El 3 de julio, Liliana Hendler visitó la Casa de la Mujer de San Pedro donde se realizó una charla con las mujeres que integran el movimiento y luego una conferencia de prensa de la que reproducimos algunos extractos.
Al preguntarle si la sociedad y el Estado están preparados para atender situaciones de violencia contra la mujer, Liliana Hendler expresó: “No, están las casas como ésta, están las redes de mujeres, están los profesionales que se han formado. Lo que nosotras exigimos como ciudadanas al Estado es que genere recursos, que destine dinero y que genere políticas públicas para la atención a todas las víctimas de violencia porque son muchas, y aunque fuera una sola, deberían atenderla como corresponde.
“Hace un ratito tuvimos un interesantísimo debate aquí con las mujeres, en la Casa de la Mujer; pensábamos en cómo debe darse la educación en la Argentina. Las chicas y los chicos no tienen ni empleo ni escuela, y esto es un campo fértil para la droga, para el alcohol, para la violencia, y para la tasa de suicidios que en algunas provincias es tremenda. Poder recuperar la escuela para aprender a leer y escribir –que para eso está en primer lugar–, para tener una educación para aprender todo aquello que después nos va preparando en la vida, y también para incorporar estos temas, porque la perspectiva de género habla de eso, de la necesariedad de incluir la educación sexual en las escuelas. Esto que tiene que ver con la democracia y con la equidad, significa enseñarle a las niñas y a los niños, desde el primer momento en que tienen cinco años y entran a la escuela, que nadie tiene derecho a levantarle la mano a nadie, que nadie tiene derecho a gritar a nadie, que nadie tiene derecho a dar órdenes sobre la vida de otra persona, en lo que a la vida familiar y cotidiana se refiere. Sería magnífico que los chicos y las chicas puedan aprender esto al entrar a la escuela”.
Al preguntarle por el trabajo que vino a realizar a Jujuy sobre Romina, manifestó: “me parece que la historia de Romina merece ser contada; durante todos estos años la discusión fue si fue o no violada, si lo que hizo lo hizo consciente de lo que hacía, si era una asesina insensible o era una víctima que no tenía posibilidades de responder de otra manera. Creo que hay zonas grises, que habla de quienes son sus padres; se ha mancillado mucho a su familia, y me parece que tal vez lo que hay que hacer es mostrar a Romina tal cual es, con sus cosas buenas y sus cosas malas, con sus heroísmos y sus mezquindades, igual que usted, igual que yo, seres humanos al fin, en el caso de ella que ha atravesado circunstancias de la vida de alta complejidad. Ojalá pueda.
“Ojalá sirva para la gente, para otras mujeres y para ella misma. En verdad sería mi regalo para ella. Porque creo que en ella se juega la vida de muchas chicas. Pero sobre todo, me parece que ella ha sido un espejo que ha confrontado el sistema judicial con lo peor de sí mismo, entonces la historia de Romina es para pensar en la medicina: llegó a un hospital donde no se la atendió, que es abandono de persona; llegó a médicos que la zarandearon en vez de contenerla; llegó a un sistema judicial que la culpabilizó en vez de entenderla. Me parece que es la historia de Romina por muchas chicas, para que no siga pasando esto, que esto es lo que ella misma dice, pero también es el espejo de todo lo peor de nosotros mismos y de nosotras mismas. Me parece que como ciudadana mi compromiso es contar estas cosas porque siempre tengo la ilusión de que las cosas ‘alguito’ pueden cambiar.”
02 de octubre de 2010