José Planes (Pedro) fue uno de los cuadros dirigentes de la Federación Juvenil Comunista que, a comienzos de la década del sesenta, inició en el Partido Comunista la crítica a la camarilla revisionista codovillista.
José Planes (Pedro) fue uno de los cuadros dirigentes de la Federación Juvenil Comunista que, a comienzos de la década del sesenta, inició en el Partido Comunista la crítica a la camarilla revisionista codovillista.
“Nacido en un hogar de trabajadores, llegó a temprana edad a la convicción de que la causa de la emancipación social de la clase obrera era el norte de su vida. Militó en las líneas de la FJC, donde probó su temple ante las masas y frente a la represión policíaca”, decía la nota publicada al momento de su fallecimiento en Nueva Hora, órgano del PC-CNRR, del 8 de marzo de 1968. Allí se recordaba su paso por la universidad, donde llegó a ser miembro de la Junta Representativa de la FUBA y actuó en tareas de la FUA, particularmente en la Comisión de relaciones obrero-estudiantiles.
Al igual que muchos cuadros del PC y la FJC había sido conmovido por la traición frondicista y los zigzagueos oportunistas de la dirección del PC.
En 1957 visitó por primera vez la URSS. Las transformaciones producidas en ese país por la restauración capitalista, transformaciones para las que no encontraba explicaciones claras, lo perturbaron hondamente. Más aún cuando luego de su estadía en la URSS tuvo oportunidad de visitar la República Popular China, y pudo conocer así un país en el que se mantenía una auténtica dictadura del proletariado.
Lentamente maduró el proceso que lo llevó, junto a otros cuadros dirigentes de la FJC, a iniciar, a principios de la década del sesenta la revisión teórico-política de la línea del PC. Su informe al Comité Central de la FJC del 23/24 de junio de 1962, en las duras condiciones de represión interna existentes en el PC produjo un gran remezón en la organización juvenil ya que abrió, a partir de plantear los problemas organizativos más simples, la inquietud por los problemas políticos (originados en la degeneración revisionista del PC) que estaban tras esos problemas organizativos, aunque no pudiese dar respuesta a los mismos). Recuerda la nota del Nueva Hora de 1968 que en su informe de 1962, titulado “Por una Federación Juvenil Comunista de masas” [Planes] “insistió especialmente en la necesidad de asegurar la vida política de los organismos básicos y escuchar sus opiniones, destacando los métodos burocráticos de dirección”. La camarilla revisionista que dirigía el PC “resistió y saboteó este informe, recibido con júbilo por la base”.
“Otro jalón –sigue la nota de 1968- fue su informe ante el VIII Congreso de la FJC, aprobado unánimemente, pero que, como los demás informes, nunca llegó a ser publicado por maniobras de un grupo enquistado en la dirección de la FJC.
“Planes se destacó por su preocupación por construir una organización comunista de composición fundamentalmente proletaria. Desnudó el ‘exitismo’ que cubría nuestras debilidades en el seno de la clase con el taparrabos de falsos reclutamientos masivos, que sustituía la labor de las células por grupos de activistas organizados en ‘brigadas’.
“Desde la dirección de la FJC alentó la formación del movimiento de solidaridad con la revolución cubana, el Comité de Organizaciones Juveniles (Conoj), la Asamblea de la Juventud y otras iniciativas que fortalecían la alianza de las fuerzas juveniles de izquierda, antiimperialistas y partidarias de la revolución cubana”.
La camarilla codovillista se vengó a través de la intriga y la persecución política con la que pretendió, tanto en el 12 Congreso del PC como en el octavo Congreso de la FJC, reducir a silencio la oposición que, a la cabeza de la FJC encarnaba José Planes. Esto no hizo más que fortalecer sus convicciones sobre la degeneración de esa camarilla que, usurpando la dirección del PC, había convertido a éste en un partido revisionista, y creado todas las condiciones para su posterior transformación en quintacolumna del socialimperialismo soviético.
Su posterior estadía en la URSS, le permitió madurar la certeza del carácter internacional de la corriente oportunista que expresaba el codovillismo en la Argentina. Su decisión de romper ideológica, política y orgánicamente con la dirección degenerada del PC, acompañando al proceso que llevó a la fundación del PC-CNRR, fue por eso fundada en una profunda convicción revolucionaria.
El 23 de enero de 1968 pocos días después de fundado nuestro Partido moría José Planes, a la edad de 40 años. Había sido designado miembro de su Comité Nacional y secretario de Organización del mismo.
José Planes fue un ejemplo de revolucionario marxista-leninista, que sirvió desde adolescente hasta su muerte, de todo corazón, a la inmensa mayoría de su pueblo y de los pueblos de todo el mundo. Internacionalista ejemplar y por ello patriota argentino.
Practicó siempre un estilo democrático de trabajo y de profundo respeto a las opiniones de las masas. Fue un ejemplo de modestia proletaria, autocrítico, enemigo de toda arrogancia y del más mínimo arribismo.
Se cumplen cincuenta años de su muerte, los mismos años que el PCR que él con su lucha ayudó a fundar de manera decisiva. Su figura se agiganta en las viejas y nuevas generaciones del Partido y la Juventud, y es un estímulo más para mantenernos firmes en el camino revolucionario que Pedro transitó, comprometiéndonos a llevar a la victoria las banderas que Planes levantó hasta el último día de su vida.