Los misiles fueron lanzados una hora después de avisar a Rusia del ataque y procurando no tocar la zona de la base ocupada por tropas rusas. Es el primer ataque militar directo contra instalaciones del gobierno sirio por parte de EEUU desde que comenzó el conflicto. Esto se produjo después de que EEUU acusara a las fuerzas de Assad, el dictador sirio, de haber usado esa base aérea para realizar el ataque con armas químicas sobre la población de Khan Sheikhoun, Homs. El ataque con armas químicas dejó un saldo de 86 muertos, entre ellos treinta niños. Fue condenado en todo el mundo, especialmente por el Papa Francisco, que lo denunció inmediatamente. Siria negó haber realizado el ataque, pero están registrados vuelos desde esa base hasta la altura de la localidad de Khan Sheikhoun, a esa hora.
La base de Shayrat era usada para almacenar armas químicas, hasta que supuestamente fueran eliminadas en el 2013. Helicópteros rusos de combate MI24 y MI35 están estacionados allí desde noviembre del 2015. En marzo del 2016 hubo importantes trabajos de ampliación.
Con este ataque se produce un viraje en la política llevada hasta ahora por Trump, que tendió lazos con Rusia, antes y después de su elección, y se concentraba en la disputa con China. Aparentemente lo hizo aconsejado por el Pentágono. El senador Bernie Sanders declaró: “Estoy sumamente preocupado porque estos ataques provoquen que Estados Unidos caiga una vez más en el atolladero de una intervención militar a largo plazo en el Medio Oriente… Si los últimos 15 años nos han dejado algo, es que dichas acciones son desastrosas para la seguridad estadounidense, para la economía estadounidense y para el pueblo estadounidense”.
Rusia calificó el ataque como un acto de agresión y movilizó a la zona su más moderna nave de guerra, con capacidad para lanzamiento de misiles Kalibr. Rusia mantiene en Siria la base naval de Tarcus y desde agosto de 2016 tiene la base aérea de Imeimim. Putin hizo declaraciones amenazantes.
Origen del conflicto sirio
El conflicto sirio comenzó en el 2011, cuando, como parte de la llamada primavera árabe, se produjeron manifestaciones, inicialmente en las ciudades de Daraa y Homs, que se extendieron por todo el país. Fueron producto de las difíciles condiciones sociales, especialmente el aumento del precio de los alimentos, y la falta de libertades públicas. La represión de la dictadura de Bashar al Assad fue brutal, con participación del ejército. Este se dividió y comenzó una guerra civil. Pero la guerra civil se transformó a partir de la intervención, más o menos encubierta al principio, de potencias imperialistas y países de la región. El régimen de Assad es apoyado por Rusia, que tenía en Siria la base militar naval de Tarcus y más adelante la de Iemimin, Irán y la organización Hezbollah del Líbano; también por China. EEUU y las potencias europeas occidentales, principalmente Inglaterra y Francia alentaron a la oposición armada siria. También Turquía, Arabia Saudita y Quatar.
Apareció luego el ISIS, que llegó a controlar un gran territorio, ahora en pleno retroceso. ISIS es la sigla en inglés de Estado Islámico de Irak y Siria. Fue apoyado inicialmente en forma encubierta por Arabia Saudita, Turquía y Quatar. Como ocurriera con los talibanes en Afganistán, se les fue de control a sus patrocinadores. Bajo el pretexto de enfrentar al ISIS, las potencias imperialistas y sus aliados locales pasaron a la acción militar directa. EEUU comenzó a bombardear zonas controladas por el ISIS. Turquía atribuyó al ISIS atentados contra fuerzas que apoyan a los kurdos en la zona fronteriza, pero luego pasó a atacar directamente a los kurdos, dentro y fuera de Turquía. Rusia comenzó a bombardear en Siria a las fuerzas que se oponían a Al Assad, desde una base militar en la zona de Lakatia, en la costa. Además instaló misiles antiaéreos en zonas controladas por el gobierno sirio. Irán y Herzbollah enviaron tropas a Siria en apoyo de Assad. EEUU utiliza una base militar situada en Diyarkabir, en el Kurdistán turco.
También, en sentido opuesto, aparecieron y se fortalecieron las milicias kurdas, integradas muchas de ellas por batallones de mujeres, que liberaron zonas de Siria cercanas a la frontera con Turquía y crearon gobiernos autónomos. Son las únicas que enfrentaron y derrotaron al ISIS en la zona de Kobane.
La captura de Aleppo, principal ciudad industrial de Siria, en diciembre de 2016, por las tropas de Assad, con ayuda de Rusia, Hezbolla e Irán, implicó un avance importante de Rusia en el control de la zona. Aleppo fue destruida por los bombardeos rusos.
Los muertos principalmente civiles, fueron en progresivo aumento desde el inicio del conflicto. Se cometieron crímenes de guerra, se usaron armas químicas, se torturó a prisioneros. Se calcula actualmente unos 300.000 los muertos, a los que hay agregar los heridos. Sin embargo organizaciones sirias elevan la cifra a 470.000 (400.000 directos por acciones armadas y 70.000 por las condiciones de falta de alimentos, agua o atención sanitaria por la guerra). La mitad de la población siria ha buscado refugio fuera del país. Inicialmente en los países fronterizos: Líbano, Jordania, Turquía y el Kurdistán iraquí. En los últimos dos años se produjo una emigración masiva hacia Europa.
Crece la tensión en el Extremo Oriente
En Extremo Oriente, zona sobre la cual tenemos usualmente poca información, la tensión aumentó notoriamente a raíz de las maniobras militares conjuntas, llamadas Foal Eagle, entre EEUU y Corea del Sur, a realizarse durante el mes de abril. El 8 de abril el almirante norteamericano Harry Harris ordenó al grupo de ataque liderado por el portaaviones Carl Vinson navegar hacia Corea. Según él, este movimiento es en respuesta a lo que considera “provocaciones de Corea del Norte”. Además del portaaviones participa una escuadrilla de aviones de combate Lockheed Martin F-35B, Lightening II y bombardeos B-1B y B-52, que está asentada usualmente en la base japonesa de Iwakuni.
En febrero del 2016 Corea del Norte había realizado una prueba de lanzamiento de un misil de largo alcance, que suscitó declaraciones de “preocupación” por parte de Rusia, que llamó a todas las partes interesadas a “abstenerse de acciones que conduzcan a una escalada de la tensión”. Rusia tiene su Flota del Pacífico en Vladivostok, una ciudad muy cercana a las fronteras con China y Corea del Norte. Japón, urgió a China a que presione a Corea para detener los ensayos. A su vez, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Geng Shuang, declaró su preocupación, pero diciendo que todos los países deberían asumir su responsabilidad. En una visita del secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, a China el mes pasado, los dos países se comprometieron a hacer “todo lo posible” para evitar un conflicto.
Al iniciarse las maniobras conjuntas EEUU-Corea del Sur, Corea del Norte advirtió a Estados Unidos que “Si infringe la soberanía y la dignidad de la RPDC (República Popular Democrática de Corea) aunque sea un poco, nuestro ejército lanzará ataques sin piedad de ultraprecisión por tierra, aire, mar y bajo el agua”, dijo la agencia estatal de noticias de Corea del Norte KCNA. También “El 11 de marzo, varios aviones con base en un portaaviones enemigo volaron a lo largo de un curso cerca del espacio aéreo y las aguas territoriales de la RPDC para organizar simulacros de lanzamiento de bombas y ataques por sorpresa sobre los objetivos en tierra de nuestro ejército”, dijo KCNA. Tillerson había afirmado poco antes desde Corea del Sur que EEUU no descartaba emprender acciones militares y anunciado el fin de la política de “paciencia estratégica” con Pionyang.
Uno de los temas del encuentro entre Trump y Xi Jinping iba a ser justamente el de la situación de Corea. Trump había declarado que China puede fácilmente frenar a Corea del Norte, para luego decir: “Si China no va a resolver la cuestión de Corea del Norte, lo haremos nosotros”. El despliegue de misiles Thaad por parte de EEUU en Corea del Sur, también son una amenaza para el territorio chino. El Congreso de EEUU volvió a incluir a Corea del Norte en la lista de los que ellos califican “estados patrocinadores del terrorismo”.
Así como las fuerzas obreras y populares debemos oponernos a cualquier intervención imperialista, también debemos estar alertas y oponernos a la guerra imperialista, y no tomar partido a favor de uno u otro lado. La catástrofe siria es un espejo para mirarnos.
