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16 de agosto de 2017

La Comuna de París de 1871

Hacia el Centenario de la Revolución Rusa (15)

Los antecedentes históricos del poder soviético se remontan a la Comuna de París de 1871, que por primera vez plasmó la dictadura del Proletariado.
Las principales medidas de la Comuna fueron: 
– Supresión del ejército permanente, de casta, y su reemplazo por el pueblo en armas.

Los antecedentes históricos del poder soviético se remontan a la Comuna de París de 1871, que por primera vez plasmó la dictadura del Proletariado.
Las principales medidas de la Comuna fueron: 
– Supresión del ejército permanente, de casta, y su reemplazo por el pueblo en armas.
– Elección mediante sufragio universal de todos los cargos públicos: administrativos, judiciales, de enseñanza; revocabilidad de los mismos en cualquier momento. 
– Elevación del conjunto de los trabajadores sobre la base de un sistema que permitía que todos desempeñaran funciones de control e inspección.
– Sueldo de los funcionarios no superior al salario de un obrero.
– Unificación de las tareas ejecutivas y legislativas, transformando las instituciones representativas, de lugares de charlatanería (como es el parlamentarismo burgués), en organismos activos emanados del pueblo trabajador y sometidos a su control permanente.
Al destruir las dos grandes fuentes de gastos, un ejército permanente y un aparato burocrático que se engrandece sin cesar, la Comuna empezó a convertir en realidad una consigna que la burguesía siempre levanta pero nunca lleva a la práctica: un gobierno barato. De modo que, toda la población y especialmente los campesinos podían liberarse del fardo insoportable  de los impuestos que los agobiaban. 
Como todo Estado, la Comuna era un órgano represor, pero, a diferencia de los Estados de las clases explotadoras, la represión no era ejercida por una minoría privilegiada, sino directamente por la mayoría, por el pueblo en armas. En este sentido, la Comuna era un Estado que comenzaba a extinguirse, pues en vez de una fuerza especial, era la mayoría del pueblo la que reprimía por sí misma a la minoría explotadora y opresora.
Sin embargo, una de las principales causas de su derrota residió en que la Comuna trató con excesiva magnanimidad a los contrarrevolucionarios y no marchó inmediatamente contra las fuerzas reaccionarias que se batieron en retirada y se habían refugiado en el Palacio de Versalles, antigua residencia de los reyes. 
La razón fundamental de la derrota de la Comuna fue que entonces aún no existía un Partido revolucionario del proletariado que se guiara por el marxismo, debido a las condiciones históricas propias del desarrollo alcanzado por el movimiento obrero francés.
En su lucha por abolir la explotación del hombre por el hombre, el proletariado está interesado en poner al desnudo, hasta sus cimientos, la organización social tal cual es, sin ninguna clase de velos ni de adornos. Por ello, no oculta tampoco que su Estado, como todo Estado, también es la dictadura de una clase sobre otra. Pero, a diferencia de las clases explotadoras, para la clase obrera el fortalecimiento de su Estado significa, en esencia,  avanzar hacia el no- Estado, en que, al erradicarse las causas que generan la división de la sociedad en clases, el gobierno sobre los hombres será reemplazado por el gobierno sobre las cosas.
Por ello, escribió Lenin en el “Estado y la Revolución”: “marxista sólo es el que hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado. En ello estriba la más profunda diferencia entre un marxista y un pequeño (o un grande) burgués adocenado.”
Derrocado el Zar por la Revolución de febrero de 1917, se constituyó el Soviet (Consejo de delegados) de obreros y soldados de Petrogrado (que luego de la muerte de Lenin pasó a llamarse Leningrado). En las semanas siguientes, se formaron soviets similares en todas las ciudades grandes y medianas. Por iniciativa propia de los soldados, que en su gran mayoría eran campesinos en uniforme, también comenzaron a formarse soviets rurales. En mayo ya había  400, 600 en agosto y 900 en Octubre, hegemonizados por los socialistas revolucionarios.
Simultáneamente, en las ciudades importantes se organizaron comités de fábrica y soviets de barrios. En este gigantesco desarrollo de las organizaciones revolucionarias de masas, tuvo una enorme incidencia el trabajo del Partido Comunista (bolcheviques). En la confrontación viva de las líneas políticas, y a través de su propia experiencia, la mayoría de la clase obrera fue retirando su apoyo inicial a los partidos reformistas (mencheviques y SR) y volcándose masivamente del lado de los comunistas.
Ese proceso se produjo a partir de un auge revolucionario sin precedentes y de una amplia libertad política impuesta por las masas armadas y se expresó en el gran crecimiento del PC, el cual, a la vez, ganó a la mayoría en los principales soviets.