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26 de abril de 2017

Mientras dure la lucha de los obreros contra la burguesía y la clase dominante, mientras todas las reivindicaciones no hayan sido alcanzadas, el 1º de Mayo continuará siendo la expresión anual de estas reivindicaciones. Y, cuando amanezcan días mejores, cuando la clase obrera del mundo haya ganado su libertad, entonces la humanidad también celebrará, probablemente, el 1º de Mayo en honor a las luchas amargas y los muchos sufrimientos del pasado. Rosa Luxemburgo, 1894

El Primero de Mayo

Día Internacional de los Trabajadores

 

 
Se acerca un nuevo Primero de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores. En la Argentina de hoy, conviene recordar que esta jornada de lucha está ligada a inmensas y gloriosas batallas obreras y populares por sus reivindicaciones. Batallas por las que millones de trabajadoras y trabajadores en nuestro país y en el mundo obtuvieron la jornada de trabajo de 8 horas, el descanso dominical o el reconocimiento a las organizaciones gremiales, entre otras muchas conquistas. 
Porque como proclamaba un volante que llamaba a parar en las principales fábricas de Estados Unidos el 1 de mayo de 1886, ese tenía que ser “¡Un día de rebelión, no de descanso!… Un día de protesta contra la opresión y la tiranía, contra la ignorancia y la guerra de todo tipo. Un día en que comenzar a disfrutar ‘ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas para lo que nos dé la gana’”.
Este gobierno de ricos para ricos viene por estas conquistas históricas, ataca a los sindicatos y abomina de todas y todos los que luchamos por nuestros derechos. Macri sabe muy bien de la fuerza de los obreros organizados, como lo acaba de comprobar con el paro nacional del 6 de abril. Esa fuerza organizada tiene una historia de luchas, fracasos, conquistas y mártires, que es bueno repasar.
 
Los mártires de Chicago
La huelga que comenzó el 1° de Mayo de 1886 en Estados Unidos derivó a los pocos días en una tremenda provocación policial el 4 de mayo, cuando durante una manifestación que fue reprimida en Chicago, a causa de una bomba que estalló entre las fuerzas represivas se desató una feroz cacería con varios obreros muertos y heridos. Un juicio que fue una verdadera farsa condenó a la pena de muerte a cinco anarquistas dirigentes de los trabajadores: George Engel, Adolf Fischer. Albert Parsons, August Spies, y Louis Lingg. Este último escapó de la horca suicidándose la mañana del 11 de noviembre de 1887, día de la ejecución. Aún hoy resuenan las valientes palabras de los que a partir de ese día pasaron a ser “Los mártires de Chicago”, que murieron proclamando su convicción en la victoria definitiva de la clase obrera.
 
Origen del 1° de Mayo
La bandera de los Mártires de Chicago fue levantada por los delegados que fundaron la Segunda Internacional en París en 1889, y resolvieron que a partir del año siguiente, el 1° de Mayo sea el Día Internacional de los Trabajadores, para manifestar en todos los países y ciudades a la vez. La lucha por la jornada legal de 8 horas, una lucha política porque enfrentaba el poder de las clases dominantes, unió a los trabajadores de América y Europa. Por eso Federico Engels pudo escribir el 1º de mayo de 1890, que “hoy el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por primera vez en un solo ejército, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada legal de ocho horas… El espectáculo de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. ¡Oh, si Marx estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!” (Prefacio a la edición de 1890 del Manifiesto del Partido Comunista, de Carlos Marx y Federico Engels).
Esa misma bandera se transformó en realidad en los países que, durante el siglo 20, se concretaron revoluciones triunfantes y donde las masas trabajadoras y campesinas se liberaron, al menos por unos años, de la opresión.
 
El 1º de Mayo en la Argentina
Cumpliendo el mandato del Congreso Internacional Socialista de París del año anterior, un núcleo de trabajadores, impulsado por los alemanes del Club Vorwarts, constituyó un Comité Internacional Obrero que organizó actos el 1º de Mayo de 1890 en Capital Federal, Rosario, Chivilcoy y Bahía Blanca. El primer punto del petitorio aprobado el 1º de Mayo en Buenos Aires y entregado a las autoridades reclamaba: “Limitación de la jornada de trabajo a un máximo de ocho horas para los adultos”. Así se unían los trabajadores de la Argentina a la clase obrera de todo el mundo. Desde ese Primero de Mayo hasta hoy, con actos masivos o en la más cruda ilegalidad, regando muchas veces con su sangre las calles, la clase obrera argentina ha expresado sus reclamos en esta jornada de unidad y de lucha. 
Desde los inicios, hubo debate entre las corrientes del movimiento obrero, sobre si el 1º de Mayo debía ser una jornada de lucha, o un “día de fiesta”. Con el correr de los años, los gobiernos incidieron intentando vaciarlo de su contenido rebelde. Así, bajo la presidencia de Alvear, en 1925, el 1º de Mayo fue establecido como “día de fiesta”. Este debate se prolongó durante el peronismo. Los comunistas, en Argentina y en el mundo, peleamos por restablecer el sentido original de esta fecha. Son innumerables los ejemplos de militantes comunistas que dieron su vida en defensa de los ideales encarnados en estas jornadas.
 
El 1º de Mayo hoy
Millones saldrán a las calles una vez más en todo el mundo. Miles seremos en nuestro país los que en esta jornada volveremos a movilizarnos para repudiar esta política de hambre, represión y entrega nacional, y para decirle a Macri y al conjunto de las clases dominantes que no vamos a retroceder en nuestras conquistas. 
Seremos miles que también reivindicaremos el derecho a la actividad política independiente de la clase obrera, con un partido propio como es el Partido Comunista Revolucionario, disputando en todos los terrenos, incluido el electoral a través del Partido del Trabajo y del Pueblo. 
Y haremos honor al carácter internacional de una jornada que nos une con los trabajadores de todos los países del mundo y los pueblos y naciones oprimidas, en la lucha contra los imperialistas y por terminar para siempre con toda forma de explotación y opresión de unos hombres por otros.