La lucha de los pequeños y medianos productores ha obligado a Cristina K a dar un paso atrás, enviando un proyecto de ley al Congreso Nacional para que los legisladores ratifiquen las retenciones móviles. Esto metió el debate en el Congreso, en un intento por “institucionalizar” el conflicto y quitarles protagonismo a miles de productores de todo el país, muchos de los cuales permanecen a la vera de las rutas.
-¿Qué balance hacen de lo que pasó hasta ahora en el Congreso?
-Es lamentable. Si bien fue una votación muy ajustada que marca claramente el gran deshilache de lo que era el unicato de la chequera K, de cualquier manera les alcanza para alinear los votos suficientes para sacar esta adhesión a la Resolución 125, con un artículo 2 que deja en manos de la Presidencia de la Nación la modificación, a partir del 31 de octubre, de cualquiera de las cosas que la Legislatura pudo haber aprobado. Por ejemplo, la segmentación de 300 y 750 toneladas, que además es insuficiente y con devolución a través del ONCAA, que es el ente recaudador y corrupto de los K.
Esto no genera ningún tipo de expectativas. De todas maneras, dentro de la evaluación que tenemos que hacer, creemos que este deshilache del kirchnerismo y de la Legislatura es objetivo y eso no es malo. La lucha agraria ha logrado dos cosas importantes: una, es el paso atrás que dieron con el manejo desde el unicato antifederal y antidemocrático y que han tenido que mandar las cosas al Congreso, si bien también es antidemocrático por su composición, por su forma de manejarse, por trabajar como una escribanía y por su forma de alinearse detrás de la chequera. Empieza a marcarse que hay gente dentro del peronismo y en la oposición que no quiere suicidarse con K detrás de una política antipopular, proimperialista, que ha priorizado la concentración económica y el latifundio en lo que respecta a su política agropecuaria. No solamente la producción de los fideicomisos y los pooles de siembra, si no a través de grupos financieros amigos de los K que terminan agrandando esos latifundios.
–¿Cómo está la gente?
– La gente está con mucha confusión, con mucha desazón, pero con mucha bronca también. Esta bronca todavía no alcanza, precisamente por la confusión y la desazón, para que salgamos como un resorte hacia las rutas. Es necesario clarificar y que la gente pueda masticar y discutir lo que está pasando.
-¿Qué pensás con respecto al planteo de “este fue el primer round, el segundo es el Senado y después queda la Corte Suprema”?
-Fundamentalmente, desde sectores en lucha como Chacareros Federados, y desde el puesto de lucha del Túnel, donde hubo una reunión el miércoles y un cacerolazo el viernes frente a la Catedral de Paraná que en los hechos se convirtió en una asamblea, nosotros no creemos en los rounds parlamentarios. Las clases dominantes, representadas en el parlamento no solamente por los kirchneristas si no también por los alfonsinistas, los duhaldistas, los de la Carrió, entre otros, no pueden dejar pasar un triunfo agrario tan importante. En el que se plantea el millón de chacras, la democratización del uso y tenencia de la tierra, y que tiene en la mira al latifundio como una de las mayores formas de dominación, a la concentración de la tierra que les sirve para poder negociar entre unos pocos. Como por ejemplo el fraudulento acuerdo lechero, que tiene que ver con los subsidios que les dan a tres grandes empresas lácteas, dejando afuera al resto. Esto no se va a resolver a través de este sistema parlamentario, constituido por las clases dominantes.
-Supuestamente también iban a modificar la Ley de Arrendamiento, pero la dejaron colgada…
-Si alguien creyó, realmente, que se iba a tratar la Ley de Arrendamiento, lo único que puedo decirle es que es un iluso. Esa Ley, por lo menos la presentada desde Federación Agraria, recupera cosas importantes de la ley peronista, y de alguna manera avanza sobre la Ley de contrato impuesto, obligando a los dueños de grandes extensiones de tierra a trabajar bajo la ley de arrendamiento. En esa Ley, el Estado podía imponer un contrato de alquiler bajo ciertos términos, y fue una de las causas del golpe de Onganía a Illia… Esta nueva ley ayudaría, como herramienta secundaria, a contrarrestar lo que precisamente ellos están buscando con la 125. Pero la 125, con maquillaje quizás, va a pasar, y no la ley de arrendamiento, porque la mayoría de los legisladores son expresión de las clases dominantes y están de acuerdo en estos temas.
-¿Cómo sigue esto?
-Es fundamental, en este momento, clarificar. Ayudar a que la gente, los productores en particular, vean qué es lo que hay de fondo. Nada de lo que se decida en el parlamento, en este sistema, va a ser para beneficio de los productores. La gente tiene mucha desconfianza, son pocos los que creen que realmente el gobierno va a pagar las compensaciones, pero la mala información es mucha. La lucha que tenemos por delante es una lucha popular, democrática, agraria y federal. Las asambleas en los pueblos están diciendo esto, las multisectoriales; en las distintas formas de democracia directa, esto es lo que se expresa. Está en nuestras manos resolver, no en las de los legisladores. Hay que avanzar desde las multisectoriales por las reivindicaciones de todos los sectores que están en lucha.
