En marzo de 1819 Manuel Belgrano escribió sobre las múltiples contradicciones que se enfrentaban en ese momento histórico en la provincia oriental: “Esta guerra no tiene transacción, la hacen hombres malvados sin objeto ni fin y para mí tengo que los promotores son movidos por los españoles… los que están a mi frente son gente en desorden y ellos correrán luego que vean tropas”. Eduardo Azcuy, Historia de Artigas y la independencia argentina, Imago Mundi. Bs. As. 2015. Pág. 181.
El pensamiento estratégico de Manuel Belgrano en ese momento histórico valoraba que todo lo que distraía fuerzas en la guerra antiespañola, obstruía la posibilidad de triunfo en la guerra de la independencia de España. Esta verdad, justa en general, no comprendía que la provincia oriental había sufrido la invasión de otro colonialismo, igualmente absolutista y opresor, de manera tal que era necesario enfrentarlo, tal como lo hicieron los pueblos campesinos y originarios dirigidos por Artigas. Este pensamiento de Belgrano era en lo fundamental compartido por San Martín y otros líderes de la guerra por la independencia de España. Así, O’ Higgins el 27 de febrero de 1819 intentó una mediación entre Artigas y el directorio instalado en Buenos Aires. Al conocer la noticia, Belgrano muta en parte de opinión, y escribe que esta guerra puede terminar por avenimiento.
Pero se trataba de un intento de mediación entre el Directorio y las provincias vinculadas a la liga ofensiva defensiva del Litoral, cuyo líder era Artigas, pero esta mediación no contemplaba la posibilidad de declarar en forma conjunta la guerra al colonialismo de Portugal que había invadido la Banda Oriental.
La mediación fracasó y se reabrió así un proceso que culmina en dos batallas: la de Cepeda donde las tropas federales derrotan a las tropas del Directorio y, casi en simultáneo, la Batalla de Tacuarembó, donde el ejército de Portugal, derrota en forma contundente a las tropas artiguistas.
Artigas nunca impulsó una política separatista para la provincia oriental; la línea que impulsaba era la de una confederación de pueblos libres, tenía como base un concepto federal de organización constitucional que era distinto a la idea centralizada y unitaria de organización constitucional que tenían otros líderes de aquel momento histórico.
Esta es también otra de las contradicciones que llevaron a algunos líderes de la guerra de la independencia contra España, a preferir la vecindad del colonialismo de Portugal en lugar de las masas en desorden. En este sentido, el párrafo reproducido del oficio de Belgrano, es aleccionador: el prócer miraba a las masas en movimiento y guerra a las masas artiguistas como desorden anarquista, y estaba convencido que en la guerra contra España se necesita orden.
La incomprensión del federalismo en nuestra región tiene raíces filosóficas y políticas que vienen de muy antiguo y en gran parte son un fenómeno actual.
Filosóficamente, nuestros jacobinos de mayo tuvieron muchas dificultades para incorporar el federalismo a sus ideas de libertad, independencia y democracia. Esto provocó el primer choque con Artigas, cuando el morenismo que había resurgido con alguna debilidad en la asamblea del año 1813, no aceptó los diputados que venían de la Banda Oriental.