Paola Heredia era una joven trabajadora de la planta de reciclado en Quines y tenía tres niños. Hizo varias denuncias por violencia de género contra su ex pareja Cristian Aballay y hasta tenía una orden de restricción. Pero, a pesar de que el agresor había violado la prohibición de acercamiento varias veces, seguía gozando de la libertad de acosarla y amenazarla a su antojo… hasta que cumplió su amenaza y la mató el 29 de enero. Y luego, el asesino se suicidó. Según el comisario de Quines, Paola no tenía siquiera un botón antipánico…
Hace 27 días, Susana Quiroga, en el mismo lugar, casi corrió la misma suerte que Paola… esta vez en manos de su ex pareja José Jiménez, nada menos que un subcomisario de Quines, quien luego de golpearla brutalmente, la arrojó a un canal de agua, probablemente calculando que allí terminaría su vida.
¿Son suficientes las políticas públicas y la legislación implementadas por los gobiernos y el poder judicial para prevenir la violencia de género y los femicidios? Tanto “avance” pomposamente declarado… tantos “derechos” demagógicamente anunciados… ¿alcanzan para proteger a las mujeres de los ataques de los violentos? Los hechos recientes (y los de los años previos) desmienten los alardes vacíos de gobernantes, legisladores y jueces.
Desde que empezó el 2018, una mujer muere cada 29 horas en manos de un hombre, de acuerdo al Observatorio de la Violencia contra las Mujeres “Ni Una Menos”. 298 mujeres fueron asesinadas en el transcurso del año pasado. Y de éstas, 89 habían denunciado ser víctimas de violencia y muchas de ellas ya tenían alguna medida de protección judicial. Es decir, si al Estado nacional, provinciales y municipales les importara la vida de las mujeres e implementaran efectivamente y con el presupuesto que corresponde, la Ley 26.485, hoy caminarían entre nosotros 89 mujeres que ya no están. Porque el Estado y los gobernantes son los responsables.
Entre otras políticas, necesitamos la implementación urgente de un subsidio para los hijos de las víctimas de femicidio. Tres niños quedaron huérfanos esta vez… como quedó sin mamá el hijo de Adriana González, asesinada en Santa Rosa del Conlara por su ex pareja, hace poco más de dos años.
Porque las mujeres nos merecemos vivir una vida libre de violencia… porque las mujeres nos merecemos vivir…
- Implementación real y efectiva de la Ley 26.485 de protección integral para la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres.
- Declaración urgente de la Emergencia en Violencia de Género.
- Presupuesto acorde a las necesidades de las mujeres.
- Subsidio para los hijos de las víctimas de femicidio.
¡Vivas, libres y con derechos nos queremos!
