Al salir esta edición está cerrando el Mes de la Prensa. Al miércoles pasado estaba hecho un 75% de la Campaña de difusión (ver Termómetro) en las primeras cuatro semanas, lo que implicaba hacer un gran esfuerzo en todas las zonas para alcanzar los objetivos nacionales, especialmente en lo que hace a recoger el dinero de lo ya vendido en los lugares más apartados, especialmente en el interior del país, mientras se trabajaba el último número de Campaña.
Durante este mes hemos llegado con el hoy y la Chispa a muchísimos compañeros nuevos, muchos del PTP o la CCC; hemos retomado relación con compañeros que no vemos habitualmente y hemos afianzado otras relaciones a través de la lectura colectiva. Se han piqueteado numerosas empresas, zonas rurales y universidades con buenos resultados. La campaña sirvió también para avanzar en los planes de afiliación al PCR y la JCR y en impulsar el funcionamiento de organismos básicos, nuevos o que venían sin reunirse.
La pregunta ahora es ¿Cómo seguir? Las campañas implican siempre un esfuerzo adicional: dedicar más tiempo del habitual a una tarea determinada. El final de la campaña tiene que ser motivo de una nueva discusión en direcciones y organismos básicos para que buena parte de los avances durante la campaña se transformen en acumulación de fuerza política. Hay que discutir cómo se garantiza la continuidad de los grupos de lectura, los avances logrados de lectura del hoy en los organismos, la llegada semanal a cientos de compañeros nuevos que quien seguir recibiéndolo. Esto implica muchas veces reorganizar el trabajo, ver qué puntos débiles tenemos, qué nos falta para garantizar una rápida distribución y llegada a los lectores que atienda a nuestras necesidades políticas y organizativas, y sostener un “cierre” semanal del trabajo de prensa con cada edición (también político y administrativo).
El Partido ha fijado metas para su crecimiento. Afiliar al PCR y ganar a esos compañeros nuevos para transformarlos en militantes políticos, requiere sistematizar con ellos, colectivamente, la lectura del periódico como primer material, el funcionamiento del organismo como primer escuela y la cotización y la difusión del periódico como sus primeros compromisos partidarios. Para esto no puede “no haber tiempo”. En todo caso habrá que rediscutir, en el marco de nuestras necesidades de crecimiento, las proporciones de tiempo que dedicamos a cada tarea.