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26 de abril de 2017

Compañerito versus Billiken

Crónicas proletarias - 265

 
En los primeros años del siglo veinte fue muy activa la participación de los chicos y chicas en las luchas obreras. La explotación de mano de obra infantil era cosa común en varias ramas de la producción, y entre los reclamos obreros siempre figuraba la eliminación del trabajo de niños y niñas. Las históricas fotos de las huelgas de inquilinos y de la Semana de Enero muestran a los chicos en medio de las marchas y barricadas. 

 
En los primeros años del siglo veinte fue muy activa la participación de los chicos y chicas en las luchas obreras. La explotación de mano de obra infantil era cosa común en varias ramas de la producción, y entre los reclamos obreros siempre figuraba la eliminación del trabajo de niños y niñas. Las históricas fotos de las huelgas de inquilinos y de la Semana de Enero muestran a los chicos en medio de las marchas y barricadas. 
Las distintas corrientes obreras tuvieron iniciativas hacia los más pequeños, en una época en la que el Estado, como hemos visto en otras columnas, equiparaba a los niños pobres con los delincuentes. En los primeros años del Partido Comunista, en la década del 20, se dio una política de organización de los chicos. Así creó las Agrupaciones Infantiles Comunistas, para fomentar los valores proletarios, en expresa contraposición con las organizaciones infantiles religiosas y burguesas. 
Cinco eran las reglas que debía seguir un “buen niño comunista” que publicó el periódico de la Federación Juvenil Comunista en 1928: “1) Un joven pioner debe ser siempre leal a la causa de la clase trabajadora. 2) Un joven pioner debe ser un buen camarada de todos los pioners y de todos los hijos de los obreros y campesinos de todo el mundo. 3) Un joven pioner debe organizar a los niños que lo rodean. Debe tomar parte en la vida e intereses de los niños y atraerlos a las agrupaciones infantiles comunistas. Debe ser un modelo para todos los hijos de los obreros y campesinos. 4) Un joven pioner debe estar siempre capacitándose. El conocimiento es poder en la lucha de la clase trabajadora. 5) Un joven pioner debe ser disciplinado y aceptar las decisiones de su agrupación, de la Federación Juvenil Comunista. Sólo la disciplina puede formar un Partido como lo quería Lenin”.
Para este trabajo, el Partido Comunista editó en 1923 Compañerito, el periódico dirigido a los “niños obreros, campesinos y escolares pobres”, que según el propio PC llegó a tirar, en 1926, 25.000 ejemplares mensuales. Compañerito polemizaba abiertamente con Billiken, a la que caracterizaba burguesa y empresarial. Billiken había aparecido en 1919, editada por Constancio C. Vigil, y con una línea afín a sectores conservadores y católicos. Por eso Compañerito titulaba notas como “Ningún niño proletario debe comprar ni leer Billiken”, (año II, N° 4, julio 1924, p.6.). En las páginas de la revista infantil comunista el centro eran “contra la explotación de la niñez, por pan, ropa y derecho de estudiar para todos los niños obreros”.