A las naciones qom, wichí, mocoví, colla, mapuche, ranquel, guaraní, aimara, charrúa: hoy me siento muy feliz de que estemos en la tierra del gran cacique de la nación qom, Taigoyé. Feliz por la gran lucha llevada por los hermanos de esta tierra los últimos años, los hermanos qom, que esta semana han triunfado una vez más, consiguiendo todos sus reclamos, derrotando la política del gobernador Capitanich y de la presidenta Kirchner.
Feliz, por la heroica lucha de 30 días de nuestros hermanos de Rosario. Lucha que también está librando la clase obrera por sus salarios, como en Terrabusi, el Astillero, los petroleros del sur, los metalúrgicos, entre otros.
Feliz por los miles de hermanos desocupados que están en las marchas, en los acampes, en los cortes de ruta, por trabajo social a 500 pesos y junto a la lucha agraria; por nuestros abuelos que pelean el 85% vital y móvil. Por los trabajadores rurales que están en las rutas junto a los productores chicos y medios, por sus salarios y por la derogación de la ley de trabajo agrario de la dictadura, la Ley 22.248. Por las luchas de los estatales, los docentes, los estudiantes.
Quiero decir que aquí están los campesinos más pobres de este país, a los que la presidenta quiere usar y enfrentar con la lucha de los pequeños y medianos productores del campo, que llevan 100 días y con la que todos debemos ser solidarios.
La bandera de Belgrano, no la de Roca
Estamos aquí para hablar de nuestros más de 360 hermanos caídos en Malvinas, que enfrentaron con las armas al imperialismo inglés en defensa de la soberanía de este país, como hicieron nuestros ancestros que lucharon codo a codo junto con los criollos contra las invasiones inglesas, en la Revolución de Mayo y en la lucha por la independencia de nuestro país.
Quiero hablar de los miles y miles de hermanos que tenemos en las fuerzas armadas y de seguridad, tanto nacionales como provinciales, a los que queremos pedirles que se nieguen a reprimir la lucha de sus hermanos de las naciones y pueblos originarios y del pueblo argentino; que unan sus brazos y que alcen su voz para bajar, a los genocidas como Roca y Victorica, del pedestal que los han puesto las clases dominantes y los terratenientes dueños de este Estado, que ensuciaron con nuestra sangre la bandera de la Confederación Argentina. Bandera gloriosa creada por el general Belgrano para unirnos a todos contra el imperio español y que flameó en Malvinas. A esa la levantaremos, la honraremos. A la otra, a la de Roca la repudiamos, la pisotearemos.
Un genocidio silencioso
En este encuentro hablaremos mucho sobre el genocidio silencioso que está llevando el Estado y el gobierno de Kirchner sobre nuestros niños y ancianos, sobre todos nosotros, con el hambre, la desnutrición, el sufrimiento, la extranjerización de nuestra tierra, el robo de nuestros recursos naturales como los bosques, el agua pura, la minería, el petróleo.
Tenemos un gobierno mentiroso, entreguista, antioriginario, antiobrero, anticampesino que se disfraza hoy de seguidor de Perón y de popular. Nada de eso son. Nos mienten.
Nos ha duplicado la deuda externa y usuraria, por eso no les alcanza la montaña de plata que han juntado, por eso hacen clientelismo con los pobres. Hasta para pedir remedio y comida hay que hacer luchas larguísimas y duras. No tienen vergüenza, hablan de los pobres, que están con Perón y contra la oligarquía. Ellos son la oligarquía y nos siguen mintiendo.
En este gran encuentro hablaremos de la unidad del pueblo originario con el pueblo argentino, de nuestras experiencias, de nuestras necesidades, nuestros aciertos, de nuestros errores. Hablaremos mucho de nuestros ancestros que pelearon junto a los criollos por la independencia de este país.
Recordaremos a Lautaro, a Tupac Amaru, a Tupac Catari, a San Martín, a Moreno, a Monteagudo, a Castelli, Güemes, a Belgrano y a nuestra hermana Juana Azurduy.
Siguiendo su ejemplo de unidad, a dos años del bicentenario de la Revolución de Mayo debemos pensar en encabezar todas las luchas y unirnos más y más entre nosotros, los pueblos originarios; y más y más en el pueblo argentino para lograr un gobierno como en 1810, donde todos estemos representados en igualdad; para recuperar todo lo que hemos perdido, lo que nos han robado los distintos imperialismos, la burguesía intermediaria y los terratenientes a su servicio.
Para terminar con el hambre, las enfermedades, la desnutrición del los niños, el sufrimiento de los abuelos, tener vivienda digna, educación bilingüe, trabajo digno y sobre todo nuestra tierras y territorios donde podamos vivir armónicamente con la naturaleza y recrear nuestra cultura en tolerancia y diversidad.
¡Viva la unidad de los pueblos originarios con el pueblo argentino!
