El 8 de enero por la noche al presentarse en su turno de trabajo, a varios operarios de Molinos Río de la Plata planta Echeverría, se les impidió la entrada diciendo que estaban despedidos por “bajo rendimiento, baja productividad, ausencia en los sectores”.
El 8 de enero por la noche al presentarse en su turno de trabajo, a varios operarios de Molinos Río de la Plata planta Echeverría, se les impidió la entrada diciendo que estaban despedidos por “bajo rendimiento, baja productividad, ausencia en los sectores”.
Sin ningún llamado de atención ni comunicación previa, la empresa reforzó la seguridad privada y metió policía en el predio de la planta y a través de un escribano y el gerente de Recursos Humanos fue comunicando a los operarios su despido. Llama la atención que tres de ellos eran miembros de la Comisión Interna anterior al traslado de la planta Barracas y los demás apoyaron públicamente a la lista Celeste y Blanca en las últimas elecciones del gremio.
Ante este atropello de la patronal, que aprovecha la discusión de la reforma laboral que quiere aplicar el gobierno de Macri, se hicieron asambleas y se paró toda la producción pidiendo la reincorporación de los trabajadores. Se hizo presente en la planta el delegado del STIA, Tanda, apoyando la medida.
Molinos es una de las principales empresas de la alimentación que sigue liderando el mercado y está lejos de necesitar bajar costos echando trabajadores efectivos. Como se planteó en las asambleas la excusa de “bajo rendimiento” es usada hoy para dejar en la calle a trabajadores efectivos que se opusieron a los despidos en Barracas y mañana lo usarán de excusa para ajustar en Echeverría y otras plantas, reemplazando trabajadores efectivos con categorías por trabajadores precarizados, sin amparos legales por la reforma “ajustadora” que quiere aplicar el gobierno de Macri.
Urge la difusión de esta situación y el pronunciamiento de toda la dirigencia gremial ante tamaño atropello.