Quedó claro desde el inicio que la avanzada del gobierno para tener el control de la empresa, primero a través de la patota del SOMU y después con la jueza Servini de Cubría, que ordenó el cierre, se debe al avance de la organización que vienen teniendo los trabajadores, por eso apunta a eliminarla.
Como todo el mundo sabe –gracias al “Caballo” Suárez del SOMU– el dueño del Casino Buenos Aires es nuestro presidente; y el mismísimo “Caballo” fue el encargado de la propaganda electoral de Cristina en el sur porteño.
La empresa, el sindicato/patota y la jueza, los tres actuaron en la misma sintonía. El jueves 15, en otra avanzada, la empresa manda 70 telegramas de despido, y en respuesta, los trabajadores realizaron un paro y acampe en la puerta del Casino hasta que se reintegren todos.
Desde nuestra experiencia en otras luchas, creemos que la mejor manera de encarar este conflicto es garantizando la unidad de los trabajadores.
La empresa pegó primero con los despidos y ahora intentando a toda costa de dividir a los trabajadores: llaman por teléfono y presionan, meten miedo, incluso llamando familiares.
Lo que está en juego ahora es qué pasa con los pibes que apoyan la lucha pero aún no están participando activamente. O los aprieta la empresa o los ganamos nosotros. Es por eso que debemos atender esto y tener una política clara y de unidad con el conjunto de los trabajadores cuidándonos de no ir al enfrentamiento con ellos. Para ello sería importante armar una comisión que esté en contacto permanente con esos compañeros, llamándolos uno por uno, sector por sector.
La empresa y el gobierno están jugando fuerte, debemos redoblar la apuesta buscando las formas para que participe el conjunto de los trabajadores, sólo así podremos triunfar.
Al cierre de esta edición los trabajadores marcharon hasta el Ministerio de Trabajo para exigir una conciliación obligatoria.
02 de octubre de 2010
