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26 de octubre de 2016

Reproducimos la Editorial de La Verdad, semanario del PCR de Uruguay.

La situación en Uruguay

No al TLC con China imperialista

 

 
Los gobiernos oportunistas del Frente Amplio, lejos de cumplir con las promesas de décadas y llevar adelante un programa con sentido antiimperialista y popular, desarrollaron una política continuista de la realizadas por los gobiernos de los partidos tradicionales, profundizando la entrega del país al imperialismo y sus monopolios, favoreciendo los intereses de la oligarquía de la gran burguesía intermediaria, la banca extranjera y los grandes latifundios. Ahora su tercer mandato iniciado en el 2015, se encuentra ante una situación distinta en el plano internacional y regional. 
Persiste la crisis económica internacional iniciada en el 2007, que es una crisis cíclica de sobreproducción relativa, del imperialismo capitalista, de las más grandes de la historia, que se inicia en, los EEUU y Europa, países imperialistas de primera línea y por lo tanto se mundializa, golpeando a Rusia y Japón y desacelerando fuertemente a China. Esta crisis ha sido prolongada, y han habido cambios, hace tiempo ya que no hay “viento de cola” por los altos precios de las materias primas y los grandes flujos de capitales a la región.
En estos últimos años, por un lado las principales potencias imperialistas no logran salir de la crisis, la recesión y el estancamiento, se precipitan las crisis políticas (como con el Brexit) y las guerras de agresión, y cada día aumenta la tensión mundial, sino que además cayeron estrepitosamente los precios internacionales de las materias primas, lo que golpea fuerte las economías de los países que son proveedoras de las mismas, sean dependientes o no. Esto está golpeando duro en el continente, en la región y en el país.
 
El Gobierno niega la realidad y su salida es “peor de lo mismo”
La niega dibujando cifras y escondiendo la verdad, la grave situación que vive el pueblo trabajador que sufre por los salarios y jubilaciones miserables, que son la mayoría, la desocupación creciente, y la crisis que sufren los sectores productivos nacionales, pequeños y medios de la ciudad y el campo.
Astori y su equipo niegan la recesión y el estancamiento en los sectores fundamentales de la economía, la industria manufacturera, el agro, la construcción y el comercio, niegan la inflación real, la pobreza real, la gravedad del endeudamiento del país, la gravedad de la crisis en la salud y la educación públicas, la falta de viviendas realmente populares y accesibles, y la crisis social que se agrava, de la cual la violencia social es sólo la expresión más expuesta por los grandes medios de prensa cada vez más centrados en la cuestión de la “inseguridad”, para impulsar desde allí una mayor represión contra los de abajo.
Tratan de buscar desesperadamente una salida con su lógica reaccionaria, basada a rajatabla en las recetas imperialistas, con más entrega y apertura, “peor de lo mismo” y a la vez aturdir desde los medios con las PPP, con megaproyectos futuros como la terera Planta de celulosa, la segunda de UPM y con los TLC, como el planteado ahora con tanta alharaca con China, con lo que tratan de esconder esta cruda realidad, al ajuste fiscal por etapas y a una rebaja salarial generalizada, o sea que descargan la crisis en las espaldas del pueblo. 
Esto además cuando el gobierno acaba de salir magullado recientemente por la lucha de masas y las contradicciones internas, por el recorte a la educación en la reciente Rendición de Cuentas, está golpeado por el descalabro de Ancap y sus consecuencias políticas y está en curso una ronda importante de Consejos de Salarios, con gremios grandes como el del comercio y la construcción trancados, a pesar de la colaboración con “su gobierno” de los dirigentes oportunistas, que dividen y desvían las luchas lo más posible.
 
No al TLC con China
Desde la izquierda revolucionaria nos hemos opuesto consecuentemente y siempre a los TLC, con los yanquis y los europeos, y no como los oportunistas, unos que los impulsan abiertamente con los Astori al frente, y otros como el PCU revisionista y otros sectores, que los niegan de palabra y no con la movilización obrera y popular y hasta el final. Estos sectores en el Parlamento dan vergüenza ajena de tanto decir que están en contra pero votar a favor, “por disciplina partidaria”, en realidad para mantener los cargos.
Por las mismas razones, para defender la soberanía nacional, la producción industrial y agraria nacional ahora nos oponemos al TLC con China, país capitalista desde 1978, cuando, luego de la muerte del presidente Mao, tomó el poder la camarilla revisionista y burguesa de Teng Siao-ping que comenzó las reformas contrarrevolucionarias. China es hoy la segunda economía del mundo y a todas luces un país imperialista voraz por las materias primas de los países oprimidos. 
En el caso de nuestro país son ya los principales compradores en general, y particularmente de soja, carne y celulosa. Desde esa posición de fuerza quieren derribar aún más las barreras arancelarias de nuestro país, que ya vienen perforando practicando el dumping (precios muy bajos) en base a una producción de gran escala, pero con la clara intención de liquidar las industrias nacionales, al revés de lo que hacían la URSS y China cuando eran socialistas, ya que les interesaba fortalecer la independencia y el desarrollo de los países oprimidos frente al imperialismo yanqui y al europeo. Lo vienen logrando ya que han liquidado prácticamente la industria del calzado y de confecciones y sus decenas de miles de puestos de trabajo, y van por más. 
En base a su poder como gran comprador, al mejor estilo imperialista, exigen mayor apertura a cambio de rebajar sus aranceles a la importación y con esto lograr una mayor penetración y las máximas ventajas para sus inversiones, para obtener zonas francas, exenciones impositivas, condiciones para competir en las licitaciones, etc.
 
Mercosur y después…
Como no acordarse del querido compañero y economista Jorge “Pato” Quartino y su libro, esto que vivimos es el después de aquella masacre de la industria nacional que significó el ingreso al Mercosur para el Uruguay, integración si de los monopolios imperialistas instalados en la región, de su comercio e inversiones. Hoy además de la crisis económica y política del Mercosur, los grandes capitales de Brasil se han quedado con gran parte de los frigoríficos, las curtiembres, la industria cervecera, la arrocera, la banca, el gas, etc. y el gobierno dice que confía en que le van a dar permiso para un TLC con China. 
Así defiende la soberanía nacional el Frente Amplio.
 
Nuestro camino
A romper las pautas salariales de rebaja salarial que impone el gobierno unificando y profundizando las luchas.
Por la defensa y desarrollo de la industria nacional y la reforma agraria. En apoyo a los pequeños y medianos productores del campo y la ciudad.
A impulsar las luchas obreras y populares, a fortalecer las agrupaciones clasistas y la unidad del clasismo a nivel sindical y social, a desarrollar la Unidad Popular-AP y a forjar un gran Partido Comunista Revolucionario fundido con el pueblo.