijitas y su compañera. Ana se despidió diciendo  “Bueno, morir vamos a morir todos, lo importante es no morir al pedo”.

De Ángel ya habló Rubén. Sólo quiero agregar que era de una integridad y una valentía que bordeaba lo temerario, siempre estaba en primera fila.

 

Compañeros, todos nosotros fuimos parte de una juventud que tuvo la suerte de forjarse en esos maravillosos años de los 60 y 70. Llegábamos a la revolución porque no aguantábamos la injusticia de este sistema podrido, por eso que tan bien definió el Che: la capacidad de sentir como propia la injusticia, contra cualquiera en cualquier lugar del mundo. Pero nosotros tuvimos la suerte que no tienen hoy nuestros jóvenes, de que la revolución era palpable, aparecía no solo como necesaria sino que la veíamos desarrollarse en Cuba, en el ejemplo del Che, en Mao llamando a los jóvenes Guardias Rojos a bombardear el cuartel general, o sea al propio CC del PCCh, tratando de impedir que degenerara como ya había sucedido en la URSS; estaba Vietnam donde se derrotaba al país más poderoso, el Mayo francés…Y en nuestro país los correntinazos, cordobazos, rosariazos, y en nuestra provincia la lucha heroica de los obreros azucareros contra el cierre de 11 ingenios que provocó el éxodo de doscientos mil tucumanos, el mayor del que se tenga memoria en nuestro país, un verdadero genocidio social. Ahí concretábamos la unidad obrero estudiantil con los cañeros chicos y todo el pueblo tucumano en varios tucumanazos. En medio de ese auge surgía la necesidad de un partido revolucionario, por eso cuando los jóvenes comunistas resolvieron romper el Partido Comunista que hacía tiempo había perdido todos los atributos revolucionarios, quienes estábamos en el MENAP no dudamos de confluir y fundar el PCR.

Que Ana y Ángel hayan caído en el ingenio Concepción no fue una casualidad; muestra y resume lo que era un compromiso de nuestro Partido: trabajar en el principal centro de concentración del proletariado azucarero con una heroica tradición de lucha en la provincia. Tampoco fue casual que los secuestraran ahí porque hoy se pudo demostrar por la valiente investigación de jóvenes profesionales que esa oligarquía de las más explotadoras del país, -la de los Paz- fue responsable directa de la entrega de más de 26 delegados y toda la Comisión Interna del Ingenio. No sólo se sacaban fotos con el genocida sino que éste tenía una Base de Operaciones con un helipuerto en las instalaciones del Ingenio, y hasta una habitación para quedarse a dormir; la dictadura los premió permitiéndoles aumentar la producción a costas de los ingenios que cerraban. Ellos deben pagar igual que los grandes empresarios que se beneficiaron y fueron partícipes necesarios del genocidio de la dictadura.

Sabemos que el mundo hoy es muy distinto, no porque sea mejor, al contrario, se han agudizado las diferencias y el 1% posee el 99% de las riquezas del planeta. No nos recuperamos aún de la terrible derrota que sufrió el proletariado y los pueblos a escala mundial. Los países que fueron el faro que mostraban que con el proletariado en el poder se podía avanzar hacia una sociedad más igualitaria, Rusia, China, no sólo explotan a sus trabajadores sino que compiten hoy con las otras potencias imperialistas para llevarse nuestros recursos u oprimirnos. Esto está unido a un avance del capitalismo imperialista y de la reacción en todos los aspectos. Junto a la penetración económica han infestado con todo tipo de ideologías reaccionarias a través de los medios con alcance mundial. El argumento principal es que las experiencias socialistas han fracasado, que este sistema capitalista imperialista con todas sus lacras es el único mundo posible; que se puede mejorar…un poquito, y que la revolución es una simple utopía. La palabra, la idea prohibida es la de revolución.

También en nuestro país sufrimos una gran derrota; la dictadura genocida vino para desangrar el auge de los 60 y 70; para imponer su política de ajuste y de entrega tenían que asesinar y encarcelar a miles de luchadores populares, de revolucionarios. Y hoy sabemos que la mayoría de ellos eran delegados y dirigentes obreros clasistas, campesinos y estudiantes. Tenían que terminar con lo que más temían: los “soviets” de fábrica.

Nuestro pueblo no dejó un solo día de luchar, aun en las peores condiciones; aunque se pretenda ocultar, hubo más de 200 huelgas obreras, creció un gran movimiento de DDHH encabezado por las Madres de Plaza de Mayo y nuestro pueblo acompañó la Gesta de Malvinas porque era una guerra justa y a la dictadura le salió el tiro por la culata, porque en lugar de servirle -como pretendía- para sostenerla en el poder, fue el golpe de gracia que obligó a su retirada.

Ganamos la democracia. Es hasta hoy el período más extenso de gobiernos elegidos con el voto popular. Pero en estos más de 30 años no conseguimos aún que nuestra lucha coronara en un gobierno verdaderamente nacional y popular.

 

Hoy lo tenemos a Macri, ayer nomás ese canalla ha declarado a una agencia yanqui que “en esa guerra sucia” (refiriéndose a la dictadura) “no voy a entrar si son 9 mil o 30 mil (…) Me parece que es una discusión que n o tiene sentido”. Es lógico que a Macri no le interese, él y su familia tienen que estar agradecidos a la dictadura porque fueron uno de los beneficiarios directos, no sólo de los negocios de ese periodo sino que logró que su deuda privada se transformara en deuda pública, o sea que la pagamos todos nosotros! Por eso es natural que lo ovacionaran en la Sociedad Rural los de su clase: los grandes terratenientes y exportadores, burgueses intermediarios y monopolios imperialistas. Porque a los pocos días de asumir produjo una transferencia de millones de dólares a favor de esos sectores. Todos los problemas que teníamos en los años del kirchnerismo los ha profundizado y agravado: hambre, pobreza, desocupación, extranjerización… Su proyecto es que el pueblo y que la clase obrera paguen el ajuste, hacernos creer que entregar nuestras riquezas es abrirse al mundo y que las inversiones imperialistas vendrán para desarrollarnos, cuando sabemos que traen 100 para llevarse millones.

Tenemos que pararle la mano a Macri y derrotar su política. No hay duda que el pueblo y su clase obrera lo va a hacer porque no está dispuesto a renunciar a lo que conquistó con su lucha durante estos años. Estamos seguros, porque desde el primer día que asumió Macri han habido luchas, algunas manifestaciones multitudinarias como las del 29 de abril de las cinco organizaciones obreras, la del 12 de mayo de la comunidad educativa -después de muchos años se movilizaron en forma conjunta docentes y estudiantes convocados por la CONADU Histórica- y la gran marcha de más de 100 mil personas, que desde San Cayetano a Plaza de Mayo exigieron Paz, Pan Tierra,Techo y Trabajo.

Pero nuestro gran desafío es que de la derrota de Macri no tengamos un nuevo recambio de las clases dominantes. Queremos que esta vez sea la nuestra. No queremos seguir diciendo en los homenajes que el día que triunfemos Ana, Ángel y todos nuestros héroes y quienes ya no nos acompañan verán hecho realidad aquello por lo que lucharon! Queremos poder rendirles un homenaje con la clase obrera y el pueblo en el poder, desde la Casa de Gobierno con la Plaza Independencia colmada de jóvenes y desde la Casa Rosada decirles: lo hemos logrado, hemos triunfado!

Hasta la victoria, siempre! 30 mil detenidos desaparecidos ¡presente!! Ahora y siempre.