El CLB reproduce cifras de los salarios regionales de la Oficina Nacional de Estadísticas que muestran esta brecha. Mientras que en Beijing, el salario medio anual en las empresas privadas es de en 65.881 yuanes, en la provincia de Jilin es menos de la mitad: 30.184 yuanes.
El CLB reproduce cifras de los salarios regionales de la Oficina Nacional de Estadísticas que muestran esta brecha. Mientras que en Beijing, el salario medio anual en las empresas privadas es de en 65.881 yuanes, en la provincia de Jilin es menos de la mitad: 30.184 yuanes.
Y que esta diferencia se profundiza, el CLB lo ejemplifica así: “Los datos muestran que los salarios del sector privado en Beijing crecieron un 12,3% el año pasado, mientras que las regiones más pobres como Inner Mongolia y Ningxia sólo crecieron un 1,7% y 4,4%, respectivamente”.
Esto está vinculado a la brecha salarial creciente entre los trabajadores urbanos y los rurales, y la diferencia entre las clases sociales, que se ha profundizado según el estudio de economistas como Thomas Piketty, Li Yang y Gabriel Zucman, quienes analizaron el período 1978-2015. Según estos autores: “la proporción de ingresos del 10% superior subió del 27% al 41% del ingreso nacional entre 1978 y 2015, mientras que la participación del 50% inferior cayó del 27% al 15%”.
Dice este estudio que desde 1978 -cuando se restauró el capitalismo en China, agregamos nosotros- “el crecimiento medio anual del ingreso para el 50% inferior de la población era sólo 4.5% por año, mientras que el ingreso para el 1% superior creció al doble de esa tasa; Los súper ricos en el primer 0,001% vieron crecer los ingresos más rápido de todos, con un 10,4% anual”. Esto, en términos de la desigualdad de salarios urbanos y rurales, quiere decir que la brecha, que era del 200% en 1978, creció a 350% en 2015.
Crecen las huelgas
La misma página China Labour Bulletin (CLB), publica un “mapa de huelgas” en China que se mantiene actualizado con cifras del primer semestre del 2017, y que evidencia la resistencia de los trabajadores a esta creciente desigualdad. Aquí se indica que la rama de la construcción es la de mayor conflictividad, con un 40% de conflictos sobre el total. Lo siguen el sector del comercio minorista y servicios (22%), y el sector manufacturero orientado a la exportación (21%).
En el sector industrial, las provincias con mayor cantidad de luchas fueron en el 2016 Shandong y Guangdong (16 y 14 casos respectivamente). El CLB aclara que en “Shandong se centró en la industria pesada, mientras que las protestas en Guangdong fueron principalmente en empresas privadas de propiedad extranjera. La provincia de Jiangsu, en torno al delta del río Yangtze, se ubica en tercer lugar por su conflictividad”.
Desde el punto de vista de los reclamos de los trabajadores, la principal demanda es el atraso en el pago de los salarios, seguido de la falta de pago del seguro social, el rechazo a la reubicación o cierre de establecimientos, las demandas por aumento salarial, y por las pensiones no pagadas. El CLB concluye que esto muestra que en China no se cumplen los derechos laborales más elementales, ya que no existen en muchos casos ni siquiera convenios colectivos de trabajo.