El 14 de julio, casi 600 fileteras y fileteros de 8 “cooperativas” negreras que cortan para Giorno-Valastro, se instalaron frente a la empresa impidiendo la entrada y salida de camiones con la quema de gomas. Tres días después, acompañados por decenas de obreros de otras “cooperativas”, iniciaron el bloqueo total del Puerto, que culminó el 31/7 con un primer triunfo: la firma de un acta de 4 puntos avalada por las Cámaras, el Ministerio de Trabajo y los Delegados en lucha.
A partir de allí, comenzó la contraofensiva de las empresas con la complicidad del gobierno y los traidores Salas-Verón del SOIP. La respuesta fueron heroicas jornadas de lucha, ocupando el SOIP, parando el Puerto aún a costa de que casi asesinen al obrero Diego Algañaraz, castigando al traidor Salas frente al Ministerio de Trabajo, imponiéndole al gobierno que negocie directamente, y muchas otras.
La lucha y la rebeldía continúan
Hoy, a 97 días de iniciada la lucha, la rebeldía de los obreros del Pescado continúa. El pasado jueves 11, luego de la Asamblea realizada en el SOIP el día anterior que resolvió un paro por 48 horas, una columna de más de 800 obreros recorrió el Puerto garantizando el paro dispuesto. Hubo enfrentamientos con la policía, trabajadores heridos y detenidos que fueron llevados a Balcarce (a más de 60 Km de Mar del Plata) para evitar que fueran liberados por los obreros. Al día siguiente fueron liberados sin que se les inicie causa, lo que despertó la ira de las cámaras empresarias.
El intendente Katz, fiel a su nuevo papel de 2º candidato a diputado detrás de Solá, luego de meses ausente sin hablar ni recibir a los trabajadores, intervino en el conflicto… ¡pidiendo más policía y más Prefectura para “garantizar el orden”!
El sábado 13 volvimos a realizar una marcha a pie desde el SOIP a la Catedral. Más de 200 compañeros recorrieron 60 cuadras (y otras tantas de vuelta), encabezados por banderas argentinas y un cartel que decía: “Trabajadores del Soip: Si no hay registración no hay elecciones en Mar del Plata”. Denunciaban así la ausencia de soluciones y la presencia de políticos de todo pelaje que vienen de campaña a Mar del Plata con decenas de promesas distintas, pero con algo en común: ninguno habla de terminar con el infame trabajo en negro, ni con el brutal dispositivo represivo con el que se pretende acallar la lucha.
El secretario de Pesca de la Nación, Gerardo Nieto, se había comprometido públicamente a concretar reuniones para resolver el blanqueo. Si es que las hizo, no se conoce resultado alguno.
Fue la heroica lucha obrera la que obligó al gobierno a tomar cartas en el asunto. La denuncia que hacen los trabajadores de estas elecciones y sus candidatos mentirosos, y la masividad y alegría con que se recibe y se reparte la “Boleta negra” (la rebelde 161-75 para golpear con el voto nulo), preocupa a las clases dominantes. Las cámaras empresarias CIPA y Cabpa –responsables ya de más de 300 despidos de trabajadores– han sacado una declaración pública que dice: “Esas personas, que ocupan la sede del SOIP y cuya verdadera intención no es lograr la registración laboral sino la de crear situaciones de violencia por la violencia misma, ahora amenazan con impedir las elecciones en Mar del plata, lo que demuestra evidentemente, que han perdido el rumbo”.
Podemos triunfar
Pero lo que parece cada vez más evidente, es que los obreros van encontrando el rumbo. Esto volvió a aparecer nítido el jueves 18 con el paro de 72 horas, garantizado fábrica por fábrica desde las 4 de la mañana. La mayoría de las fábricas ya no tiene un vidrio sano, muchas tienen las ventanas tapiadas, y alguna incluso ha sufrido otro tipo de castigos.
El acta firmada el 31/7 se ha violado permanentemente en forma grosera. No hay respuestas, y cada día los trabajadores van advirtiendo que los quieren rendir por hambre, y que crecen las amenazas, persecuciones y represión (del gobierno que dice ser “de los derechos humanos”), junto a maniobras divisionistas de distintos sectores.
Por eso es fundamental la unidad para poder librar una lucha larga y sostenerla con el fondo de huelga; garantizar la mayor democracia en las asambleas generales del SOIP, realizar asambleas de fábricas y “cooperativas” que agranden la participación en la lucha, y lograr la solidaridad activa de toda la clase obrera y el pueblo marplatense.
El objetivo principal es conquistar el blanqueo con el convenio 161-75. Asimismo exigimos la reincorporación de todos los despedidos, el castigo a los criminales que atentaron contra el compañero Diego Algañaraz, y el cese de la represión policial; la entrega definitiva del SOIP a sus verdaderos dueños, los obreros del Pescado; la expulsión de los congeladores de nuestras aguas y la suspensión de la autorización a Petrobrás y Repsol de extraer petróleo frente a nuestra costa marplatense, defendiendo así nuestro recurso y nuestra soberanía nacional.
Ahora nos preparamos para recibir como se merece a Kirchner y la candidata a dedo, que vienen a mentir a Mar del Plata. Si persistimos en la lucha, ¡podremos triunfar!