Los maestros cerramos las escuelas y el lunes nos movilizamos en una combativa marcha donde se volvieron a escuchar cánticos como: “¡que se vayan todos, que no quede ni uno solo!”. Una columna de varias cuadras pasó por la Casa de Gobierno, donde estaban manifestándose familiares de los presos quemados en la cárcel, con quienes nos unimos en el pedido de justicia. Continuamos al Ministerio de Educación, donde la ministra se negó a recibirnos, lo que ocasionó el repudio generalizado.
El 20 la asamblea hizo un balance muy positivo, se rescató la posición de los maestros de desoír las amenazas del gobierno, con la orden de descontar del sueldo de noviembre los paros de marzo, abril y septiembre; para lo que el gremio llamó a concentrarse en el Consejo General de Educación. Nos entrevistamos con la presidenta, quien manifestó que la orden del descuento fue dada por el gobierno y el Ministerio de Trabajo de la Nación. Ante la solicitud, la presidenta pidió tiempo para consultar con el gobernador, mientras los docentes seguían llegando y se manifestaban ruidosamente y en asambleas permanentes.
Por la tarde, en una asamblea muy numerosa en el local del Cisadems, resolvimos pasar a un cuarto intermedio para el lunes 26.
Marcha de la familia docente
Se realizaron asambleas en las escuelas para sumar compañeros para participar en la gran “Marcha de la familia docente” a Casa de Gobierno el lunes 26 por la tarde, con cacerolazo incluido.
Se aprobó además mantener contacto con la Confederación de Educadores Argentinos (CEA) y que intervenga en el conflicto el Ministerio de Educación de la Nación. También se acordó comunicarnos con los otros estatales en lucha: médicos y personal del Hospital de Niños; judiciales; Iosep y la Escuela de Música desalojada de su edificio.
02 de octubre de 2010