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02 de octubre de 2010

Ejemplo de firmeza y felicidad en la lucha

Hoy 1229 / Julio Kaplan, secretario del PCR de Corrientes

Quisiera destacar algunos rasgos de nuestro camarada Rafael. Como estudiante universitario tenía una idea permanente que impulsaba con mucha fuerza: La ciencia y la técnica debían estar al servicio del pueblo. Lo recuerdo cuando distribuíamos miles de volantes denunciando los acuerdos durante la dictadura de Onganía con Estados Unidos, acuerdos con la Universidad argentina, con algunas cátedras, donde los yanquis ponían algo de dinero que aparecía como ayuda a la investigación, mientras el Estado nacional pagaba a los docentes y becaba a los mejores alumnos. Y dicha investigación era utilizada por los yanquis para la guerra de Vietnam. Estábamos contra esos contenidos.
Esta idea trajo otra. La lucha por mayor presupuesto universitario; y que lo que se investigara sea aprovechado por nuestro pueblo. En ese período, el Flaco impulsó el desarrollo del Faudi y de los Centros de Estudiantes para que se dieran amplios debates sobre estos temas; y que los sectores de menos ingresos pudieran entrar a la Universidad, que por esa condición y al provenir de pueblos del interior, serían quienes con más facilidad llevarían estos conocimientos a sus pueblos y a todo el país.  Esto explica dos puntos: por qué en Corrientes se luchó con tanta fuerza contra la privatización del comedor, por las becas, por tener apuntes baratos, cuestión clave que permitía el acceso; y contra el limitacionismo. Siendo presidente de la FUNE en 1971, ya habiendo derrotado esa política en Agronomía y Veterinaria se impulsó una gran lucha en Medicina, conquistando el ingreso de centenares de estudiantes.
En esta lucha sobresale otro rasgo de Rafael, la solidaridad práctica con los pueblos de América Latina. A centenares de estudiantes, particularmente de Paraguay, no le permitían el ingreso en aquel país bajo la dictadura Stroesner. En aquella época, nuestra Universidad era muy reconocida en toda América Latina. Rafael encabezó la lucha por el ingreso de esos estudiantes que se logró en 1971. Asimismo fue parte de los dirigentes que se solidarizaron con los exiliados chilenos que fueron recibidos aquí, luego del golpe de Pinochet. Esta línea de acción internacionalista la practicó hasta sus últimos días de vida. Lo hizo junto a campesinos de Paraguay, Brasil y Uruguay. Fue permanente su preocupación por el estudio, integró la dirección del Instituto Marxista-Leninista-Maoísta de la Argentina, de la revista Política y Teoría y fue redactor del semanario hoy. En 1972 se radicó en el Chaco –ayudó a la construcción del Partido–, donde fue encarcelado en diciembre de 1974. Fue puesto a disposición del PEN. Sin causa ni proceso, permaneció en distintas cárceles por más de 7 años. Su ejemplo, su comportamiento, su firmeza, ayudó a muchos de los que convivimos esas horas difíciles con él.  Cuando venían las visitas de la Cruz Roja internacional o las comisiones de Derechos Humanos de Europa o de Estados Unidos a ofrecernos el derecho de opción para salir del país, él se plantaba y decía que no, porque eso era una salida individual mientras que la clase obrera, los campesinos y nuestro pueblo sufrían la opresión dictatorial.
A pesar de estos golpes de la vida, él tomaba la consigna de Marx que decía: “la felicidad es la lucha”. Y como bien lo expresara su hijo Martín cada vez que lo veía llegar a su casa con María, a pesar de lo cansado y agotado de los viajes y de esa permanente militancia se los veía siempre felices. Esa felicidad y esa fuerza es lo que nos transmitía a nosotros, porque era la felicidad de luchar contra las injusticias, por una sociedad justa sin explotadores y explotados.
Su última tarea fue enorme y provocó una pérdida irreparable en lo inmediato. Seguramente surgirán nuevos combatientes que cubrirán esa pérdida, como expresó el camarada Jorge Rocha. Era nuestro responsable agrario, conocía el trabajo desde niño por ser hijo de una familia de campesinos arrendatarios. Impulsó la conformación de la Mesa Federal Agraria y tenía una relación  con la FAA siempre llevando como bandera la defensa de los campesinos pobres y medios y la reforma agraria. En el último período adquirió muchos conocimientos del trabajo con los campesinos pobres y con los originarios y también con los campesinos pobres de los países vecinos. Aquí está presente la UC del Chaco y como expresó Mártires López, Rafael debe estar junto a Rafael Núñez, un campesino aborigen que también falleció. Deben estar acompañándonos. Y como sabemos, esos campesinos aborígenes lo llevan en el corazón, en cada una de sus luchas, como estuvieron en el corazón de muchos campesinos, en cada uno de los  piquetes en la última rebelión agraria, la más grande que se recuerda en la historia argentina.
Querida Juanita, Isabel, Martín y toda su familia. Rafael ya no está. Rafael, te  extrañaremos y recordaremos siempre, pero como dice la canción “en cada lucha ellos están, y con el pueblo liberado volverán”. ¡Hasta la victoria siempre!