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06 de septiembre de 2017

La polémica en relación a la inscripción de niñas en el Gymnasium ha puesto en el tapete la discriminación a las mujeres y la profunda misoginia que recorre los pasillos de tan valorada institución universitaria. 

Ingreso de mujeres al Gymnasium de Tucumán

Venciendo ideas arcaicas y tradicionalistas

Es un paso importante el debate abierto, aunque debió haberse abierto mucho tiempo antes, pero siempre son bienvenidos estos avances. Los argumentos expuestos de los que se oponen a esta integración mantienen la esencia del machismo que impone condiciones de superioridad de un género sobre otro. 

Es un paso importante el debate abierto, aunque debió haberse abierto mucho tiempo antes, pero siempre son bienvenidos estos avances. Los argumentos expuestos de los que se oponen a esta integración mantienen la esencia del machismo que impone condiciones de superioridad de un género sobre otro. 
Los explicaciones usadas sobre las “tradiciones”, la “esencia” del colegio, y demás argumentos reaccionarios sobre su historia, resultan anacrónicas e increíbles en una escuela experimental pública, laica, universitaria y de corte humanista.
Solo entendiendo el lugar subordinado de la mujer en la sociedad patriarcal en la que vivimos, puede analizarse esta negativa de la mayoría de los integrantes del colegio a que puedan convivir en una misma escuela varones y mujeres, como ocurre en casi todos los ámbitos de la vida pública hoy. 
Las mujeres nunca hemos conquistado lugares que nos fueron ajenos durante siglos sin luchar. Nunca nadie nos ha regalado nada, y es por eso que nos preocupa esta posición de jóvenes y adultos en contra del ingreso de las niñas. 
A partir del lugar subordinado que sufrimos desde el inicio de la sociedad de clases, no nos sorprende esta posición en una institución que ha trabajado durante tantos años, remarcando la importancia de ser “solo varones”. Los argumentos de las tradiciones y su esencia varonil, se opone firmemente a los derechos de las niñas a ingresar a esta institución y lo peor es que se oponen también firmemente a los debates que hoy se dan en la sociedad, en un momento particular. 
Se dan en un momento donde se ha visibilizado y acentuado la violencia contra las mujeres, donde el grito de “Ni una menos” recorre cada comunidad de nuestro país, donde ha crecido enormemente un movimiento de mujeres diverso, rebelde y autónomo que lucha por transformar estas condiciones injustas en las que vivimos.
Las luchas de las mujeres han demostrado la necesidad de ingresar a todos los ámbitos que le fueron prohibidos durante años y las experiencias en otras instituciones donde esto ocurrió han mostrado los beneficios de la educación en igualdad. 
 
Un avance de las mujeres
Luego del debate en el Consejo Asesor del Colegio que resolvió desestimar el ingreso de niñas, solo con la oposición del voto de los docentes, el Consejo Superior decidió por unanimidad la no discriminación en todas las instituciones de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y derogar todas las normas que se opongan a este principio. Dio un plazo de 30 días para adecuar las normas y la dirección del Gymnasium ya acató la resolución: ya hay nueve niñas inscritas para rendir el ingreso al I° preparatorio.
Es saludable el debate y esperemos que se lo lleve a cabo en profundidad para que desnude las ideas arcaicas y discriminadoras que se oponen a los avances de las mujeres en nuestra sociedad.