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17 de agosto de 2016

Crece el déficit con Brasil y China

Una política que refuerza el latifundio y la dependencia

 El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) dio a conocer la semana pasada los datos del Intercambio Comercial Argentino en el primer semestre de 2016. 

 El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) dio a conocer la semana pasada los datos del Intercambio Comercial Argentino en el primer semestre de 2016. 
Las cifras muestran que durante el primer semestre de 2016 aunque las exportaciones aumentaron un 8% en las cantidades, su valor cayó 2,6% respecto a igual período de 2015 por una caída en los precios de 9,8%. A su vez, que las importaciones si bien subieron un 9,1% en las cantidades, su valor durante los primeros seis meses de 2016 fue 5,8% inferior al registrado en igual período del año 2015 como resultado de una caída de 13,7% de los precios. Así, la balanza comercial resultó con un saldo positivo de 479 millones de dólares en el primer semestre de 2016, frente al saldo negativo de 483 millones que había tenido en el primer semestre de 2015.
Pero lo más importante es ver como se han compuesto esas cifras, ya que las mismas reflejan parte de lo sucedido en la economía del país en los primeros seis meses de la gestión macrista. Así podemos ver por ejemplo en las exportaciones que, mientras se han sostenido las de productos primarios y de manufacturas de origen agropecuario, han sufrido una fuerte caída (–15,9%) las manufacturas de origen industrial. Lo que tiene que ver principalmente con la situación de nuestro principal comprador de las mismas, Brasil, pero además con la política macrista que refuerza la dependencia y la primarización de nuestra economía.
Esto también se manifiesta en las importaciones pues, habiendo caído notoriamente en valores de los otros rubros, se observa un importante aumento en bienes de consumo del 10,2% (primordialmente juguetes, indumentaria y calzado provenientes de China) y en vehículos automotores de pasajeros del 36,7% (desde Brasil). Esto último por la política de los monopolios imperialistas radicados aquí y en Brasil que optan por disminuir la producción local (con el consiguiente desmedro de la metalurgia y demás industrias conexas) e importar desde Brasil, aprovechando las diferencias de precios entre ambas economías. Así, mientras la producción interna disminuyó a 37.706 unidades en el mes de junio, los automotores importados amontaron a 27.911 unidades. Algo semejante a lo que ocurre con los monopolios de las armadurías electrónicas dependientes del imperialismo de China (aumentaron de allí las compras de Piezas y accesorios para bienes de capital, además de los bienes de consumo).
Todo esto ha llevado a un notorio crecimiento del déficit con los dos principales socios comerciales, Brasil y China. Déficit que en el caso de Brasil pasó de 1.165 millones de dólares a 2.417 millones, del primer semestre de 2015 al primero de 2016. Y en el caso de China a cifras aún mayores: de 2.153 millones de dólares en los seis primeros meses de 2015, a 2.878 millones en el primer semestre de 2016. En contrapartida, aunque sigue siendo importante algo ha disminuido el déficit con los Estados Unidos, el tercer socio comercial. El cuarto mayor déficit se mantiene con Alemania, de dónde se compra mucho más de lo que se le vende.
En tanto la industria local desde febrero de 2016 tiene números en rojo, golpeada por el freno del consumo interno y las mayores importaciones de Brasil y de China. Los sectores fabriles que más retrocedieron en junio de forma interanual fueron: 
Industria automotriz (-21,6%), 
Industrias metálicas básicas (-12,6%), 
Productos minerales no metálicos 
(-9,2%), Industria alimentaria 
(-6,4%), y Sustancias y productos químicos (-6,1%).