En el predio de la Facultad de Agronomía, un espacio verde amplísimo, se encuentra el local del CEABA, donde fueron llegando familiares, numerosos compañeros de cursada y de militancia de Gabriel y estudiantes de la Facultad.
En el predio de la Facultad de Agronomía, un espacio verde amplísimo, se encuentra el local del CEABA, donde fueron llegando familiares, numerosos compañeros de cursada y de militancia de Gabriel y estudiantes de la Facultad.
El homenaje se inició con las palabras de integrantes del CEABA, que contaron que desde hace muchos años vienen levantando en la Facultad las banderas de memoria, verdad y justicia. Junto a estudiantes, docentes, graduados, no-docentes y familiares fueron reconstruyendo lo que pasó en los años negros de la dictadura. Agradecieron la presencia de las hermanas de Gabriel, Silvia y Miriam, y de tantos compañeros que cursaban en aquella época con él, para compartir historias y relatos.
El homenaje y el nombre de Gabriel Porta al Centro –relatan- es porque sintetiza simbólicamente todo el trabajo de los 33 compañeros desaparecidos de la Facultad que hasta hoy conocemos.
“Estamos acá con ustedes para que las voces no callen, para escuchar y conocer las historias de los compañeros desaparecidos” afirmaron.
A continuación, invitaron a los familiares y a dos compañeros de cursada y de militancia de Gabriel a dirigirse a los presentes.
Una docente de Agronomía, expresaba que “este es un momento muy importante para nosotros que fuimos compañeros de Gabriel. Agradecemos a todos los presentes y muy especialmente a los compañeros del FANA, por este acto de democracia y profundamente reparador porque nos permite devolver a Gabriel a este Centro de Estudiantes del que nunca lo debieron haber sacado, debería ser uno más de nosotros. Entre todos lo volvemos a traer al Centro, y es reparador porque la dictadura genocida nos silenció por muchos años, dejamos de vernos, y hoy nos encontramos nuevamente. Y esto les puede servir a muchos de los que hoy seguimos luchando por una Facultad de Agronomía y un país un poco mejor”.
Un compañero, Lito, con mucha emoción recordaba a la mamá de Gabriel: “estos genocidas eran perversos, y la mamá de Gabriel no se amilanó, buscó, entró a despachos, peleó… por algo Gabriel era como era”. Describió a Gabriel como un joven con sentido de justicia y muy noble. Y agradeció a los estudiantes del Centro por este nombramiento.
Seguidamente habló Miriam, la hermana menor de Gabriel, que al momento del secuestro tenía 9 años. “Era mi compinche, un joven que quería cambiar el mundo. Fue una época muy cruel. Para hacer lo que hizo mi hermano había que tener agallas. En el Centro habían juntado un dinero y cuando llegó el interventor de la Facultad le solicitó que lo pusiera a nombre de él. Gabriel abrió un expediente y dijo que ese dinero era del Centro, de los estudiantes… Él tenía una idea política, luchaba por el centro de estudiantes, por el derecho de todos. Este reconocimiento de hoy para nosotros es muy importante porque él se jugó por los chicos, por la Facultad. Gabriel decía ‘con la verdad no temo ni ofendo’. Si él hubiera sido otra persona no estarían tantos amigos acá presentes…”
Silvia, la hermana mayor, recordó a Gabriel como “un tipo justiciero, idealista, que se jugó por el Centro, por los estudiantes, dio la vida por eso, no hay otra historia que contar” afirmó. Agradeció el homenaje, que era muy esperado por la familia. “A Gabriel no terminaron de llevárselo nunca, está en ella, en él, en los árboles, en la tierra…”.
En este momento un integrante del Centro agradeció la presencia de las hermanas y les entregaron una copia del legajo de Gabriel que recopilaron desde la Comisión de Derechos Humanos de la Facultad. Y se procedió a descubrir la placa, donde se resume quién era Gabriel y por qué el Centro va a llevar su nombre.
Se leyó una carta de Luis Poloto, ex detenido, que estuvo con Gabriel en el Centro Clandestino de Detención “Garage Azopardo”: “Allí estaba Gabriel, encapuchado y encadenado, como todos los que fuimos llegando a ese lugar de terror… Me fue contando parte de su historia, siempre mantuvo la entereza que se podía tener en esas condiciones y la esperanza de quien podría salir de allí”.
Porque la memoria colectiva se construye entre todos, con las historias y los relatos, a continuación se abrió el micrófono para quienes quisieran expresarse.
Un compañero de militancia de Gabriel, Manolo, afirmó que “Gabriel era íntegro en la defensa de los intereses de los trabajadores, de los intereses del pueblo y del derecho de todo aquel que quisiese estudiar pudiera ingresar en esta Facultad y en todas las facultades, porque el conocimiento es de todos y del pueblo en especial. Y además Gabriel merece nuestro reconocimiento porque no delató a ningún compañero, soportó las torturas en el centro clandestino, preservando nuestra integridad. Por Gabriel, un luchador del pueblo y de los ideales que él defendió a costa de su propia vida”.
Una compañera de Gabriel, docente de la Facultad, se refirió a la década del 70, de profundas luchas: “fuimos protagonistas y creíamos que íbamos a cambiar el mundo porque era posible…” Se refirió a que en el siglo XX estuvo la Revolución Rusa, la Revolución China, la Revolución Cubana con el Che Guevara… “El Che para nosotros, para el PCR, era el ejemplo. Siempre íbamos con esas banderas…” decía, para afirmar que eran “épocas de levantamientos y puebladas, cambiar el mundo estaba ahí, lo protagonizábamos, no era una utopía, no éramos locos soñadores que dábamos la vida por nada. Por eso la dictadura fue tan perversa, porque tenía que acallar a un pueblo”. “Hablábamos de la universidad del pueblo liberado porque veíamos que eso era posible, era una realidad que veníamos caminando día a día. Y el golpe genocida vino a acallar todo eso. Por eso es tan reparador este acto, porque nos vuelve a conectar y a visibilizar a esos militantes heroicos que dieron su vida. Tenemos que seguir construyendo la memoria y aprender de esos años para cambiar todo lo que hay que cambiar, que es mucho” concluyó.
En nombre del PCR habló Ricardo Ríos, quien agradeció en nombre del Partido en el que militaba Gabriel, a los compañeros del FANA y del Centro de Estudiantes, y a las autoridades de la Facultad que de una u otra manera “hacen este reconocimiento, que entendemos es un reconocimiento a todos los compañeros desaparecidos de Agronomía y a los 30.000 detenidos desaparecidos”.
“El relato de la familia y de los compañeros del momento, grafican lo que fue Gabriel… Gabriel es lo que hizo, que es defender una organización de la cual él era parte y de la cual dependían cientos de estudiantes, que él las defendió frente a la dictadura”.
También habló Lucio, muralista, militante comunitario de los 70, quien colaboró con el mural que cubre el frente del local del CEABA.
Facundo, de la JCR, reivindicó que un grupo de jóvenes llevaran adelante esto y se pueda hacer este homenaje tan merecido a Gabriel.
Una propuesta muy aplaudida fue la que hizo un compañero de Gabriel, quien propuso que lo que le fue sustraído al CEABA por la dictadura, las instalaciones de impresión, le sea devuelto, porque es de los estudiantes.
Nuevamente habló una de las hermanas y dijo “para que tengan una idea de cómo era Gabriel, por una chica que estuvo detenida con él –que salió del cautiverio y pude conversar con ella- sabemos que estuvo vivo hasta abril de 1977 y que Gabriel se acercaba a los nuevos detenidos y era el que les curaba las heridas, los consolaba. Él hacía todo por los demás. Hasta el día de su cumpleaños, el 6 de diciembre, para levantarles el ánimo, brindaron con mate cocido y les hizo que le cantaran el feliz cumpleaños”.
Se recibieron adhesiones de AGD UBA-CONADU H, del Mocase-Vía Campesina, de la agrupación estudiantil “Abriendo caminos”, de la Corriente Nacional de Arquitectos y Diseñadores Populares Raúl Molina.