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04 de octubre de 2016

Con el país sacudido por el brutal crecimiento del hambre, la pobreza y la violencia sexual y doméstica, decenas de miles marchan a Rosario a su 31 Encuentro Nacional de Mujeres.

Basta de hambre y violencia

Hora Política Hoy Nº 1638

 
1.  País rico, pueblo pobre

 
1.  País rico, pueblo pobre
El Encuentro Nacional de Mujeres se realiza con el país sacudido por la confesión del Estado, sobre la gigantesca cantidad de indigentes y pobres, y su brutal crecimiento con los gobiernos de Cristina Kirchner y Macri. Esa realidad castiga al pueblo, sobre todo a las mujeres, y crea condiciones para la droga, la trata, la inseguridad, y la violencia contra las mujeres.
El gobierno K negó la realidad. El gobierno actual la reconoció sin asumir su parte.
El Indec no investigó todo el país, solo a 31 localidades que suman 27.201.000 personas. De esa cifra, son pobres 8.772.000 (el 32,2%), de los cuales 1.705.000 (6,3%) son indigentes.
La población argentina hoy es de 43.590.368 personas (dato del Indec). Por lo tanto, si se aplica el 32,2% sobre el total de la población, los pobres son 14.036.098, y los indigentes son 2.746.193. Y el estudio del Indec no abarca zonas agrarias que están en la indigencia extrema.
Según el Indec, es pobre la familia que tiene ingresos hasta $12.851 (Canasta Básica Total). El ingreso promedio de la familia pobre es $8.000. Y una familia es indigente con ingresos hasta $4.930 (Canasta Básica Alimentaria). El ingreso promedio de la familia indigente es de $2.975.
Por otra parte, el Indec solo tiene en cuenta los ingresos de la familia. No incluye los demás factores de la pobreza y la indigencia. Hay 11 millones de personas con viviendas precarias, y 2,8 millones de ellas en estado de hacinamiento, con más de 3 personas por cuarto. Tampoco incluye la falta de agua potable y de cloacas, deserción escolar y la falta de asistencia sanitaria, o la posibilidad de acceder a un trabajo. 
 
 
2. ¿Cómo se reparte la torta?
La pobreza y la indigencia están directamente relacionadas a la estructura de la economía: cómo se reparte lo que se produce.
Con las privatizaciones de Menem quedaron en la calle cientos de miles de trabajadores. La participación de los asalariados en el ingreso nacional fue del 28%. En el 2003, a la salida de la crisis, esa participación era del 29% (Centro de Estudios de Población, Empleo y Desarrollo de la UBA). Con los Kirchner la participación de los asalariados llegó al 34% en el 2007, y cayó al 27% en el 2015. Estos porcentajes están muy lejos del 52% de Perón en 1955, y del 47% de Isabel Perón en 1975. Desde aquí hay que arrancar cuando se analizan los actuales porcentajes de pobreza e indigencia.
El resto de la torta se lo llevan la ganancia del capital y la renta agraria. Y la creciente extranjerización de la industria, los servicios, las finanzas y la tierra (la dependencia), llevan la mayor tajada a las capitales imperialistas. Estas son las razones de fondo de la pobreza.
 
3. Concentración y extranjerización de la tierra
En las últimas décadas ha sido brutal la concentración y la extrajerización de la propiedad de la tierra: 6.160 propietarios (2,1% del total de explotaciones) de más de 5.000 hectáreas poseen 87.319.886 hectáreas. Y 172.122 propietarios (57,9 % del total de explotaciones) que son campesinos y chacareros de hasta 100 hectáreas poseen 4.948.401 hectáreas, esto es el 3 % del total de la tierra en producción. (Ministerio de Agricultura, 2011). En la soja, el 2% de terratenientes y pules concentran el 49 % de la cosecha. Diez monopolios extranjeros concentran el 96% de las exportaciones agrícolas.
El Registro Nacional de Tierras relevó 16.253.000 de hectáreas extranjerizadas, y 1.100.000 de sociedades de los paraísos fiscales. Hay 9 millones de hectáreas en conflicto entre terratenientes y 60.000 familias campesinas.
Entre el 2002 y el 2008 “desaparecieron” el 18% de las pequeñas chacras, y en los últimos 20 años las chacras “desaparecidas” fueron el 33%. El resultado es: alimentos más caros, y más tierra para los agronegocios de exportación de un puñado de oligarcas latifundistas, pules y cerealeras.
La concentración y extranjerización de la tierra, se garantiza a tiros y con topadoras, como ocurre en provincias del norte y la región andina, produciendo un genocidio silencioso de campesinos criollos y originarios, o con la quiebra de pequeños y medianos productores por los bajos precios que les pagan los monopolios. Así, la población campesina bajó en 500.000 personas (solo en la provincia de Buenos Aires están en vías de extinción 100 pueblos agrarios), mientras que la urbana aumentaba casi un 20% entre los censos del 2001 y el 2010. 
 
4. Concentración y extranjerización de la industria
Es extraordinaria la concentración y la extranjerización de la industria. Ya en el año 2002, 200 empresas controlaban el 28% del Valor Bruto de la Producción, 117 eran extranjeras,  el 60% del total de las 200. Esto se agravó durante el gobierno K (datos provisorios dan que de las 500 mayores empresas, solo 179 son nacionales). El 48,9% del total de las exportaciones está en manos de 70 empresas extranjeras.
Ahora, Macri abre las puertas al capital imperialista, y lo endiosa como “salvador”. Igual que Cristina, compró 1.200 vagones chinos, lo que destruye la industria ferroviaria, entre otras “aperturas” de importaciones. Y endeuda al país macaneando que los capitales imperialistas traerán progreso y desarrollo.
 
5. Por un paro activo y multisectorial
El gobierno actual y el anterior se tiran la pelota sobre la miseria popular, no dicen nada de las causas de fondo que las provocan. 
Macri aplica políticas que no resuelven la emergencia y agravan la situación. Desde que asumió, los alimentos aumentaron 60%, descargando su ajuste sobre todo en los indigentes, que gastan todos sus ingresos en alimentos. Siguieron cayendo, en agosto, la industria un 5,7%, la construcción 3,8%, y el consumo 7,4%. 
Urge un paro nacional activo multisectorial. Darle tiempo a esta política lleva a profundizar la dependencia y el latifundio, con más hambre y pobreza. El gobierno, las patronales y otros sectores presionan para frenar el paro activo y multisectorial (o de última que sea pasivo). Macri busca ganar tiempo y dividir a los sectores golpeados por su ajuste, de manera de cerrar la mano a los reclamos por la emergencia social. 
 
6. Marcha Multisectorial de las Economías Regionales
La emergencia social, laboral, de las mujeres, los jóvenes y los originarios, exige una medida que ponga esas situaciones en el centro de la política nacional. Este es el sentido de la Marcha Multisectorial de las Economías Regionales, contra el hambre, por la producción, el trabajo, la tierra, el techo, la soberanía y el federalismo. A esa convocatoria de la Federación Nacional Campesina, ya se han sumado numerosas organizaciones agrarias, gremiales, de mujeres, originarios, juveniles, políticas, etc. También apoyan sectores del pequeño y mediano comercio y la industria. Impulsar la Marcha es la gran tarea de la hora actual. 
El paro de los estatales, ambas Conadu, los trabajadores de la salud de Buenos Aires, y la movilización conjunta con la CCC, CTEP y Barrios de Pie, fueron un paso adelante. También el paro de todos los sindicatos docentes. 
Son otro paso adelante las asambleas de las fuerzas que impulsaron la marcha de San Cayetano a Plaza de Mayo, y su jornada del 5/10 con mil ollas populares, para juntar firmas para la ley de emergencia social y laboral.
 
7. Hay propuestas frente al hambre y la pobreza 
Hay respuestas al hambre y la pobreza. 
Urgen las respuestas a los reclamos por la situación de emergencia de un enorme arco social. Pero la situación exige sacar al país de la recesión en la que lo hunde la política de Macri.
Para eso hay dos propuestas básicas: un plan de un millón de nuevas chacras, y un plan de construcción de 2 millones de viviendas sociales. Son propuestas del Frente Popular. Hay plata para esto si se decomisan los fondos de la corrupción y otros negocios sucios.
Claro que esto exige torcerle el brazo a la política de ajuste y entrega de Macri.
En el amplio debate que hay en las masas, es necesario discutir, en asambleas, cuerpos de delegados y sindicatos, en las fábricas y demás lugares de trabajo de la ciudad y el campo, la necesidad del paro nacional activo, y organizar la Marcha Multisectorial de las Economías Regionales. Es una gran tarea, unida al debate político en las masas, desnudando el ajuste de Macri y mostrando que hay una salida popular.
En esa dirección, el PTP ha conquistado un nuevo triunfo con la personería electoral en Córdoba, y otras provincias dan paso para llegar antes de fin de año con nuevas conquistas. En Buenos Aires avanza la construcción del Partido Frente Popular.
Crece el rechazo al ajuste macrista, y se multiplican las luchas en todo el país. Al calor de esas luchas se crean nuevas condiciones para Fortalecer el PTP y el PCR, el Frente Popular, y los frentes en cada provincia. Para que lo que está en las calles se exprese en la política y en las elecciones. Y para unir las fuerzas con la perspectiva de parir una salida popular, democrática, antioligárquica y antiimperialista.