El día 4 de octubre de 2016, a sólo nueve días de haberse cumplido dos años de la masacre y desaparición forzada de los 43 compañeros normalistas en Iguala, un comando armado asesinó a dos estudiantes de Ayotzinapa –Jonathan Morales Hernández y Filemón Tacuba Castro– y a otras tres personas que viajaban a bordo de un vehículo de transporte público en la carretera Chilpancingo-Tixtla, Guerrero, México.
El estado mexicano ha presentado este hecho como un supuesto asalto responsabilidad del crimen organizado y ha destacado que los normalistas fueron responsables de su propia muerte por “resistirse al asalto”. Una vez más el Estado arguye falacias para intentar deslindarse de responsabilidad. Sin embargo, por los testimonios de sobrevivientes al ataque sabemos que se trató de una ejecución extrajudicial, pues los normalistas fueron asesinados con dispararon a quemarropa en el mismo lugar de los hechos. Cabe destacar que uno de los estudiantes asesinados era sobreviviente y testigo de la masacre del 26 de septiembre de 2014 en Iguala.
Expresamos nuestro más profundo repudio a ese acto criminal y canalla y convocamos a la comunidad internacional a denunciar esta agresión brutal, que responde a una estrategia sistemática de amedrentamiento y represión que desde el gobierno se orquesta y ejecuta. Este crimen oprobioso, que las autoridades oficiales y la prensa ignoraron olímpicamente, confirma lo que hasta ahora hemos señalado desde Argentina: que en México se libra una guerra contra los pueblos, y que la delincuencia organizada es el Estado.
Asimismo, reiteramos nuestra preocupación por la desprotección e inseguridad que priva en México, señaladamente en la región del sur. Hasta ahora no ha habido ningún recurso o política que permita frenar siquiera mínimamente la barbarie en el país. México es un holocausto en cámara lenta; un genocidio no reconocido que la comunidad internacional insiste en omitir cobardemente; un desastre humanitario administrado por un puñado de narcopolíticos, empresarios y un conglomerado de capitales extranjeros inescrupulosos. México necesita urgentemente un cambio fundamental. Estamos hartxs del horror al que nos condenó el mal gobierno con su estúpida guerra genocida.
Desde Argentina exhortamos a nuestrxs hermanxs en Guerrero a que redoblen las medidas precautorias, y les decimos que no están solxs, les acompañamos en su lucha porque tienen toda la fuerza de la razón.
Porque detrás de la lucha de los estudiantes y de las Madres y Padres de Ayotzinapa está toda la esperanza del pueblo de México.
¡Basta de Terrorismo de Estado! ¡Justicia para los asesinados! Responsabilizamos al Estado mexicano de cualquier daño físico y/o psicológico contra los estudiantes, padres y madres de familia de Ayotzinapa.
