Hace seis años que las potencias mundiales juegan sus intereses políticos y económicos en Siria.
Hace seis años que las potencias mundiales juegan sus intereses políticos y económicos en Siria.
Esta masacre interminable, que ya ha provocado 470.000 muertos y desaparecidos, más de 7.000.000 de desplazados dentro del país y 5.000.000 de refugiados fuera de sus fronteras, no es una guerra civil.El enfrentamiento entre el régimen de Bashar Al Assad, las fuerzas insurgentes y Estado Islámico es financiado con armas y despliegue militar por Rusia, Estados Unidos, Turquía y los países de la región. Siria es crucial para los intereses petroleros de los Estados en pugna por su posición estratégica. Controlar Siria es controlar la ruta de la energía. Sin Siria ninguno de los intereses en juego estaría asegurado.
En el medio de ese tablero geoeconómico, la población sufre todo tipo de crímenes y vejámenes. El saldo más estremecedor es la muerte de 16.000 niños. 16.000 víctimas inocentes de la codicia mundial. Por eso decimos:
¡Basta! ¡Paremos la guerra! ¡Basta de bombardeos y crímenes contra el pueblo sirio! ¡Con los niños, no!
Buenos Aires, 8 de mayo de 2017.
