El autor presenta su obra como “La trama desconocida del regreso dePerón, desde su exilio en Madrid a la Argentina en 1973, a través de la crónica de un testigo privilegiado que incluye información de primera mano sobre el asesinato de Aramburu, la presidencia de Lanusse, y la relación de Perón con Montoneros y con el caudillo radical Ricardo Balbín”.
El autor presenta su obra como “La trama desconocida del regreso dePerón, desde su exilio en Madrid a la Argentina en 1973, a través de la crónica de un testigo privilegiado que incluye información de primera mano sobre el asesinato de Aramburu, la presidencia de Lanusse, y la relación de Perón con Montoneros y con el caudillo radical Ricardo Balbín”.
Esos años de fuego puestos en foco en el libro de Tcherkaski, posteriores al Cordobazo, al Rosariazo y a todo el resto de rebeliones populares y al ambiente insurreccional que unía a obreros, campesinos y estudiantes, giran alrededor de la trayectoria del último año y medio de vida del general Juan Domingo Perón al abandonar su exilio en Madrid en noviembre de 1972.
A lo largo de sus 405 páginas, con decenas de fuentes y citas históricas, este libro de Osvaldo Tcherkaski nos introduce en la trama política que permite la profundización de las investigaciones y el debate entre las grandes masas de esa historia que aún atraviesa la realidad actual.
Las “directivas de Moscú” y “el entrismo”
El escenario de las directivas de Moscú y el entrismo en el peronismo –que documenta Tcherkaski desde inicios de la década de 1960, en el marco de la disputa interimperialista de ese período–, desarrolló una serie sucesiva de acciones de inteligencia y cercos políticos, económicos y militares. Acciones de inteligencia y cercos que no sólo buscaban neutralizar y/o descabezar a Perón, sino también a su movimiento y a las distintas organizaciones que habían surgido en “la resistencia peronista” y a las nuevas organizaciones que desde 1970 se acercaban desde el cristianismo y desde la izquierda.
“El escenario de este fenómeno –destaca Tcherkaski– une Madrid con Buenos Aires, pero es más dilatado. Se extiende a Roma, París, La Habana, Moscú y Londres. Sus protagonistas principales, un general exiliado y un general en actividad [Lanusse], entraron en la dinámica de un duelo que aún no ha concluido, aunque los dos estén muertos”.
“Prefiero morir con las botas puestas, en la Argentina, que expirar quietamente en la cama de un hospital, en cualquier parte”, les decía Perón a sus médicos Flores Tascón, Puigvert, Taiana y Cossio que –al igual que los servicios de inteligencia de las grandes potencias con intereses en América Latina, el Cono Sur, la vía transoceánica y la proyección a la Antártida de la República Argentina–, venían siguiendo de cerca su estado de salud en el exilio.
Recuerda Tcherkaski que Jorge Taiana cuenta en su libro que a los 76 años, en septiembre de 1971, Perón ya presentaba malestares producto de las obstrucciones de las pequeñas arterias cerebrales y de una pericarditis senil que anunciaba ya entonces “la posibilidad de un infarto grave”. Según Taiana “la enfermedad cardíaca de Perón se inició en el tercer trimestre del 72, debido a una angina de pecho, con dolores no intensos pero espontáneos”.
“¿Hubo una sola vuelta de Perón? ¿O fueron varias? –se interroga y nos interroga Tcherkaski– ¿Cuáles fueron esas otras vueltas en torno a la vuelta de Perón?”.
Una historia signada de cercos y conspiraciones y de imposiciones dictatoriales
En las páginas de Las vueltas de Perón se detalla cómo desde la dictadura de Lanusse y de gran parte de la dirigencia política “peronista” y no peronista se partía de que, dado su estado de salud y hasta por un supuesto carácter que “siempre eludía los enfrentamientos”, se descontaba que “a Perón no le da el cuero”, fueron los términos que usó Lanusse.
A través de sus propios recuerdos, de una rigurosa investigación de fuentes, y sobre todo de una amplia serie de entrevistas a dirigentes políticos de distintos sectores, militares, médicos de Perón, Tcherkaski va enhebrando los sucesos que precedieron a la muerte del tres veces presidente, y la posterior carrera hacia el golpe de 1976.
Así nos asomamos a los diagnósticos médicos y los cálculos de inteligencia para arrebatarle a Perón el movimiento y las grandes masas que tenían a su conducción como referencia histórica, signaron el proceso de su regreso a la Patria, a los sucesivos cercos violentos que se desplegaron sobre su persona que agravaron sus enfermedades y precipitaron la masacre de Ezeiza, el apartamiento de Cámpora, la ejecución de Rucci, la elección presidencial sin proscripciones de octubre de 1973 y el gran apoyo de las masas populares, así como a los vertiginosos hechos que se sucedieron hasta su muerte. Hechos como que unos días antes de su muerte Perón se preocupó por contribuir a consolidar el auge de lucha de las masas trabajadoras con la firma de la Ley de Contrato de Trabajo. Ley que sin lugar a dudas conformó uno de los principales blancos de la agresión e intervención de las principales potencias imperialistas y de sus grandes aliados internos en el golpe cívico-militar del 24 de marzo de 1976.
Lo comentado y citado hasta aquí es sólo una pequeña muestra del contenido de este documentado y atrapante libro que recomendamos, que ayuda al debate e investigaciones sobre ese momento de nuestra historia, de fundamental importancia para entender mejor algunas cuestiones del presente.
