El asesinato de tres empresarios en General Rodríguez está produciendo graves revelaciones.
Uno de los muertos, Sebastián Forza, fue uno de los principales contribuyentes a la campaña electoral de Cristina Kirchner, con un aporte de $ 200.000. Ese cheque no fue rebotado, pese a que Forza emitía decenas de cheques sin fondos.
La droguería de Forza, Seacamp, está bajo sospecha de vinculación con el narcotráfico, robo de medicamentos del Ministerio de Salud Pública y del PAMI, y de elaborar falsos expedientes para cobrar subsidios de la Superintendencia de Salud. Otro aportista de la campaña de CK, Carlos Torres, es socio de Néstor Lorenzo en la droguería San Javier, acusado en La Plata por la administración fraudulenta de un Centro Oncológico. San Javier era uno de los mayores proveedores de OSBA, la obra social porteña. Forza sería también accionista de San Javier.
Desde que los Kirchner llegaron al gobierno, Héctor Capaccioli es el superintendente del Sistema de Salud, y el tesorero de sus campañas electorales y de las finanzas del PJ de la Capital Federal. Hay denuncias de que es rutina de esa Superintendencia el saqueo de los recursos de las obras sociales mediante la elaboración de expedientes falsos, sobre tratamientos de cáncer, hemofilia o sida, a pacientes inexistentes, por los que se pagan costosos tratamientos.
Además, Capaccioli designó a un “hombre suyo”, José Salvatierra, en la intervención del Hospital Francés, que llevó como proveedora de fármacos para el cáncer a Seacamp, la empresa de Forza. Hay 18 droguerías investigadas.
Forza aparece, también vinculado a la venta de “efedrina”, sustancia utilizada para la fabricación del “éxtasis”. Hace pocas semanas se descubrió un laboratorio para ese fin, de narcos mexicanos. La efedrina está prohibida en México, pero en la Argentina no. La muerte de Forza y los otros dos empresarios aparece con conexiones a otros asesinatos y a narcos colombianos.
Un panorama muy oscuro. Hay más. El ministro de ¿Justicia? Aníbal Fernández, propuso la despenalización de la droga a consumidores, mientras, como se ve, los productores y distribuidores tienen “zonas liberadas”. Fernández atacó a los que señalan que el “paco”, que destruye en 6 meses el cerebro de los jóvenes y ya lo consumen en muchas villas uno de cada dos jóvenes, “no es el producto residual de la elaboración de la cocaína”, cuando hay pruebas suficientes que demuestran lo contrario.
Lo de Forza y el “laboratorio” de los mexicanos fueron investigaciones seguidas por la DEA yanqui. La Argentina ha pasado a ser país de elaboración, distribución y tránsito de la droga. Según los diarios argentinos Crónica y El Día, y El Mundo de España, habría en el país no menos de 240 “cocinas” para la elaboración de cocaína. Ya estamos viviendo una de las consecuencias de esta fuerte presencia de la droga: las guerras de narcos, en la que la DEA y otras agencias imperialistas son parte en la disputa por el dominio de las gigantescas fortunas que proporciona, vital para todo el sistema financiero imperialista.
02 de octubre de 2010