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19 de abril de 2017

Una delegación del PTP, el PCR, la JCR, la CEPA y la Mesa Nacional de la CCC, participó del emotivo y multitudinario homenaje a Micaela García el martes 11 en Concepción del Uruguay.

Micaela, “Por vos juramos vencer”

Concepción del Uruguay, Entre Ríos

 
Ese martes desde temprano miles de pibas, pibes y grandes conmovimos la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay en la despedida de la compañera Micaela García en el estadio cubierto del Centro de Educación Física, donde había practicado desde chiquita vóley y gimnasia artística.

 
Ese martes desde temprano miles de pibas, pibes y grandes conmovimos la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay en la despedida de la compañera Micaela García en el estadio cubierto del Centro de Educación Física, donde había practicado desde chiquita vóley y gimnasia artística.
A los familiares, amigos y amigas de Micaela se sumaron sus compañeros de la JP Evita. Participamos con una delegación del PTP, el PCR y la CCC encabezada por Fredy Mariño y Elena Hanono, y varios compañeros de la Juventud Comunista Revolucionaria que, junto a un puñado de otras organizaciones, no quisimos faltar a esta cita de honor.
Los alrededores del estadio se vistieron con banderas y afiches que pedían justicia y ni una menos. En el interior, junto a Micaela, un gran cuadro con su rostro sonriente, acompañado por su guitarra, dejaba claro que no hay que dejarse ganar por la tristeza y la bronca. 
Bajo la consigna “Por vos juramos vencer”, la despedida estuvo caracterizada por la música ricotera, los cantitos acompasados por los bombos y los videos con su vida y militancia, que sólo se cortaban cuando se leían poemas y canciones en su homenaje. “Nadie es capaz de matarte en nuestras almas”, le dedicaron sus amigas en una bandera. Hasta un breve llamado del Indio Solari que cantó un fragmento de “Juguetes Perdidos”, a pedido de la mamá de Mica.
Hicimos entrega de una declaración del PTP que entre otros puntos plantea: “Micaela es parte de los miles de jóvenes que se levantan todos los días para dar vuelta esta realidad en la que vivimos. Sentimos su pérdida como propia…
“Necesitamos tomar en nuestras manos la prevención de violencia contra las mujeres, con miles de promotoras y promotores en cada pueblo y en cada barrio y tener el control y el seguimiento sobre los casos de violadores y abusadores que están entre nosotros. Por todo ello nuestro compromiso inclaudicable, es continuar la lucha de Micaela”.
 
Micaela luchaba por cambiar esta sociedad
El dolor se transformó en lucha y esperanza cantándole “Negra, mi buena amiga, siempre vivirás en la Villa Mandarina” y “a pesar de los golpes… no nos han vencido”. Los cantos se acompañaron con las palmas y el tarareo, que hizo que muchos pudieran vencer las lágrimas y la angustia.
El femicidio de Micaela nos dolió tanto como nos duele la muerte de cualquier piba a causa de la violencia de género. Pero esta vez nos tocó más de cerca porque, como nosotros, ella era una militante. Con las patas embarradas luchaba todos los días por cambiar esta sociedad y este mundo podrido en el que vivimos. Sus compañeros la recuerdan incansable, que hacía lo que nadie estaba dispuesto a hacer.
Y lo decimos así porque a Micaela la conocimos. La fuimos conociendo esta semana mientras esperábamos que aparezca con vida y sonriendo como en las fotos que mostramos por todos lados. Pero fundamentalmente la conocimos en esta despedida en la palabra de familiares, amigos y compañeros de lucha.
“Peleaba por la condiciones de vida de los pibes, que tengan oportunidades y que los que están en el fondo de la fila puedan elegir”, la describió su papá, Néstor García, con quien más de una vez tuvo que pelearse porque su militancia hacía que deje de lado muchas oportunidades individuales.
Conocimos allí, particularmente a través de las palabras de los pibes de la Villa Mandarina donde militaba, que sentía en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera y que luchaba por fundirse con la gente más de abajo, como nos piden desde la historia el Che y Mao para considerarnos revolucionarios.
La multitudinaria marcha que acompañó a Micaela hasta el cementerio, a la que se sumaron muchísimas familias y vecinos, se transformó en un pedido de justicia, castigo a los responsables y de que finalmente no tenga que haber ni una menos para que el gobierno y los de arriba tomen medidas para terminar con los femicidios.
“Ella va a seguir creciendo en todo el país con la fuerza, la garra y la lucha de la juventud. Así la queremos recordar”, dijo una de sus amigas. Y así será, porque este pueblo argentino y su juventud no va a parar de luchar hasta terminar con todas las injusticias que sufrimos, como hacemos actualmente enfrentando la política de ajuste de Macri. Ese es el compromiso que reafirmamos el martes 11.