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02 de octubre de 2010

Tras el discurso mentiroso de "la distribución de la riqueza", crece el hambre y siguen los salarios de pobreza. Los secuestros de Pablo Micheli de ATE y de un niño del movimiento Chicos del Pueblo, el destrozo del local de ATE-Indec, y las acciones que se preparan para encarcelar a dirigentes del PCR y otras organizaciones, muestran la acción de los "grupos de choque K".

Los K amagan por la izquierda y siguen por la derecha

Hoy 1227

1. La crisis política
La derrota del gobierno frente a la rebelión agraria lo sumergió en una grave crisis política.
Antes, los fracasos de "la transversalidad" y "la concertación" provocaron la fragmentación de varios partidos: el ARI, el socialismo, la UCR, etc. Ahora, con esta derrota se partió el PJ. Están los que rompieron con "la disciplina K" -Reutemann, Schiaretti, Romero, Marín, Solá-, los que venían "afuera" -Duhalde, De la Sota, Rodríguez Saá, Menem, etc.-, los que se están "corriendo" como Das Neves y Gioja, y los que hacen "gestos" de diferenciación como Scioli.
Se rompió el Poder Ejecutivo con el voto de Cobos, lo que es clave para cualquier salida institucional. Se irían 14 diputados del bloque del PJ y otros de la "concertación", con lo que el oficialismo perdería alrededor de 25. También se irían 9 senadores del bloque K. Es otro hecho clave: el kirchnerismo perdió el quórum y la mayoría, queda expuesto a nuevas derrotas legislativas y, de llegar el caso, podría ser destronado por una asamblea legislativa.
Se fue el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, un hombre con un pasado que lo relaciona con el grupo Werthein (le garantizó la privatización de la Caja de Ahorro, principal aseguradora del país), con los ingleses (que volvieron a tener el negocio del reaseguro), y con Cavallo, (en cuyo partido militó).
Sergio Massa asumió la jefatura del gobierno. Militó en su juventud en la Ucede de Alsogaray, llegó al peronismo de la mano de Luis Barrionuevo en épocas de Menem, hizo carrera con Duhalde con quién mantiene la relación, y se sumó al kirchnerismo. Apenas juró, debió fotografiarse con De Vido y Jaime para anunciar el proyecto de ley sobre Aerolíneas Argentinas.

2. ¿Quién paga el recauchutaje?
El problema del kirchnerismo es "la caja K".
Para poder "dibujar" el "superávit fiscal", el gobierno dejó de pagar los certificados de las obras públicas en mayo y junio, a las provincias "enemigas" y a las "amigas". Tampoco cumple con los proveedores, como muestran los despidos en Emfer, fábrica a la que el Estado nacional no le paga los trabajos. Debe $ 60.000 millones de coparticipación federal y otros compromisos con las provincias. Ocultar la crisis energética les significa un gasto de $ 20.000 millones. La maraña de subsidios para intentar ocultar la inflación ya trepó a $ 42.000 millones.
Además, como dijo Néstor Kirchner, sin el aumento de las retenciones "cómo vamos a cubrir las obligaciones externas". Este año pagarán $ 45.000 millones, y el año que viene vencen $ 60.000 millones (ver aparte). La soja, que se decía que iba a llegar a $ 1.000 la tonelada, ahora bajó, siguiendo la baja del petróleo.
La inflación real se calcula por encima del 30%, con provincias en las que llega al 39%.
El "modelo" neodesarrollista del kirchnerismo fracasó. La política del gobierno es "recauchutarlo" descargándolo sobre las espaldas del pueblo. Lo está tratando de hacer a través de impuesto inflacionario que devora salarios, jubilaciones, planes sociales, presupuestos de salud y educación, etc., y con tarifazos e impuestazos como a los chacareros. Otros grupos de poder presionan por la devaluación del peso, que sería un hachazo a los salarios y demás asignaciones fijas; o por "enfriar" la economía y achicar el gasto público con despidos y ajuste.

3. Reagrupamientos y provocaciones
La renuncia de Alberto Fernández demostró que es un trío el que gobierna: Néstor Kirchner como jefe, más Cristina y Carlos Zanini. En la noche de la derrota, cuando ya el matrimonio presidencial, enloquecido de odio, había hecho las valijas, fue Zanini el que influyó para deshacerlas: "hay que arreglar los papeles", habría dicho. Trascendió la renuncia, porque Kirchner habló con intendentes del Gran Buenos Aires para organizar un "operativo clamor", pero le contestaron que la situación no daba: "¡Basta de movilizaciones!" La derrota del kirchnerismo cuando quiso confrontar al acto en Palermo con el acto en Congreso fue una amarga lección. Moyano tuvo problemas para encolumnar a los camioneros. "Los gordos" de la CGT no movilizaron: no había apoyo en las fábricas y tampoco los jerarcas hicieron mucho esfuerzo. Hubo lugares en los que micros contratados para ir al acto oficialista se fueron al opositor. Hubo funcionarios presentes en Congreso con sus familias en Palermo.
Ahora conversan con Scioli y tienden puentes con los que votaron el "no" y consideran "recuperables", para reagrupar todo lo que puedan en el PJ-K. Pero para eso van a tener que cambiar y negociar alianzas.
Para reforzar ese PJ enflaquecido, se está armando un frente de "la izquierda K y la izquierda marxista", en el que Kirchner y Parrilli tratan de amontonar a los restos del Frente Grande, el Partido para la Victoria, socialistas K, el PI, el grupo de Vilma Ibarra, Heller y el PC (Echegaray), el Movimiento Evita (Pérsico), Túpac Amaru (Milagros Sala), el Frente Transversal (Depetris y Laborde), Yasky y Baradel de CTA y Ctera, el PC (Congreso Extraordinario), el grupo que dirige el inefable Sergio Ortiz y se autodefine como PL, Chacho Alvarez, el FTV de D’Elía, el sector que rompió con Proyecto Sur, y tratan de arrastrar a lo que puedan del ARI disidente y de los intelectuales y artistas de Carta Democrática.
El secuestro por varias horas del dirigente de ATE Pablo Micheli, el destrozo del local de ese gremio de los trabajadores del Indec, y el secuestro de un niño del movimiento Chicos del Pueblo amenazando con quemar los comedores de esa organización, muestran que en las "patotas de Moreno" se mueven grupos de choque kirchneristas. Y como dice Micheli, "Moreno responde y recibe ordenes de Néstor Kirchner y de Cristina". Hay mucha bronca en la CTA frente al espectáculo repugnante de Yasky, como "cadete" de Heller en los actos oficiales, mientras se realizaban esas acciones fascistas del kirchnerismo. El mismo contenido tienen los preparativos de la Side, usando leyes pactadas con la dictadura, buscando encarcelar a dirigentes del PCR y de otros sectores.
Son muchos los que creen que los Kirchner no van a cambiar, y se preparan. Por arriba, trabajan para "licenciar" a Néstor Kirchner de la jefatura del PJ. Tienen a Cobos para completar el mandato presidencial. Pueden lograr mayoría para una asamblea legislativa.
La CGT, ya dividida, puede volver a partirse si Moyano no cumple con los acuerdos tomados con "los gordos". Mientras, por abajo crece la bronca en los gremios por la inflación que devoró los aumentos de las paritarias, y reclaman una nueva oleada de lucha salarial.
El apuro con el que el radicalismo y el duhaldismo impulsó el Congreso de la FUA, demuestra que todo ya se prepara para un desboque de la crisis política. Hasta fin de año se vivirán tiempos tormentosos.

4. "Un polvorín"
Salvo el gobierno, que no "digiere" su derrota y sigue encerrado en sus fantasías y sus odios, muchas usinas políticas del país consideran que la situación social es explosiva. El hambre y la pobreza han creado un polvorín en las masas de más abajo, sin planes o con planes de $ 150, las de bajos salarios, los jubilados y en las capas medias castigadas por la inflación. Con el frío se hará sentir la crisis energética.
El festejo por la derrota del gobierno fue gigantesco en las fábricas y los barrios populares, y desde ya en los pueblos de las provincias. El paro de los colectiveros de Buenos Aires es un síntoma de la bronca obrera, como la reacción de los trabajadores de Emfer ocupando la fábrica frente a los despidos. Los docentes de 6 provincias comenzaron con paros después de las vacaciones, y también van a la lucha los docentes universitarios. La ocupación de colegios contra el recorte de becas y otros reclamos, en la Capital Federal, preanuncia batallas estudiantiles por presupuesto, y también crece la lucha de los trabajadores de salud.
La rebelión agraria sigue en pie, por la falta de respuesta a múltiples reclamos de los chacareros. Así como siguen la rebelión de intendentes, las multisectoriales, y las asambleas de autoconvocados.
El país se descose. Con un gobierno que se mira el ombligo y solo piensa en maldades, sumergido en la crisis política. Con las grandes masas obreras, campesinas y populares que no están dispuestas a pagar el fracaso kirchnerista, ni el reciclaje del "modelo" con un golpe "institucional". Fueron esas masas las que con 127 días en las rutas, con actos masivos y puebladas, le "abrieron la mano" al kirchnerismo y lo derrotaron políticamente. No le dan tregua. Buscan ahora "abrirle más la mano". Y van forjando su unidad para terciar.
Si el gobierno sigue con su política y sus provocaciones, o si sus rivales intentan un reciclaje del "modelo" con un recambio golpista para devaluar y ajustar, va a tronar el escarmiento. Por el camino del Argentinazo y la rebelión agraria, con las asambleas populares y las multisectoriales que algunos lugares junto a los intendentes bocetan comunas populares, se  puede parir un gobierno de unidad popular, patriótica y democrática.