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19 de julio de 2017

Fundada Impresit-Sideco (51% Fiat, 49% Macri) en 1969, el ascenso de Franco Macri como intermediario de la Fiat fue meteórico ¿cómo ganaron su primer gran licitación, la de la central nuclear?

De la dictadura a la vuelta de Perón

Los Macri (4)

El país estaba bajo la dictadura militar que lideraba Juan Carlos Onganía. Este tenía posiciones fascistas y anticomunistas; en la dictadura predominaban posiciones proyanquis, aunque en su seno y en diputa había ya una fuerte penetración prorrusa y también intereses europeos. El plan de gobierno era… ¡de 20 años! Comenzaba con un “tiempo económico” de grandes obras públicas -al que seguía el “tiempo social” y el “tiempo político”… en veinte años-. Así se decidió la construcción de la primera central nuclear de América del Sur. 
El decreto que convocaba a la licitación fue hecho a la medida de Siemens, cuyo representante en Argentina era von Buch. Entonces veremos aparecer en escena un personaje: Alfredo Lisdero, auditor de la recién constituida empresa entre Fiat y Macri. Este era amigo y socio de von Buch y con el prestigio internacional de Impresit logró asociarse. Siemens lideró el proyecto en cuanto al desarrollo tecnológico e informático, mientras que las obras civiles quedaron a cargo de Impresit-Sideco. 
Alfredo Lisdero fue inseparable en todo el ascenso de los Macri. Nació en Lusana, Italia y se doctoró en la Universidad de Turín. Fue muchos años el presidente de la Dante Alighieri en Argentina. Dejó instalado un estudio en Buenos Aires, que, a su muerte en 1999, seguirían sus hijos, también vinculados a los negocios de los Macri. La dirección de ese estudio es la que aparece en todas las empresas de los Panamá Papers, con las que Mauricio dice no tener nada que ver y que han desaparecido de los comentarios de prensa, últimamente. 
Onganía quedó herido de muerte luego del Cordobazo, fue sucedido por Levingston y luego por Lanusse. El auge revolucionario de masas avanzaba y la dictadura se desmoronaba. Pero el grupo siguió avanzando en los negocios y construyó la planta nuclear de Río Tercero. El contraalmirante Oscar A. Quihillalt, que presidió la CNEA hasta 1973, fue un huésped asiduo de Los Nogales, la quinta de Franco Macri. 
Los obreros mecánicos tuvieron el rol central en el Cordobazo, el Smata sería recuperado para el clasismo por la Lista Marrón de René Salamanca. Se luchaba contra la dictadura y con una gran expectativa en la vuelta de Perón. La Fiat, que palpaba directamente la situación, y Macri como aliado menor, trabajaron también en esta perspectiva, no para apoyar las medidas de carácter popular o nacionalista que Perón empujaría, sino para controlar la situación de masas y dar continuidad a sus negocios.
Lanusse entendió que: “a Perón no le da el cuero para volver” y pergeñó una salida con elecciones, en las que pretendía forzar a Perón a apoyar una candidatura que dé continuidad a su predominio. 
Pero Perón volvió de su exilio el 17 de noviembre de 1972 y rompió la maniobra. Lo hizo en un avión de Alitalia. Luchino Revelli Beaumont, el encargado de relaciones internacionales de la Fiat viajaba junto a él. Los negocios de Impresit-Sideco continuarían durante el tercer gobierno peronista.