1. Estamos mal y vamos peor
Se ha agravado, y mucho, la crisis social y laboral y los sufrimientos del pueblo.
1. Estamos mal y vamos peor
Se ha agravado, y mucho, la crisis social y laboral y los sufrimientos del pueblo.
En el noreste comenzaron los primeros casos de dengue. El año pasado la epidemia infectó al 85% de la población criolla y originaria. La segunda infección es muy grave. O se matan las larvas antes de que el mosquito salga, o será terrible. Hasta ahora, en lugar de trabajar con la población de la región para exterminar la plaga, vuelven a aparecer planes para usurpar y vender 320.000 hectáreas de esas tierras ancestrales. ¿Habrá un nuevo genocidio silencioso para ese negociado? En Santiago del Estero, camionetas de Manaos, del terrateniente Orlando Canido, atacaron con armas de fuego a la comunidad originaria de Bajo Hondo, hay heridos de bala, quemaron los ranchos, mataron a los animales y envenenaron el agua. ¿Así es el plan del gobierno para ampliar la frontera agrícola y llevar la cosecha a 200 millones de toneladas?
Hay 150.000 trabajadores de la construcción desocupados. El gobierno le compró a China un millón de casas prefabricadas. ¿No dijo el gobierno que iba a crear trabajo de calidad?
En cada pueblo o ciudad, cada semana hay despidos, algún campesino abandona la tierra, cierra una pequeña o mediana empresa o comercio. El gobierno maneja YPF, que sigue bajando torres de perforación, ¿negoció con las petroleras el despido de los 20.000 trabajadores suspendidos?
¿De qué país están hablando los funcionarios que dicen que estamos avanzando y vamos bien?
Desde que la crisis derrumbó los precios de las materias primas (soja, minerales), no para la caída de la economía y el agravamiento de la crisis social. Nos acercamos a otro fin de año caliente. No sobra el tiempo para los de abajo, ni hay lugar para gambetas políticas del poder. La emergencia social y laboral es la prioridad.
2. La pulseada por el paro activo y multisectorial
En la reunificación de las CGT pesó la presión, que viene de abajo, para la unidad de la clase obrera que enfrente el ajuste de Macri. Eso jugó a favor de las corrientes que empujan la lucha. La reunión del Confederal, el 23/9, declaró un paro, con fecha y modalidad a decidir por la dirección cegetista, dando tiempo a negociar con el gobierno, como presionaron el macrismo, la UIA, y sectores de la iglesia.
Frente a la emergencia social y laboral, el gobierno convoca al chamuyo y no resuelve nada de fondo. Ante luchas parciales, juega al divide y reinarás: abre un poquito la mano a un sector a cambio de “paz social” y “gobernabilidad”, para impedir la confluencia obrera, campesina y popular, en un paro activo y multisectorial que lo fuerce a tomar las medidas urgentes y necesarias frente a la crisis social y laboral.
El 24/9, la CTEP, la CCC y Barrios de Pie, junto a dirigentes de la CGT, y la iglesia, realizaron el Encuentro sobre Tierra, Techo y Trabajo. CTEP, CCC y Barrios de Pie marchan a asambleas, el 1°/10, preparando la juntada de firmas para la ley de emergencia social y laboral, con ollas populares, el 4/10. Esta semana, los paros activos nacionales de ATE y Ctera, y el de los trabajadores de la salud de Buenos Aires, muestran la voluntad de seguir profundizando la unidad para la lucha.
Decenas de miles de mujeres preparan sus viajes a su Encuentro Nacional en Rosario. Una gran trinchera de lucha contra su doble opresión, agravada por la política de Macri.
3. A Buenos Aires, a la Plaza de Mayo
Se ha puesto a la orden del día concretar la iniciativa propuesta por la Federación Nacional Campesina y aprobada también por el Encuentro Nacional de Pueblos y Naciones Originarias: la Marcha Multisectorial de las Economías Regionales, contra el hambre, por la producción, tierra, techo, trabajo, soberanía y federalismo, para el 26,27 y 28 de octubre.
La iniciativa viene del sector más castigado por la crisis: campesinos criollos y originarios a los que el gobierno no les ha dado nada. Convocan a todos los castigados por la crisis de las economías regionales: obreros, campesinos, pequeños y medianos empresarios y comerciantes, y las provincias con la horca financiera.
La Marcha Multisectorial convoca a todos esos sectores, con sus organizaciones sindicales, sociales, agrarias, de lucha contra la droga y la trata; convoca también a cámaras del pequeño y mediano comercio y las Pymes, a los municipios y gobiernos dispuestos a defender a sus provincias, a los credos que buscan el bien común, etc.
Estar a la orden del día, significa discutir la marcha en asambleas, cuerpos de delegados, comisiones internas, sindicatos, organizaciones de masas campesinas, comunidades originarias, centros de estudiantes, organizaciones de mujeres y de jóvenes, de pequeños y medianos comerciantes y Pymes, etc. Circula el borrador de un documento abierto a la discusión, para que cada sector incorpore sus reclamos. Hay provincias que han avanzado en la organización de la Marcha. Y se preparan convocatorias para la Junta Promotora Nacional, las provinciales y las locales.
La Marcha no se contrapone con el paro nacional. Responde al reclamo de los pueblos de las provincias de llevar a Buenos Aires su protesta. Y eso ayudará a marchar al paro nacional activo, y a colocar en el centro de la política nacional la emergencia social y laboral.
4. El desafío político
Todo está atravesado por lo electoral. La polaridad entre Macri y Cristina ya no define el escenario político, un escenario que está revuelto y en el que todos negocian con todos.
El gobierno está en campaña electoral para el 2017, Macri se saca fotos timbreando con Vidal.
Cristina K ajustó su línea: dentro del PJ y hacia lo social, como se vio en los actos de ATE Capital, y de la FULP, donde se impusieron. Trata de frenar el creciente alejamiento de sus filas.
El peronismo busca reagruparse y salir de su actual dispersión.
El paro y acto de ATE del 24/2, el acto de las 5 centrales de trabajadores del 29/4, la marcha y acto organizados por la CTEP, la CCC y Barrios de Pie, y la Marcha Federal del 2/9, entre innumerables luchas, impregnaron con sus propuestas la agenda política. Lo que está en las calles es heterogéneo, con amplios sectores que buscan caminos contra el ajuste y la entrega, sin retroceder al pasado, y sin saltos al vacío.
El desafío es enorme para las fuerzas populares, democráticas, antioligárquicas y antiimperialistas, para unir en la política ese amplio cauce popular que está en las calles, y para que las elecciones no dividan al pueblo. El PTP y el PCR en el Frente Popular, y en los frentes en cada provincia, son herramientas para ese gran desafío. Hoy como motores de la unidad para la lucha y para las tormentas sociales; y también, construyendo los frentes en cada provincia con vistas a las elecciones del 2017.
